Los Opuestos Se Atraen (LOSA#1) |Completa|

Cap. 9

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Después de unos minutos una ambulancia llego por el cuerpo de mi hermano, no lo quería hacer, no quiero dejarlo ir... Que se lo lleven, pero tengo qué.

Digamos que la presencia de Ernesto me sorprendió mucho y mas que Karol estuviera con él y  más aún saber que es su hija. 

Cuando la mire sentí una calidez dentro de mi que no explicar, me gustó bastante verla.

Se ofreció a pagar todo el Funeral y a ser mi tutor, y como último recurso acepte, porque seamos sinceros, no se que hacer ahora, me he quedado sin mi familia, mis amigos me pueden acoger en sus hogares pero, no quiero ser una carga. 

Tampoco quiero ser una carga para ese señor pero, por el momento no me queda otra, ya luego buscaré como mantenerme por mi mismo, sólo será en lo que pasa lo de Matteo. Juro que trabajaré arduamente hasta pagarle todo lo que hizo por mi y por mi hermano. 

En este momento me encuentro en su auto camino a su casa. Acabo de salir de declarar, espero y atrapen a esos hombres, eso es lo que se merecen.

 Pudrirse en la cárcel.

El auto viene en silencio Karol y yo vamos en el asiento de atrás y su padre en el asiento del copiloto, ella evita mirarme y solo se concentrar en mirar a través de la ventana, su padre esta concentrado en el teléfono y yo solo jugueteo con mis manos.

Cuando pienso que el silencio reinara hasta que lleguemos a nuestro destino el señor Ernesto lo rompe.

— Y dime Ruggero ¿Cómo murió tu hermano?

Él no estuvo presente cuando me interrogaron así que no sabe nada, o al menos eso creo.

— ¿Disculpe señor? —Me Hago el loco para no contestarle.—

— ¿Cómo fue que murió? porque no fue en él incendio ¿Verdad?

— No...

— Entonces como paso. Vamos dime debe haber confianza en nosotros.

Se que este hombre no se dará por vencido, así que voy a revelarle la verdad, no toda pero la suficiente.

— Lo asesinaron —Murmuro y estaba empezando a asegurar que no me había escuchado cuando me contesta—.

— Pero ¿Quien?

— Cuando yo tenia nueve años mi padre murió y quedamos Matteo, mi madre y yo. Dos días después llegaron unos hombres —un nudo se forma en mi garganta, pero lo trago para seguir hablando— y nos hablaron de una deuda que mi padre tenia con ellos, la deuda era de 200 mil dólares, nos dieron una semana para pagarles pero no la juntamos a tiempo. Un día antes mi madre decidió que nos iríamos de aquí, el día que nos íbamos a marchar esos hombre llegaron a casa. Mi madre entró, escondió las maletas y a Matteo y a mi en el cuarto... Entraron y le dispararon a ella, Matteo salió para evitar la catástrofe pero fue muy tarde, mi mamá murió al instante, Matteo les dijo que él trabajaría y saldaría la deuda poco a poco y ellos después de pensarlo un poco aceptaron.

-— Y ¿Por qué lo mataron? ¿No ha pagado?

Cree que si yo lo supiera estaría aquí, tal vez hasta lo haya evitado. 

En lugar de decirlo le respondo:

— No lo se, cuando yo entre ellos me dijeron que les había pedido dinero. Y como sabían que no me alejaría de él incendiaron la casa y antes de morir dijeron que conmigo moría la descendencia.