INTELIGENCIA

Capítulo 1

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—Hijo despierta ya es tarde, tu tío Lucio está por llegar —dijo Antoniette deslizando con cariño los dedos entre el cabello de su hijo para despertarlo. Al ver que Vincent le ignoraba con el ceño fruncido caminó hacia la ventana para abrir las cortinas de par en par. La luz cegadora de la mañana irritó los ojos de Vincent que no tuvo más remedio que levantarse no sin antes dedicarle una mirada adusta a su madre. Apresurate o llegaras tarde.

Al llegar Lucio se detuvo un momento en la puerta de la casa, alcanzando a oír la disputa entre madre e hijo, por lo que haciendo caso omiso, se dirigió a la cocina para esperar, minutos después ingreso a esta Antoniette que se sorprendió con la presencia de su cuñado.

—Lucio no te oí entrar. ¿Alguna noticia de Lucas? —dijo Antoniette con una mirada llena de tristeza y vacío.

—Me temo que no. Ya pasó una semana desde que desapareció, no pierdas la fe. Para mi es difícil recordar esa noche. Aún mis hombres lo están buscando —dijo haciendo una pausa pues su sobrino venía entrando a la cocina—. Vincent, no sabía que estabas allí. Si tu padre no aparece deberás aprender el negoció de la familia.

—Sé que algo le pasó a papá. Él dijo que tenía que resolver una emergencia antes de que fuera tarde, la noche que desapareció lo vi partir desde mi ventana, un auto negro lo siguió —dijo Vicente mirando perspicaz a Lucio, pues sentía que este escondía algo.

—Por favor encuentralo, se que aún esta vivo no pierdo la esperanza.

—No te preocupes Antoniette, movería cielo y tierra por ti —dijo Lucío mirando de forma inusual a su cuñada—. ¡Vamos Vincent! debemos cobra la renta de este mes, quién sabe si alguien se retrase, así podrías practicar tus habilidades de persuasión.

Vincent lo siguió hasta la entrada, donde dos hombres de aspecto corpulento los estaban esperando, ambos vestían un traje color ceniza, lo que los identificaba como miembros de la mafia Caruso. Al encontrase con su mirada penetrante no pudo evitar desviar sus ojos pues se sintió intimidado.

—¿Tío a donde vamos?

—Como te dije vamos a cobrar la renta. Sé que aún no tienes dieciocho años para aprender el negocio de la familia, sin embargo, no podemos esperar un año mientras que Lucas aparece. Es mejor que lo aprendas ya—. respondió Lucio con un tono dubitativo en su voz. Al mirar por la ventana del auto, se dio cuenta que ya estaban por llegar a su primer destino del día—. Bruno detente cerca de la carnicería, dejemos que Vincent se encargue de este. Una vez que estés allí pregunta por Pablo, y dile que vienes a mi nombre a recolectar la renta —dijo Lucio—. Asiente sí me entendiste —Vincent así lo hizo—. Bueno entonces ve, aquí te espero.

Vincent temeroso de lo que podría pasar se dirigió al interior del local, seleccionando a la cajera que lucía más agradable para hablarle. 

—Disculpe señorita. Podría avisarle a Pablo que estoy aquí por lo de la renta —dijo el muchacho en voz baja y temerosa.

La chica después de haberle oído, le miró con mala cara y gritó ¡están aquí! Acto seguido salío un hombre corpulento de mirada amenazante y semblante rabioso con un delatar cubierto de sangre y un cuchillo en la mano. Vincent se dejó caer sentado tras verlo, en el rostro se perfilaba el miedo. Con rapidez se giró para llegar lo más pronto posible a la salida, sin embargo, antes de lograr llegar allí la puerta se abrió de una manera brusca, al alzar la mira pudo ver que era Bruno con un arma en la mano.

—Veo que ya conociste a Pablo —dijo Bruno echándose a reír, extendiéndole la mano a el muchacho, sin dejar de apuntarle al carnicero.

—Vamos Pablo porque tenías que asustar al muchacho. Te aprovechas de que es bajo y no tiene un arma. Espero que no estés retrasado con la renta o sumarán otro cinco mil a la factura de este mes.