1. Sinopsis

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Candela.
  No sé por dónde empezar, no se qué palabras usar, no sé qué decir sobre lo que está pasando en mi mente. Las cosas me confunden, las personas me confunden.

Los pensamientos no dejaban de venir al igual que las lágrimas, ambas tratando de salir. Algo tan insignificante como el amor (si es que así se le puede llamar) no me ha dejado dormir en los últimos meses. Las cosas no cambiaron mucho por aquí, las personas siguen igual de estúpidas, algo por lo que mucho no puedo hacer.
El chico que me gusta, gusta de otra, han de estar fraternizando ahora mismo, justo al tiempo en que yo pienso en él y en las veces que sus labios fueron únicamente míos, o eso me gustaría creer.

Regresemos un poco el tiempo atrás...

6 de abril
Esa mañana escolar resultó ser aburrida, camino a la parada del autobús para ir al fin a casa, en compañía de Dallas y Tristan, unos de sus pocos amigos cercanos.
Ya en la parada se sentaron a esperar que su bendito autobús pase. Cabe agregar que ese día Candela amaneció con la filosofía de que no importa cómo te veas exteriormente, lo importante es lo de adentro, cosa que no funciona muy bien si justo ese día a tu amor platónico se le apetece pasar por ahí y verte a lo Cenicienta luego de que sus hermanastras...ya saben, esa historia. No había un solo gramo de maquillaje en Candela y al parecer tampoco quiso usar un peine, a pesar de tener el pelo por arriba de los hombros, éste estaba bastante desarreglado. Cuando pasó un coche plateado con ese chico. Al parecer él reconoció a Candela porque estuvo a un toque de sacar la cabeza por la ventanilla y tratar de saltar, cosa que a Candela la puso extremadamente emocionada por tal demostración de curiosidad por parte de él.

-Ese era Axel Courtney, lo vi -los ojos de Candela comenzaron a brillar haciendo sentir opacado al sol.

-Estás loca Candela -Se burló Dallas.

-Concuerdo con Dallas. ¿Qué haría él a estas horas por aquí? Ademas, ¿El te conoce? -añadió Tristan.

-Tienen razón, o me confundió. No lo sé... -Un sonido interrumpió, su celular-. Oigan, mi madre quiere que vaya al supermercado buscar unas cosas que faltan, no podré ir con ustedes hoy, ¿Será mañana?

-Genial, adiós.

-Adiós, cuídate.

Se despidieron y Candela fue al supermercado más cercano que había. En el camino no pudo evitar pensar en Axel, en como la había mirado. Como si hubiera visto a alguien a quien no vio por mucho tiempo, pero relativamente es así. A él lo habían trasladado de instituto, según él por faltas de documento, pero ese cuento Candela no se la tragaba. 

Cuando llegó al lugar su corazón casi se le sale por los oídos, el chico estaba ahí y la había visto. Ella no sabía que hacer así que solo fijó la mirada al suelo y entró, lo menos que quería era atención de su parte. Unos segundos después sintió unas manos rodearle los hombros, giró en su lugar y vio su rostro allí, a centímetros suyo, y por dos segundos sintió que lo tenia para ella sola. 

-¿Candela? -esa simple palabra salió de su boca y para ella era el cantar de aves.

-Si... si, si, si. Yo, soy Candela. Hola, Hola, ¿Qué tal? -Estúpida, ¿En serio dijiste eso? Deberías correr-. Me voy, un gusto establecer una conversación contigo. Adiós.

-Espera, ¿Molesto? Solo quería hablarte, te vi en la parada, me parecías conocida. Luego me viniste a la mente, eres la novia de Jake Foster ¿cierto? No era mi intención molestarte, lo siento -Se veía confundido por la actitud de Candela, pero con una sonrisa en el rostro.

-No, no molestas, actué mal. Sí, él era mi novio. Terminamos, larga historia. ¿Qué haces por aquí?

- Acompaño a mi hermano. Mira, no tengo mucho tiempo, fue un gusto saludarte.

-El gusto fue mío, en serio -dijo casi susurrando, suficiente para que él no lo oiga.

Y se fue, sin haber comprado lo que tenia que comprar.

Parecía irreal cada palabra que intermediaba la conversación. No podía creer lo que acababa de pasar, ¿Había tenido una conversación con Axel Courtney?

Esto es tan raro, por primera vez después de mucho volvió a sentir mariposas en el estómago, o serán murciélagos tal vez. Esto es tan familiar, no había tenido una sensación así desde que terminó con Jake. Había sido ese amor de adolescentes que dicen los adultos, hubieron peleas, hubieron llantos, hubieron obstáculos... hubo amor.

Fue felíz antes de que lo malo sucediera. Pasaron muchas cosas juntos. Y en ese momento, como un flashback, lo recordó, recordó lo que fue y lo felices que fueron uno al lado del otro. Cada parte de aquella cálida relación, como en sus brazos se sentía una niña pequeña, como en cada beso tomaba una estrella. En cada momento de tristeza solo se tenían el uno al otro para apoyarse. Y si de algo estaba segura, es que a diferencia de la mayoría de las relaciones en ésta época, es que lo suyo era leal, pues es fácil ser fiel cuando se quiere de verdad; y ellos lo hicieron. 

Pero a medida que el tiempo pasaba, el comenzó a cambiar, la lastimaba y lo sabia, sin embargo no lo paró, porque lo amaba, o lo necesitaba. Todo salió de control. Gritaba, la lastimo más de una vez, la hacia llorar, la controlaba, todo por culpa de los celos; al que lo asociaba con amor a perderle, pero no era así. Tú amas a una persona y ella te ama a ti, pero no te pertenece y no le perteneces, no eres dueño de su cuerpo ni de su alma. No eres su amo. eres su pareja, no su jefe. No puedes ir por ahí diciendo tener una relación, si al final del día la vas a reclamar por mirar a otra persona, eso no es una relación, es algún tipo de jaula. 

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