Capítulo Único

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Pronto oscurecería y si Duanmu Xi no se levantaba para la hora de la cena ya habría pasado casi medio día durmiendo.

Al principio había estado esperando tranquilamente a que despertara, vigilando la habitación sólo siendo interrumpido por la servidumbre que llamaba a la puerta preguntando por el "joven maestro" pero en algún momento se aburrió y decidió estirar sus piernas para deambular unos momentos e ir a practicar con su espada, aprovechando para estar en su forma adulta.

Debía de admitir que el verlo dormir casi a todas horas se estaba volviendo una rutina para él aun así estar sólo no dejaba de ser algo aburrido; cuando estaba despierto Duanmu Xi podía ser mandón, presumido y molesto, pero al menos tenía algo que hacer en lugar de merodear por la casa como toda un alma en pena. Aunque por otra parte quizás era mejor que estuvieran descansando que huyendo de alguna situación peligrosa, las cuáles que parecían atraer con relativa facilidad.

Observó el atardecer tranquilamente antes de volver a la casa para despertar a su "jefe" sería un desperdicio que se quedará dormido y toda esa deliciosa comida que le preparan se enfriara en la mesa. Injusto ¡Demasiado injusto!

Aún se filtraban los suficientes rayos en la habitación como para poder observar el perfil del joven exorcista, era demasiado guapo y estaba seguro que más de una mujer suspiraría al verlo de esa manera, obvio que él no lo haría, era todo un hombre (y heterosexual, muy hetero) pero eso no impidió que se quedará contemplando por unos momentos el verlo dormir.

Sus cabello plateado cayendo despreocupadamente en la almohada y sus largas pestañas, odiaba admitir que todo encajaba demasiado bien incluso el color de sus ojos, después bajo la mirada a sus labios, de ellos podía decir que eran suaves.

Se reprimió por ese pensamiento. ¡Maldito Duanmu Xi! Maldijo para sus adentros tapando su boca con una mano y recordando brevemente las ocasiones que le había besado, mientras que con la otra apretó fuerte la empuñadura de su espalda.

De un momento a otro ya no veía la habitación.

Dos figuras contemplaban el atardecer y reconoció de inmediato quienes eran: Duanmu Louye y Zicheng, ambos se encontraban con sus rostros muy cerca, sus respiraciones parecían estar mezclándose

-Le pido disculpas por lo de hace unos momentos mi señor –Dijo el de cabellos más oscuros, en su tono de voz la culpa era algo tangible – No quise importunarlo de esa manera.

-No tienes que pedir disculpas –Comentó el de los ojos violetas, su expresión era de alegría pero como si estuviera a punto de hacer una travesura- Ambos lo quisimos ¿O me equivoco?

- Si –Contestó el otro hombre completamente avergonzado de su acción.

Louye soltó una pequeña risa antes de estirar una mano y acariciar la mejilla del otro antes de eliminar el espacio entre ellos y besarle suavemente, siendo correspondido de inmediato.

Pese a las palabras de su ancestro Jinghua estaba seguro que no era una situación en la que alguno se viera obligado y aunque si le fue un tanto incomoda de ver parecía que eso era algo un poco obvio, que encajaba como la pieza de un rompecabezas con las otras escenas que había contemplado.

Cuando salió de aquella ensoñación se dio cuenta que su rostro estaba muy cerca del de Duanmu Xi con una sensación cálida recorriendo sus labios, quiso huir pero fue demasiado tarde cuando el otro comenzó a despertar ¿Qué había pasado? ¿Lo había besado? Se dijo preocupado y casi cayendo de espaldas al suelo.

-Yang Jinghua –Dijo el joven incorporándose de la cama, con una mirada molesta al ser despertado.

-Despertaste, es hora de la cena, vamos a comer –Dijo apurado, intentando no sonar nervioso pero pareció ser en vano debido a que no logró apartarlo de la cama. "Espero que no se haya dado cuenta del beso" pensó para sus adentros con mucha fuerza.

-¿Beso? ¿Qué beso? –Pregunto Xi tocando sus labios.

