Prólogo

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Tienes que renunciar o morirás.

Desperté alrededor de las 9 de la noche en una habitación blanca, al parecer estaba en una habitación de un estúpido hospital, no puedo creer que me desmayara de nuevo por la anemia; estoy harta de no poder vivir una vida tranquila, de tener que depender de estúpidas pastillas de hierro que saben a pura mierda.

-Hija que bueno que despiertas, al parecer te estas poniendo peor por la anemia -dijo mi madre triste y con lagrimas en los ojos

-¿Que va a pasar ahora? Por favor mamá no llores, sabes que no me gusta verte llorar, mírame estoy bien solo fue un pequeño desmayo otra vez.

-Es que ahora vas a tener que tomar más pastillas, se que no te gusta pero tu anemia se esta volviendo cada vez más grave

Al parecer a ella le afectaba mucho el verme así, claro si soy su hija más pequeña. Salí del hospital entre las 10:00 y 10:30 de la noche,el doctor dijo que tenía que evitar hacer esfuerzos ya que eso me traería más ataques, dijo que si no me cuidaba me vendrían más problemas ¿Quien pensaría que ser anémica te puede quitar la vida? Parece una enfermedad estúpida, pero a pesar de que me tome mis pastillas no cuido mi alimentación, ni mi forma de vida. Me prohiben el ejercicio y literalmente vivo de eso pero me valió y seguí haciendo lo que me mantiene viva, algunas veces cuando salgo de fiesta fumo y tomo alcohol con mis amigos, también me lo prohibieron pero soy adolescente y me tengo que divertir ya que no se cuando la maldita anemia me quite la vida, según esto me puedo recuperar pero tengo que hacer una dieta especial y cambios muy radicales en mi vida cosa que no estoy dispuesta a hacer.

-Doctor, ¿cuanto tiempo tengo que dejar el ejercicio-dije preocupada, ya que el tenis es mi vida y pronto se acercarían las eliminatorias para saber quien califico para las siguientes rondas.

-Mariana, lamento decirte esto pero no podrás hacer ejercicio, no hasta que se note una mejora en tu enfermedad. Tienes que controlar tus impulsos por jugar, tu mamá me dijo que pronto vienen las eliminatorias, yo te pido que no participes un esfuerzo muy grande te puede traer un problema en la cancha, es mejor que no asistas y si vas que sea para ver los partidos.

-Pero yo no puedo dejarlo es mi vida, estoy a dos partidos de ganar y usted no me puede decir que lo tengo que dejar solo porque esta maldita enfermedad de mierda esta avanzando, tarde o temprano me voy a morir y si lo hago quiero que sea de la manera en la que yo quiero, lo siento, pero voy a ir a ganar.

-Si pisas la cancha y juegas vas a provocar un esfuerzo muy grande en tu organismo que te traerá más problemas a futuro, pero si no me quieres hacer caso es tu problema ya que yo no voy hacer el que se muera por una enfermedad de mierda como tu dices, si me hubieras hecho caso desde un principio estarías feliz entrenando para las eliminatorias, pero por no hacerlo tu destino se esta poniendo peor.

-Hasta luego, volveré con mi trofeo cuando gané yo no voy a dejar mi futuro de tenista en manos de una tonta enfermedad.

-Tu puedes hacer lo que quieras, solo te estoy diciendo que con un esfuerzo así de grande, bajo los rayos del sol compitiendo por un trofeo te puede provocar un infarto.

Detrás De La famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora