One-Shot

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"El primero de muchos"

Era justo como ese día...

Las gotas frías no paraban de caer humedeciendo la tierra y sus habitantes. Las nubes grises oscurecían un poco el hermoso día de Paris.

No pudo dejar de ver la lluvia mientras su mente se llenaba de recuerdos, y sostenía en su mano aquel mismo paraguas que el le había dado.

Una pequeña sonrisa se formo en sus labios. No le importaba estar sola en la salida del instituto cuando todo el mundo ya se había marchado, no esperaba a nadie realmente, simplemente se quedo allí contemplando las gotas armoniosas.

Un año, había pasado exactamente un año desde que su corazón latió desbocado por aquel chico rubio de brillantes ojos esmeraldas...

¿Pero quien contaba los días?

Ahora todo había cambiado tanto, pero al mismo tiempo no...

Era extraño, pero de una buena manera.

Una imagen de su compañero gatuno paso por su mente y no pudo evitar reír con suavidad y negar lentamente la cabeza aun viendo el cielo, haciendo memoria por todo lo que habían pasado juntos para llegar hasta allí.

Se sentía tan bien después de todo.

—¿Esperándome, Princess?

En otro tiempo se hubiera sobresaltado por aquella voz tan única, pero ahora simplemente se encogió de hombros con una sonrisa picara en sus labios cuando miro de reojo a cierto muchacho que se había acercado a su lado sin siquiera detectarlo.

—No realmente, Minou—respondió suavemente aguantando la risa ante su increíble buen humor.

El hizo un gesto dramático llevando su mano a su pecho con una mueca de falso dolor.

—Auch eso me duele ¿Sabes?

Marinette rio finalmente mientras se volvía hacia su compañero. Adrien ciertamente era un chico demasiado guapo para su paz mental. Sus rizos de oro eran abundantes y ligeramente más largos, sus ojos seguían siendo grandes y expresivos, brillantes de diversión y cariño, y aquella sonrisa felina que tanto quería.

—Eso no puede afectar al gran héroe de Paris ¿Verdad?—dijo ella inclinándose ligeramente hacia el con una sonrisa burlona y guiñando coquetamente un ojo.

Inmediatamente un rubor se extendío por su rostro juvenil causando que la franco-china lanzara una ligera carcajada.

El ser rio nerviosamente, sintiéndose atrapado por ella, mientras llevaba su mano atrás de su nunca en un gesto demasiado habitual en esa clase de situaciones.

Chico, Adrien era un dulce para comérselo lentamente (Y no solamente por su forma de ser) ahora que lo detallaba un poco más su ropa de este día. Su vestimenta consistía en una camiseta blanca con una enorme huella de gato en el centro (Se había convertido en su firma) junto con una camisa de manga corta de botones parecida a la blanca que usaba usualmente a comienzo de año, y finalmente unos pastalones azul marino y zapatos oscuros. El tenía su otra mano en el interior del bolsillo dándole un aspecto despreocupado pero muy atractivo.

¿Y ella? Pues llevaba un sencillo vestido rojo de lunares hasta las rodillas y una chaqueta negra hasta los codos a juego. Aunque en un día de lluvia como ese quizás no hubiera sido buena idea.

De repente la actitud del rubio cambio, su expresión estaba más relajada y una sonrisa cariñosa surco sus labios mientras se acercaba un poco más a ella, a pesar que sus mejillas aun seguían un poco teñidas de rojo.

El primero de muchosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora