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"Vacien el paso, el gran principe Anthony Edward Stark va a pasar"

Todos de inmediato guardaron su mercancía, unos se escondieron y otros solo cubrían su puesto con un pedazo grande de tela y sus ojos los tapaban con vendas.

En el puesto de artesanías y pinturas, Rogers terminaba su boceto acerca del principe de Agraba el cual era del cuerpo del muchacho sentado en una fuente de agua mirando el suelo alrededor de tesoros, joyas y oro. Orgulloso de su trabajo salio por su lienzo y pinturas para comenzar su nuevo trabajo.

Al salir de su tienda, observó que varios puestos estaban tapados o cerrados, le pareció algo extraño hasta que se dio cuenta que un chico de 17 años pasaba junto a guardias del palacio.

Como pudo se tapó los ojos, incandose de rodillas ante su Alteza. Anthony noto la acción, con suma elegancia se acercó al puesto de artesanías de Steve observó alrededor hasta encontrarse con un cuaderno, en este se encontraba el boceto que el pintor había creado.

- Disculpa señor, pero este diseño lo hizo usted ¿o me equívoco?- pregunto el castaño con curiosidad viendo el boceto.

Rogers trago duramente saliva, se levantó e hizo una reverencia antes de contestar la pregunta.

- Así es, su alteza- Steve avergonzado asintió, miro solo sus pies.

- Tienes un talento admirable...y lo noto en el dibujo de mi persona en tu cuaderno- el comentario hizo reaccionar al rubio quien se sonrojo y lo miro quedándose atónito ante el príncipe.

Lo había visto de lejos, sentado en la muralla que separaba su palacio con el pueblo junto a su tigre blanco, aveces lo veían en adentrarse al palacio. En persona era otra cosa, sus ojos avellanas reflejaban alegría y cariño, su sonrisa humilde y su cuerpo parecía ser digno de un modelo.

- Me gustaría alguna vez que me dibujaras- Steve asintió sonrojado, Stark le dio una tierna sonrisa antes de seguir su camino a los oasis del reino.

Casi inmóvil, se metió de nuevo a su puesto y se pudo a reflexionar la situacion: el príncipe,futuro sultán de Agraba, le había alagado y dado una esperanza de volver a verlo frente a frente.

Feliz, se apoyó en la pared de tierra seca y sonrió al techo.

Pasaron días desde aquel encuentro que lo había dejado marcado, el príncipe no había vuelto a pasar por el mercado dejando que muriera la flama de esperanza de Rogers por verlo. Unos días pasaron cuando se anunció el matrimonio entre el futuro sultán y una princesa del reino de vecino que se llevaría acabo en una semana.

En esa semana, era igual para el rubio vendía sus artesanías y pinturas, aveces creando nuevas obras maestras con la temática de la realeza.

En una noche calurosa, mientras Steve se dirigía al oasis del pueblo pudo percibir que alguien lo seguía. Al llegar, se quitó sus prendas hasta quedar desnudo y meterse al agua tibia.

- Eh Disculpa...- Rogers se dio la vuelta reconociendo la voz al instante.

- Príncipe Stark ¿Qué haces aquí a estas horas fuera del palacio?- pregunto el rubio sorprendido de verlo en esa situación, el príncipe vestido con prendas de un típico mercandense.

- Recuerda que...alguna vez me gustaría que me pintará? Viene con esa intención- se quitó su bufanda que cubría su cuello y rodeaba su cabeza, dejo que sus prendas bajarán mostrando su cuerpo desnudo - Pintame porfavor-

Steve se quedo hipnotizado una vez mas, sumiso tomó su toalla y la enredo en su cintura para ir por sus pinturas y lienzo.Tony se sentía casi intimidado por el tamaño físico del rubio.

-¿P-pondría sen-sentarse en sus pi-pies?- Tony acató la orden, se puso la camisa ajena en su hombros simulando que se le caí provocando algo en el interior del rubio.

- No se incomode...pero me gustaría saber porque está afuera del palacio- pregunto Rogers mientras pasaba su dedo huntado de tierra negra como pintura.

- Escapó de mi vida de principe, odio la idea de casarme sin sentir amor por esa persona- respondió cortes el chico sin moverse - Cuéntame de ti, Steve-

- Primero...¿Cómo me conoce mi nombre?- el castaño solto una risita.

- El chico que vende joyeria a lado tuyo me dio esa información- el rubio asintió y se centró en no sentir calor al ver como el chico suspiraba.

- Ya veo... bueno soy artesano pero mas pintor,mi familia murió en un accidente cuando tenia 5 años- Tony lo vio de reojo y con triteza le dijo.

- Yo igual perdí a mi madre a los 5...desde entonces mi padre me controla-

- Anthony...-

- Tony, dime Tony- comentó el principe con una sonrisa - ¿Ya esta el dibujo?-

- Así es- el castaño de levantó y fue donde el rubio y ver el trabajo final - Te gusta?-

- Muchisimo- Rogers pudo notar aquella sincera sonrisa de Stark - Quisiera que la noche fuera eterna...-

- Escapate conmigo- sugirió el artista al príncipe quien lo miro de forma asombrada - Venga a vivir conmigo y así mostrarle que las noches si son eternas-

Anthony, sorprendido ante la propuesta, sonrió y se puso de cuchillas para quedar a la altura de Steve. Suavemente acarició las mejillas ajenas para luego acercase a los labios y plantarle un beso necesitado.

- Secuestrame y muestran tu mundo- susurro el castaño, el rubio sujeto su cintura y le correspondió al beso.

Aquella noche bastó para decidir su propio camino, donde y con quien querían pasarlo.

Pasaron los dias y el reino buscaba al príncipe.

Pasaron semanas y meses, Tony y Steve volvían mas cercanos a tal punto de ser pareja

Pasaron los años, la búsqueda cesó, los mercaderes admiraban a una pareja de artesanos que siempre venían con una pequeña niña diciendo ser su hija.

El ex-príncipe de Agraba ahora un artesano más, era felizmente casado con su artista el cual cada primer día de verano se iban al oasis a ver las estrellas y prometerse jamás alejarse.







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