Odio por unos momentos el estúpido vínculo telepático que los unía.

-¡No, nada! ¡Ve a cenar! –Soltó una risita nerviosa, esperando que la atención se desviará a otro asunto-

Antes de poder decir algo sintió como una mano del otro se colocó detrás de su nuca y le acercaba hacia su rostro

-¡Espera! –Dijo rompiendo el momento.- ¿Siempre tiene que ser así?

-¿Entonces así?

Aunque Xi tenía un rostro de completa seriedad, su alma imagen lo conocía lo suficiente como para saber que estaba conteniendo una risa mientras hacia una seña que le invitaba a sentarse a un lado de la cama y le tomaba de las manos

-N-no me refería a eso –Respondió Jinghua, aunque había obedecido a la orden y se encontraba sentado en el borde de la cama, sin soltar sus manos.

-Pensé que querías... –El joven exorcista no parecía seguro de sus decisiones, realmente quería besarlo.

-¡De acuerdo! ¡Acabemos con esto! – Dijo el de cabellos oscuros más para sí mismo que para su acompañante.

Como sus manos aún seguían unidas entrelazo sus dedos mientras lentamente iba acercando de su rostro, de esa forma estaría seguro que ninguno estaría siendo forzado, su acción fue recibida gustosamente y en un momento parecía que sólo con cálida sensación de ese gesto podía ser suficiente, aunque no era lo que ambos pretendían.

Su respiración se agitaba mientras el espacio se iba reduciendo y estaba cada vez más consciente de lo que estaba por suceder, iba a besar a Duanmu Xi, sin otras intenciones como transferir energía, realmente sería un simple beso. Aunque no tenía nada de simple, realmente estaba nervioso.

No era gay, nunca se había sentido atraído por hombres pero cuando sus labios tocaron los del exorcista sintió unos impulsos eléctricos recorrer su cuerpo, ya sabía lo suaves que eran pero el poder degustarlos de esa forma era completamente diferente, ambos estaban sanos y salvos en casa, sin muchas prisas.

Se besaron de forma lenta, como si fuera la primera vez, porque de algún modo lo era. Jinghua tenía miedo de que su inexperiencia fuera arruinar la situación, pero eso no pareció importar porque de un momento a otro sintió como Xi liberaba una mano para acariciar su mejilla y fue en ese instante donde lo invadió un impulso de profundizar el beso.

Creyó que sería empujado en cuanto demostró sus otras intenciones, lamiendo suavemente el labio superior de Xi, pero no fue así, después de ese beso siguió otro y otro más, no tan inocentes como el primero e incluso Jinghua se acomodó en la cama sobre él

Había momentos donde Jinghua sentía la tentación de hablar por el simple hecho de molestarlo, pero prefería callar para no arruinar el momento, aunque en una pausa en la cual se separaron para controlar sus respiraciones comenzó a meditar si quizás debía preguntarle si podía besar en otros lugares, pero su pregunta pareció ser contestada cuando sintió los labios ajenos sobre su mentón.

Con un poco más de confianza le aparto brevemente para dejar un beso en su cuello, la piel de ese lugar era suave y un pequeño suspiro fue suficiente respuesta para poder continuar depositando varios en ese lugar. Entretenido en su tarea, no se dio cuenta cuando su cabello fue desatado hasta que algunos mechones rebeldes comenzaron a caer por su rostro impidiendo su tarea.

--¡Dejame besarte! –Se quejó molesto rompiendo el silencio antes de que su boca fuera atrapada nuevamente.

Al separar contemplo a Duanmu Xi que lucía divertido por la situación, con una sonrisa en sus labios y un muy leve rubor en sus mejillas.

Quizás no tuvo dinero o una casa propia cuando vivía, pensaba volviendo a unir sus labios, pero en ese momento sentía que era alguien muy afortunado, tanto como para permitirse ser algo grosero con las personas que habían preparado la cena, porque iba a dejar que se enfriara para tener a Xi un poco más.

Cuando duermesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora