DaiSuga [1]

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Y ahí se encontraba, ese bello joven de cabellera gris, sentado en una de las grandes gradas del gimnasio, hablando animadamente con Asahi y asegurándose de que sus pequeños polluelos no cometan ninguna de sus típicas tonterías, como las de Noya y Tanaka o las constantes peleas de Kageyama y Hinata que terminaban en unos cuantos abrazos.

—¿Y no sabes a dónde se fue Daichi? —pregunta Suga a Asahi.

Ambos llevaban esperando al azabache desde hace rato, ya que él les había dicho que tenía que hacer algo de suma importancia.

—No, seguro ya vendrá, no te preocupes tanto —trata de tranquilizar a su amigo, que estaba algo inquietó por la ausencia del capitán.

—Sí, debería dejar de preocuparme tanto...—ríe nervioso el peligris.

—¿Por qué mejor no me cuentas de tu admiradora secreta? —pregunta el 3 de Karasuno, con un sonrisa curiosa.

Sugawara sintió como sus mejillas se bañaban en un fuerte color rojizo ante esa pregunta, que no se la esperaba.

—Pues...Aún no sé nada de ella, la última vez que me dejó una carta o algún tipo de regalo fue hace una semana —su expresión cambio a una de tristeza, sinceramente él ya estaba enamorado de alguien, pero no podía negar que las cartas que le dejaba esa persona misteriosa le encantaban, ya que siempre le sacaban una sonrisa y varios sonrojos—, tal vez ya se cansó de mi —suspiró entristecido ante esa idea, sin embargo tal vez eso era lo más probable.

—No te desanimes Suga, después de todo tú ya tienes a alguien más —apoyó una de sus manos en el hombro del setter y le dedicó una sonrisa.

El peligris también correspondió a la sonrisa que le dedicaba su amigo.

—Pero...—habla Suga con duda— no sé si es exactamente mujer...ya sabes, en las cartas no especificada si es hombre o mujer...

—Oh, cierto —posa su mano en su barbilla pensando y al instante recuerda algo, no puede evitar sonreír al recordar aquello.

Sugawara lo mira confundido por su repentina felicidad y decide mejor no preguntar nada, más solo se dispone a ver cómo éste sonreía.

—¿De que me pierdo? —interrumpe el capitán, haciéndose presente. Frunció el ceño levemente al verlos a los dos tan amistosos.

—¡Daichi! —exclama emocionado Sugawara— Al fin llegas, te estábamos esperando...—hace un pequeño puchero inconscientemente, haciendo que Daichi tenga un mini ataque de ternura.

—S-suga —sonríe al ver a su tan amado amigo—, lamento la tardanza, tuve que hacer algo importante —explica avergonzado, rascando su nuca nervioso.

—No importa —hace un ademán restándole importancia—, la cosa es que ya estás aquí —el peligris sonríe a sus anchas, cautivando como siempre al azabache, quien lo miraba embobado.

Tanta belleza debería ser un pecado, pensaba Daichi.

—¿De qué hablaban? —pregunta el azabache, sentándose también en una de esa grandes gradas, acomodándose al lado del Peligris

—Sobre la admiradora o admirador secreto de Sugawara —responde Asahi.

El ya mencionado se tensa y no puede evitar sonrojarse.

—Ahh...—el azabache hace una mueca rara y se mueve incómodo en su sitio— Sí, recuerdo haber escuchado de eso —frunce el ceño sin decir nada más y se remueve incómodo en su lugar. Cosa que Sugawara no pasa por desapercibido.

—Olvidemos el tema...—pide el setter, aún avergonzado.

—¡Bien chicos! —grita el entrenador, Ukai-sensei— El entrenamiento de hoy ha sido genial, es todo por hoy —avisa alegre, observando como todos sonreían y tomaban sus pertenencias para retirarse de aquel gran gimnasio.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2018 ⏰

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