La Corona del Príncipe

Lizzie

Cenábamos como cada tarde en silencio alrededor de la mesa, nadie emitía sonido alguno ni levantaba la vista de su comida, estábamos en eso cuando las campanas de la ciudad comenzaron a sonar incesantemente. Fueron 7 campanadas, jamás habían sido 7, algo había pasado, y era algo malo.

Nos levantamos rápidamente de la mesa y salimos de casa en dirección a la plaza de Niven, como nuestra familia vivía hacia la costa, tardamos en llegar y para cuando lo hicimos ya todo el pueblo estaba reunido alrededor de la plaza, en el centro de esta no estaba ni el mensajero del Rey ni el capitán de la guardia real, quien estaba hablándole al pueblo era el mismísimo príncipe Mathew, se veía preocupado, cuando acabó de saludar a los habitantes del pueblo en nombre del Rey, nos explicó el motivo de las 7 campanadas

- Habitantes de mi amado pueblo de Niven, me apena reunirlos a estas horas de la noche en nuestra histórica plaza, pero el motivo de esta junta es de alto impacto, se habrán dado cuenta que lo que los hizo salir de su hogar no fueron 2 ni 3 campanadas, si no 7 y es que la razón, soberanos míos es que entre ustedes se encuentra el ladrón de mi corona.

Toda la plaza quedó en silencio, alguien había usurpado la corona del príncipe, los pueblerinos se comenzaron a mirar unos con otros, al principio eran miradas de asombro, luego se transformaron en ojeadas de desconfianza y desasosiego. A medida que el príncipe hablaba la guardia real se nos comenzó a acercar hasta que nos encerraron en una especie de círculo formado por ellos mismos, una vez cerrado este cerco humano el príncipe explicó que ningún habitante dejaría la plaza hasta que todas las casas del pueblo fueran revisadas por los guardias. Miré a mi padre asustada, la verdad ninguno de los integrantes de nuestra familia era lo suficientemente tonto o inteligente como para robar la corona del príncipe a meses de su coronación, si no que en el transcurso del año el Rey había subido demasiado los impuestos y nuestra familia se ganaba la vida vendiendo cosas en el mercado negro de Niven, si la guardia real descubría eso, nos quitaría todo dejándonos en la ruina.

Estuvimos alrededor de 3 horas esperando que nos dejaran irnos a nuestros hogares, cuando por fin llegamos a casa un soldado nos esperaba en la puerta, caminó en dirección a mi padre y entró con él a casa. Cerró la puerta de golpe y se quedaron ahí. No nos dejaron entrar en un buen rato, estábamos a la espera de que nos diría el guardia, pero cuando finalmente la puerta se abrió vimos unas cadenas alrededor de las manos y pies de mi padre siendo escoltado por la guardia real del palacio.

Pero no fue hasta un par de horas después que mi verdadera historia comenzaría.

Mi nombre es Lizzie Avent y sé quien tiene la corona del Príncipe Mathew.