AVIONES
Se escuchaban los suaves pero firmes pasos del pequeño castaño subiendo rápidamente las escaleras de su casa.
Lágrimas rodaban por sus mejillas, y los sollozos eran audibles para todo aquel que estuviera un poco cerca.
Entró a su habitación tirando la puerta y poniendo seguro.
Lo primero que hizo fue arrojar el aparato que tenía entre sus manos al cesto de basura del cuarto, y luego se lanzó a llorar desconsoladamente en la cama.
Ese día había sido la feria de ciencias de su escuela; él, como buen amante de la tecnología, había participado con un aparato hecho por sí mismo, se trataba de un condensador de aire, transformaba el vapor de agua que se encontraba en el ambiente, en agua totalmente liquida en pocos segundos. Este aparato dejó totalmente sorprendidos a todos, puesto que la rapidez y eficacia con la que trabajaba era alucinante, eso sin contar que fue hecho por un niño de nueve años.
Tony realmente esperó el que su padre llegara a verlo, sabía que era una estupidez esperar tal cosa pero aún así no perdió las esperanzas en que lo hiciera.
Tonto de él.
Howard no llegó, y aunque esto le dolió al pequeño, realmente no fue esa la razón principal por la cual estaba con su pequeño corazón destrozado.
La verdadera razón es que cuando Tony fue a enseñarle su trofeo y condensador a Howard, este ni siquiera lo felicitó, ni le sonrió, lo único que recibió de su parte fue un «Es tú deber hacer que el apellido Stark quede en alto».
Por lo general María iba hasta donde él a consolarlo cuando sucedía algo como eso, pero esta vez su madre no se encontraba en casa.
Ignoró los leves toques de la puerta, sabiendo que eran de Jarvis.
Sencillamente no quería hablar con nadie.
No sabía que más hacer, quería que Howard estuviera orgulloso de él, era lo que más deseaba en el universo, y lo había intentado todo, pero parecía que simplemente no podía lograrlo.
Tal vez algún día lo logre, no lo sabe, pero en realidad eso espera.
Se frotó suavemente sus ojitos con el puño cerrado, eliminando así cualquier rastro de lágrimas que pudiese tener.
Suspiró e intentó calmarse.
No puede obligar a nadie a amarlo, pero el verdaderamente desea sentirse querido por alguna persona diferente a Jarvis o a su madre.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando sintió que algo entraba a su habitación a través de la ventana.
Estaba confundido, pero eso no evitó que bajase de su cama y se aproximara hasta su ventana.
Cuando estuvo más cerca, pudo ver claramente lo que era.
Un avión de papel.
No sabe cómo llegó eso ahí, pero un avioncito de papel había entrado volando por su ventana.
Lo tomó entre sus manos y lo observó interesado.
Pudo notar una línea de lo que parecía ser un bolígrafo.
Así que lo desdobló, dándose cuenta que tenía algo escrito:
«¡Hola!».
Tony lo miró extrañado. Entonces alguien lo había lanzado hasta ahí, y no llegó hasta su cuarto por error o azar.
Se asomó en la ventana para ver si lograba ver a alguien.
Esa fue la primera vez que lo vio.
Un niño, rubio con ojos azules estaba parado frente a la ventana de una habitación de la casa que estaba al lado.
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Aviones de papel | Stony
FanfictionUn niño encuentra algo de color en su gris vida cuando por medio de aviones de papel conoce a alguien que le hará sonreír sinceramente. Lo que se pinta con el corazón, nunca se borrará. TwoShot.