En Lo Mas Profundo De Mi Corazón.

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En el fondo del más azul de los océanos...

Había un bellísimo palacio en el cual habitaba el Rey Del Mar
Un Anciano y sabio Triton, que tenía una abundante barba larga.

Vivía en esta espléndida mansión de colar multicolores y de conchas preciosas junto a sus hijos, Cinco bellisimos Tritones. 

Ariel, el más joven, además de ser el único bello chico poseía una voz maravillosa;

Cuando Cantaba acompañandose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharlo, las conchas se habrían mostrando sus perlas, y las medusas al oírlo dejaban de flotar.

El pequeño Triton casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las Aguas profundas.

– Oh, Cuanto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es demasiado bello, y escuchar las voces de la gente y oler el olor de las hermosas flores.

¡Todavía Eres demasíado Joven!
Flashback -

Cuando tengas 16, el rey te dará permiso para subir a la superficie, como  a tus hermanos.

-Fin del Flashback.-

El Joven Triton soñaba con el mundo de las mujeres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanos, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie.

En este tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su hermoso jardín adornado con flores marítimas.

Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaba para jugar con el;

Únicamente estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamado. 

~

Por fin llegó el cumpleaños tan esperado, y durante toda la noche precedente, no consiguió Dormir.

A la Mañana el padre lo llamo y al acariciarle sus cortos y rojos cabellos, vio una flor esculpida en su hombro una bella flor.

– ¡Bien, Ya puedes salir a respirar el Aire Y ver el cielo! Pero, recuerda que el mundo arriba no es el nuestro, solo podemos admirarlo. Somos hijos del mar y no tenemos alma como los hombres, se prudente y no te acerques a ellos, Solo te traerán desgracias.

Apenas su padre termino de hablar, El Tritoncito le dio un abrazo contento y se dirigió a la superficie, deslizándose a la ligera.

Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarlo.

De repente emergió del agua.

¡Que Fascinante!

Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centellantes al anochecer.

El sol, que ya se había puesto en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que diluia lentamente.

Las gaviotas revoloteaban por encima del Tritoncito y dejaba oír sus alegres graznidos de bienvenida.

– ¡Que hermoso es todo! - exclamó feliz dando palmadas.

Pero su asombro y admiración aumentaron todavía:

Un barco se acercaba despacio al escollo donde estaba el Tritoncito.

Los marinos echaron el ancla, y el barco, así amarrado, se balanceo por sobre la superficie del mar en calma.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2017 ⏰

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