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-Narra Alicia-

  Volví rápidamente a mi casa, despues de la clase de pintura. No quería volver a ese lugar maldito, por eso salí antes de tiempo.¡Y pensar que todo iba a terminar tan mal! Aunque claro, mis tubos de acrílicos no dirán lo mismo.
  En fin, que no lleves ningún tipo de pintura pegajosa a toda prisa por una escalera por donde no ves nada.
  Aun chorreando pegotes azules y verdes, cogi las llaves de mi mochila (mojada a mas no poder) y las metí con esfuerzo por la cerradura.
  Al pasar la puerta, un trozo de color rosa ensucio el suelo del recibidor. Uffff.
  Deje la mochila, el bolso y los cuadros en mi escritorio. Me puse ropa de calle nueva y decidí tirar directamente lo que llevaba puesta, ya que a ninguna camiseta le sienta bien tanto color junto. Por el momento deje la camiseta y el pantalón en la silla. Ya me encargaría mañana.
  Estuve esperando a mi madre un buen rato, pero sabía que volvería muy tarde.
  Fui a la cocina y encendí la luz. La de la cocina va mas despacio, así que pase directamente. Al rato se encendió pero no había nada interesante para comer.
  Volví a mi cuarto y me tiré a la cama.
  En resumen, no volveré a esa estupida clase.
  Ese fue mi último pensamiento antes de dormirme.

AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora