Ella está ahí. Siempre estuvo ahí. Samantha Ponte, chica diez del curso. Caracterizada por su ejemplar rendimiento, asistencia casi perfecta. Número de amigos: Una seguro, quizá dos. Años formando parte del mismo curso, compartiendo salón durante casi doce años si mis cálculos no fallan. Doce años donde los dos compartimos solo palabras ocasionales; "hola" "chau" "permiso" o en un caso extremo "¿Me podes alcanzar la lapicera por favor?" No es una chica del otro mundo en verdad. Ojos café oscuro, creo que los más oscuros que llegué a ver. Estatura medianamente baja, me arriesgaría a decir que no sobrepasa el metro cincuenta y cinco. Cabello castaño oscuro con mechones rubios, hasta donde sé, son producto de que se lo tiñera hace dos o tres años. Recuerdo que la miré un par de veces cuando pasaba por mi lado, tenía mechas color violeta, el boom de teñirse el cabello todavía no se instalaba en nuestro colegio, pero ella ya estaba marcando la diferencia como siempre. Luego de que se le barriera el color no volvió a traerlo con colores, supongo que habrá sido porque todas comenzaban a pintárselo y ella nunca perteneció a las modas. Siempre fue diferente, incluso sin hablar con ella con solo verla un par de veces se notaba que tenía algo. Y es ese algo lo que me llevó a tomar tal vez, una de las mejores decisiones de mi vida.
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"La Chica de Siempre"
RomanceChicas, existen millones de ellas. Comparto mis días de clase con mínimo 20 compañeras, y nunca me importo realmente ninguna. Ella es invisible ante los ojos de casi todo el mundo, la intelectual que transporta su mochila llena de libros. Amistades...