Todavía recuerdo la última vez que te vi en el instituto, mi casillero estaba al lado del tuyo y todas las mañanas nos encontrábamos.
Siempre llegabas corriendo porque se te hacía tarde para la clase de cálculo, con el maestro más estricto de la escuela y tu tuviste la suerte de que te tocara a la primera hora.
Y por esa misma razón siempre pasabas de mí, aunque esos 15 segundos eran mis favoritos de todo el día.
El último día que fuiste ibas tranquilo y eso se me hizo demasiado raro, pero no tanto como cuando cerraste la puerta de tu casillero y me saludaste. Las tres palabras que salieron de tu boca
Lindo día Noah
Hasta ese día me di cuenta que conocías mi nombre, sentí la sangre subir a mis mejillas y mi corazón palpitar el doble de rápido que lo normal, me preparé para hablarte pero cuando volteé ya no estabas
Esa noche tuve una batalla interna pero al final decidí que te iba a hablar
Pero no llegaste