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21/04/14

El carruaje fue mi medio de transporte. Claro que fue una boda de ensueño, propio de un príncipe. Las personas gritaban y alzaban sus manos para saludarme, yo les devolvía el gesto mediante una sonrisa y con el mismo acto en algunas ocasiones.

Los niños y niñas de las flores fueron en total diez, muchos de ellos eran elegidos mediante una elección exhaustiva y de belleza. Recuerdo los vestiditos de las niñas y los trajecitos blancos de los niños, eran preciosos y parecían hijos de la misma realeza.

El carruaje llegó a su destino, bajé con suma delicadeza y con pasos dignos de un príncipe; a la entrada de la iglesia se encontraban más personas, quienes gritaban mi nombre y esperaban una sonrisa de parte mía, algo que me obligué a hacerlo, a pesar del gran pesar que sentía, pues no podía decepcionarlos a ellos, a mi pueblo.

Papá caminó conmigo por todo el pasadizo hasta llegar al altar, donde HoSeok me esperaba y quién tuvo que tomar mi mano para luego hacer una leve reverencia.

Todos los presentes se sentaron al ver que el padre empezaría con el típico sermón de cada boda, HoSeok y yo nos arrodillamos delante de él y nuestras manos se juntaron, tal y como en la práctica del día anterior; todo estuvo bien, ya casi había dejado de sentir mis rodillas para la media hora después.

Y el momento llegó, HoSeok aceptó y dijo sus votos, que ya se había grabado desde la semana pasada, según llegué a saber por mi padre. Mi turno también llegó, miré a todos los presentes y no supe en qué momento, pero las lágrimas cayeron sin permiso alguno. HoSeok me miró, pero no podía decir que estaba preocupado, al contrario, parecía... enojado, sí esa era la palabra, creo que estaba enojado. Sin embargo y a pesar de todo el espectáculo que monté, acepté y le coloqué el anillo, tratando de evitar que mi voz se quebrara al pronunciar mis votos matrimoniales.

Tuve que fingir una sonrisa al salir de la iglesia, tuve que fingir felicidad al ver a mi pueblo a las afueras de la iglesia, festejando mi unión con aquel hombre que desconocía en aquellos momentos.

Aún recuerdo que a pesar de que esta no era la ciudad de HoSeok, él saludó, sonrió y tomó mi mano para alzarla junto a la suya y así saludar a las personas que de ahora en adelante comenzaríamos a liderar.

La fiesta que organizaron ambos reinos fue grande, ya me encontraba con una ropa más cómoda y andaba de la mano con HoSeok, todos nos miraban y yo no dejaba de pensar en cómo es que muchas de esas personas estaban felices de nuestra unión, cuando ni siquiera nos conocían totalmente. Se supone que tú vas a una fiesta o a una boda porque quieres compartir un momento preciado al lado de la persona que conoces; sin embargo, ninguno de esos desconocidos se habían preocupado por si quiera preguntar nuestra edad.

Tomamos vino, brindamos y saludamos a toda persona que se nos cruzara, todo estaba yendo bien, creía yo, pero aquello acabó... Acabó cuando ella se nos acercó, era una chica de bonito cuerpo y de un rostro hermoso, todo en ella se podía llamar perfección, incluso su nombre: MinHa.

HoSeok no dejó de mirarla en todo momento y por lo que logré averiguar en aquella noche, mi reciente esposo y esa chica habían sido amigos desde niños, ella era hija de uno de los ministros de mi ahora suegro y él... El hombre que ahora llevaba un anillo del mismo color, diseño y del mismo grabado que el mío, estaba enamorado de ella.














[🌻]

Feliz navidad bebés, también a ti: ScarletMaritza

Nota actual:

Espero que les esté gustando la historia, bebés.

⌜Príncipe ♕ HopeV⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora