Poco Convencionales (Yaoi/Homosexual)

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Omnisciente

-Hey, Masahiro, te invitamos una copa para celebrar otro de tus triunfos–dijo Akane, una abogada de la oficina, compañera de Masahiro, junto a otros abogados, amigos del rubio.

-Lo siento chicos, paso–dijo Masahiro como siempre hacía a las incitaciones de sus amigos.

-Vamos, nunca vienes con nosotros. ¡Di que sí aunque sea esta vez!–le reprochó Akane, sacudiendo su largo y castaño cabello mientras hacía un infantil puchero.

-E-esta bien. Pero solo un momento, ¿si?

-¡Bien!

Siendo arrastrado por la castaña, fue llevado a una discoteca cerca de la oficina de abogados, donde ingresaron y fueron directo a la barra, a beber algunos tragos.

• • •

Luego de una hora Akane y Matsuda estaban bailando borrachos en la pista. Yoichiro se metió a un baño junto a una voluptuosa rubia y no ha salido de allí.

Masahiro estaba sólo en la barra.

-Oye, Katou, ¿por qué no contestas mis llamadas?–se escuchó tras el rubio. Un muchacho de cabello negro, y otro de cabello castaño, que se mostraba molesto, discutían tras de él.

-Ya te lo dije, fue algo de una sola noche. El que haya tenido sexo contigo no quiere que me gustas o somos novios.–le dijo el chico llamado Katou al castaño.

El castaño sujetó fuertemente la muñeca del más bajo, haciendo que este soltara un quejido.

-Suéltame, Ryo, me estás lastimando–le dijo forcejeando contra el más alto.

-Tú vienes conmigo–habló comenzando a arrastrarlo lejos de allí mientras el pelinegro seguía forcejeando.

-Te dijo que lo soltaras–intervino Masahiro.

Ambos se voltearon a verlo.

-Tú no te metas rubio–escupió con desagrado el castaño.

-Hey bombón, ¿me ayudad a alejar a este tipo de mi? No entiende que el sexo no nos vuelve novios–dijo sonriendo con dulzura, coqueteando con Masahiro.

-Mejor suéltalo–dijo el rubio, frío.

-¿Qué harás si no lo hago niño bonito?–preguntó altanero Ryo.

-Te meteré a prisión preventiva durante veinticuatro horas, tiempo suficiente para procesar una orden de alejamiento contra ti, para que no molestes más a Katou–dijo con tono calculador.

-¿Y quién te crees que eres tú?

-Ah, lo siento. Soy Masahiro Ryouda...

-Eres ese abogado...–murmuró Katou sorprendido.

-Tsk–escupió Ryo, soltando resignado la muñeca de Katou. Sin más se fue del lugar. Los pocos testigos de la escena volvieron a dirigir su atención a otra cosa.

-Gracias por la ayuda–dijo algo frío Katou.

-Si te vuelve a molestar no dudes en visitar la oficina de abogados de aquí cerca. Si preguntas por mi te atender e con gusto.

-Gracias, pero no tengo dinero para abogados –dijo riendo con escepticismo.

-Lo haría gratis–le dijo sonriendo.

Katou se limitó a observarlo.

-Dejame agradecerte como se debe por ayudarme–dijo Katou. Masahiro le miraba extrañado.

El pelinegro se le acercó, apoyó sus manos en los hombros del más alto, se paró en las puntas de sus pies y lo besó. En un comienzo era un beso  superficial, pero no tardó nada en pasar a uno fogoso. Por instinto las manos de Masahiro sujetaron la cintura de Katou mientras este enterraba su mano en el platinado cabello del más alto. Sus lenguas jugaban, luchaban, y se disfrutaban... Pero Masahiro cayó a la realidad.