3.Humanidad

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Tenemos sentimientos que a veces no nos atrevemos a decir ni a expresar por miedo a estar expuestos o ser rechazados llevándonos a elegir entre callar o soportar lo que venga después de ser revelados.

En ocasiones debemos elegir entre lo malo, lo bueno o lo peor, entre vivir una mentira donde nos hacemos creer que estamos felices y que las cosas pasan por una razón o aceptar la más cruel de las verdades y esforzarnos por seguir adelante.

Elegir implica el sacrificio de muchas cosas.

Somos dueños de nuestra vida y de nosotros depende sentirnos felices o derrotados, habrán situaciones devastadoras que nos harán sentir inútiles que somos una carga o un problema, inclusive que no merecemos seguir viviendo entrando en conflicto con nuestras emociones y pensamientos. Una vez que pasa esto empezamos a buscar salidas pero estamos tan agobiados y dolidos que creemos encontrar refugio en la bebida, en una actitud rebelde o lo más común cortando nuestras muñecas, droga, etc.

Las personas juzgan y critican sin saber nuestro dolor, haciéndonos sentir infelices, desprotegidos y vacíos por dentro ya que en la adolescencia es cuando nos damos cuenta de que estamos solos o mientras más personas conocemos sentimos que encajamos menos.


Baje rápido de mi habitación para tomar una manzana de la cocina e ir al colegio ya que el día anterior falte por quedarme con Kaylin.

Entre al salón de clases y tome asiento en la quinta banca cerca de la ventana ya que no me gusta estar adelante pero tampoco atrás más bien un término medio.

Aún faltaban cinco minutos para que la clase de filosofía empiece así que salí del salón para tomar un poco de agua del bebedero y vi como un grupo de oxigenadas tenían a una chica arrinconada a la máquina expendedora haciendo que tenga otra guerra mental en si ayudarla o no.

-Por lo visto les gusta aprovecharse de las chicas nuevas.-hable fuertemente haciendo que ellas volteen a verme.

-Pero mira que tenemos aquí.-dijo la larguirucha de cabello castaño mientras que sus dos amigas se reían.-Se te perdió algo pulga.

Honestamente tengo un don increíble para meterme en problemas y este caso no sería la excepción.

-¡Si, fíjate que sí! Se me perdió mi escobillón para limpiar el techo.-dije sarcastimente haciendo enojar a la larguirucha.

-Mira estúpida no te metas en problemas ajenos.-dijo sería mientras me apuntaba con sus uñas postizas.

-Tu no me das órdenes y saca tus falsas uñas de mi cara.

El timbre sonó y todos caminaban rápido a sus salones, las oxigenadas se fueron dejándonos solas.

-¿Qué clase te toca?

-Filosofía.

-Nos toca la misma, te parece si vamos.

-¡Claro! Gracias por defenderme mi nombre es Jade.-extendió su mano y yo hice lo mismo.

Jade se sentó detrás de mí y en repetidas ocasiones nos llamaron la atención por estar conversando después de cinco largas horas el timbre del receso sonó y todos salieron como alma que lleva el diablo.

-Vienes conmigo o te vas por tu propia cuenta.-pregunte amable.

-Me voy contigo además no tengo ánimos para toparme con la larguirucha.

Mientras Jade hacia la fila para comprar en el bar yo buscaba una mesa para sentarnos a comer pero todas las mesas del comedor estaban llenas a excepción de una que estaba en todo el centro de la sala.

-Ya sabes dónde nos vamos a sentar.

-¡Si!

-No veo ninguna una mesa desocupada.

-Jade no seas ciega, vamos a sentarnos en esa.

-Sabes que las mesas que están en el centro es la de los marginados.

-No creo que una mesa que está en el centro sea de marginados.

En lo personal el estatus social del colegio nunca me ha importado y muchos menos me interesa ser aceptada por un grupo de inmaduros que se cree mejor que los demás.
Jade es muy carismática y al parecer siempre tiene algo que contar así que nuestro receso fue muy agradable y pudimos conocernos un poco.

Nos levantamos para ir a comprar dulces y luego retirar las llaves de nuestros casilleros pero un chico cayó encima de mí tirando toda su bebida en mi blusa.

-Discúlpame.-Dijo el chico de lentes muy tímido.

-¡Hey, muñequito! Vuelve aquí rápido.-grito un joven alto de ojos azules, cabello oscuro que utilizaba ropa negra.-Disculpen princesas mi muñequito es algo torpe.

-No crees que ya estás bien grande para estar jugando con muñequitos.-hable eufórica.

Como les dije tengo un imán para atraer problemas.

-Phoebe, vamos no te metas en problemas.- decía Jade mientras me jalaba del brazo.

-Deberías hacerle caso a tu amiga muñeca no me gustaría lastimarte.

-¡Ja Ja Ja! Atrévete a tocarme tan sólo un cabello y te partiré la cara imbécil.

-¡Uy! Así me gustan.-dijo acercándose cada vez más a mi hasta estar a un centímetro de distancia.

Todos les tenemos miedo a algo y mi mayor miedo es enamorarme y no ser correspondida por eso siempre evitó tener contacto visual por más de tres segundos con los hombres y es que los ojos son la ventana del alma o amenos eso dicen pero mi alma sólo está llena de tristeza e inclusive se siente vacía.

-¿Zac que se pone que haces?-grito la larguirucha mientras se acercaba a nosotros.

-Mejor nos vamos Jade, no aguanto escuchar la voz de esa oxigenada.

-Chicas puedo ir con ustedes.- pregunto tartamudeando el chico de lentes.

-Por supuesto que si.-dijo Jade más rápido que flash.

Fuimos a retirar las llaves de nuestros casilleros y podía observar como Jade hablaba muy emocionada con el chico de lentes.

Como los profesores estaban en una reunión nos dejaron salir temprano.

-Chicas yo las puedo llevar.

-No gracias, me iré caminando.-respondí en tono neutro.

-Vamos Phoebe no seas así deja que Will nos lleve.

-No señorita y tu deberías hacer lo mismo aun no conocemos bien a ese chico.

-Por favor Phoebe.

-Lo siento Jade me iré caminando.

Me di la vuelta y conecte mis auriculares a mi celular para ir escuchando música en el camino hasta que un auto pasó y me chispeo de agua toda la ropa.

-Mira por donde caminas pulga asquerosa.

Los humos se me subieron a la cabeza y las ganas de matar a alguien me ganaban pero no podía hacer nada porque la oxigenada se había ido y yo no sabía dónde vivía.

-Ahora si aceptaras que te lleve.

-No tengo otra opción.

A pesar de estar mojada y oler a los mil demonios el chico de lentes se ofreció a llevarme a casa.

-Gracias por traerme.

-De nada pequeña por cierto me llamo Will.


Lamento haberme demorado en actualizar pero estoy en exámenes 77 espero que les este gustando la historia y dejen sus comentarios.
Los quiero mucho ^-^ ♡

Vacíos Por DentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora