1.Impotente

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¿No les ha pasado que llegan del colegio y sienten que ha sido uno de los peores días de su vida?

Que las cosas no son como ustedes quieren y van valiendo tres atados de coña en todo lo que hacen dándose cuenta que los amigos no existen y en ocasiones no es necesario pasar por una tragedia para saber quiénes son en realidad.

Inclusive que todo lo que has hecho no vale la pena, tu vida amorosa es un fracaso y en el ámbito familiar te empiezas a sentir cada vez más invisible como si todos hablaran a tu alrededor pero no pudieras expresar lo que realmente sientes siendo un prisionero que anhela a gritos decir lo que piensa pero sólo está ahí callado o llorando en algún rincón preguntándote ¿Cuánto más podré aguantar?, ¿Cuán miserable e infeliz crees que puedes llegar a ser?

El sol ya estaba cayendo y yo seguía acostada viendo el cielo por la ventana del techo hasta que empezó a llover y empecé a cuestionar porque a las personas les gusta la lluvia si el paisaje es embarrado, penoso y sin color haciéndolo sentir a uno triste.

La vida de un adolescente es difícil, no es color rosa o negro como le quieran decir. La vida de un adolescente está llena de desamores, depresiones, decepción, intranquilidad, indignación por no poder ser quiénes deseamos y más que todo impotencia.

Decidí ir a dar una vuelta al lado del clima tan penoso que acompañaba mi estado emocional caminando por las calles viendo todo a mi alrededor hasta que algo llamo mi atención.
Una chica se encontraba a punto de saltar de un puente y la lucha dentro de mi cabeza empezó en si decirle que no salte o irme pero mi lado amable ganó y decidí acercarme.

-¡Hey, espera!-dije mientras me iba aproximando.

-Si te sigues acercando salto.-grito ella.

-No tienes por qué acabar con tu vida, déjame ayudarte.

Entonces ella salto sin escuchar consejo alguno y yo corrí hasta tomarla del buzo.

-¿Por qué haces esto?-grite debido a que la lluvia empezó a ser cada vez más fuerte.

Ella sólo lloraba y se agarró del barandal para poder estar del otro cayendo encima mío para luego sentarse a un lado y yo la acompañe en ese acto.

No sabía la razón por la cual iba a cometer aquella locura y no tenía intenciones de preguntarle. Sólo me senté a su lado mientras lloraba desconsoladamente haciéndome sentir un terrible dolor en el corazón y la abrace.

¿Cómo puede ser posible que hagas cosas sin pensar y más aun con personas que no conoces? Pues yo tampoco lo sé pero una parte de ti siempre hará cosas sin pensar en las consecuencias.

Así estuvimos debajo de la lluvia hasta que los truenos y pequeños rayos se hacían presentes.

-Creo que debemos irnos.-dije con voz neutra.

-Me llamo Kaylin.

-Es un placer, mi nombre es Phoebe.

-Gracias.-dijo en un tono no muy audible.

-¿Quieres ir a mi casa?-le pregunte y ella se paró poniendo sus manos en la boca debido al frío.-Sí.

Una vez más estaba rompiendo todas las reglas metiendo a mi casa a una extraña y qué sentido tendría tener reglas si no puedes ir en contra de ellas.

Fuimos a mi habitación y nos pusimos ropa abrigada ya que el tiempo estaba empeorando.

-Wow. Que hermoso se ve el cielo desde aquí.

-Si te refieres a ver como cae la lluvia pues no es tan malo pero no me gusta ya que me es muy deprimente, puedes dormir en el sofacama si no te incomoda.

-Por mi está bien.

-Iré por chocolate espérame aquí.

Baje por unas tazas de chocolate ya que literalmente estaba congelada, al subir me di cuenta que Kaylin se había dormido así que me tomé las dos tazas y luego me acosté a dormir.


Espero que les este gustando

¿Será que aquí  empieza una verdadera amistad?

Vacíos Por DentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora