La intriga

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Estoy muy emocionado, al fin podré decirle a Sara lo que he esperado por tanto tiempo, al fin podré pasar el resto de mi vida con ella.

Comeremos en su restaurante favorito. Estoy algo nervioso, sé que ella me ama, y mucho. Sólo espero que no se desespere o entre en pánico y...

- ¡Zach! – Una voz me hace reaccionar. Era ella, se veía hermosa, como siempre.

- ¡Amor, te ves hermosa! – Le dije, ella se ruborizó un poco y me sonrió. Le corrí la silla para que se sentara.

- Bueno, ¿A qué se debe la sorpresa? – Me dijo ya en su asiento.

- Tú lo dijiste, una sorpresa... - Ambos sonreímos y llega el mesero.

- ¿Qué desea, señor Phillips?

- Lo de siempre, Wilson.

- ¿Y usted, señora... – gira su cabeza en señal de error y le obro los ojos, junto con la famosa cara de rana. – Perdón, ¿Señorita Watson? – Obviamente Sara comienza a sospechar, pero creo que sólo lo vio como un error.

- Quiero un ceviche de entrada...

- ¿Reineta o salmón? – Wilson interrumpe.

- Reineta.

- ¿Plato de fondo?

- Carne mechada con ensalada y arroz – lo dice mientras él escribe – Y para beber... - No alcanza a terminar la oración cuando Wilson corrige de nuevo.

- La casa invita – dice mirándonos con una cara de ternura y señalando un exquisito cabernet sauvignon del año 2002. El favorito de Sara.

- ¡Gracias! – Le dice con una sonrisa de oreja a oreja.

Después de comer la llevé al salón del restaurante. Varias canciones pasaron hasta que vino su favorita. Al término de ésta decidí arrodillarme delante de ella y pedirle matrimonio. Gracias a Dios dijo que sí, y salimos a dar un paseo.

 Gracias a Dios dijo que sí, y salimos a dar un paseo

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Ya en el parque siento una explosión muy familiar. Volteo a ver y nada, busco la mano de Sara para abrazarla y ahí es cuando la veo en el piso, rodeada por un charco de sangre. Lo único que hice fue tomarla, presionar la herida, y llamar al 911. Estaba muy asustado. 

En el hospital, el doctor me dice que Sara respira, pero está muy delicada. Cuando me dejan entrar a la habitación, ¡Ay, Dios! Llena de máquinas. ¡No soportaba verla así!

Me acerqué y la besé, ella abrió los ojos y me tomó la mano. De lo poco y nada que podía hablar, me llamó la atención una palabra en específico: 'Klonen'. No estaba seguro de lo que era, pero quedé preocupado. Decidí comentarle esto al director del FBI y mi gran amigo, Hyro. Me dijo que lo tomaría en cuenta, pero debido a su gran trabajo, estaba seguro de que no tendría tiempo. Así que decidí investigar por mi propia cuenta.

Una sorpresa inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora