El príncipe de la noche: parte 2

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Obviamente acepto sin dudarlo un segundo, nos fuimos afuera que no era tan privado pero mas privado que adentro era, lo raro fue que ella se tiro a besarme y no fui yo el que le robe el beso, pero no importaba, me beso mucho tiempo, no pude evitarlo pero antes de que sacara sus labios de los mios la manoseo, ella no opuso resistencia al contrario me siguió besando. Creo que gustaba mucho de mi pero agarro mis manos y las puso sobre de bajo de su calza, no lo podía creer era la primera persona que hizo eso, me quede anonadado, se sentía bien hasta que me dejo de besar y yo saque las manos de bajo de su calza. Ella se sonrojo y me miro atenta sin decir nada, sus ojos brillaban y sonrió al par mio
Alex- pasame tu numero
Ella me lo paso, como no pedirle su numero luego de lo que me dejo hacer, quería repetir el momento algún día
Estefania- me tengo que ir, mis amigos me esperan
Se fue como vino,  antes de que la perdiese de vista miro para atrás y me tiro un pico y siguió de largo, me quede bastante satisfecho con el momento, pero la noche aun no terminaba, la luna continuaba allá en el cielo.
Volví con los demás
Shesica- ¿donde estabas? Estaba preocupada
Alex- estaba conociendo el boliche
Thomas-  estabas conociendo labios Alex, no mientas, tu sabes que no sabes mentir
Era verdad, no sabia mentir, soy bastante honesto y mentir desde que nací que no conozco esa palabra
Shesica- te dije estrictamente que pasaras tiempo con nosotros y no con ellas
Alex- es muy difícil retenerse ante tantas chicas al rededor
Shesica- disfruta una mas dentro de un rato nos vamos
Alex- ¿que? ¿Tan temprano?
Shesica- mi papá mañana tiene que trabajar, y me dijo que nos venia a buscar témpano
Alex- uh que mal, bueno ya vengo voy al baño
Carolina- te acabamos de decir que no sabes mentir
Era gracioso, obviamente no iba a ir al baño si no con las chicas las cuales aprecio tanto.
En realidad no estuve con una si no con dos o tres no las conté.
El padre de shesica había llegado, me despedí de los demás y me fui a mi casa, estaba cansado, no era nada fácil conquistar corazones, era un tarea difícil pero valía la pena. En el auto no hablamos nada. Al fin había llegado, hogar dulce hogar, pero shesica sin que nos viera el padre me beso nuevamente, era muy cotidiano el beso de buenas noches para poder dormir. Entre a casa, todos dormían como marmotas y yo quería estar igual que ellos, no me saque la ropa solo las zapatillas y me dormí bien profundo...  

Alexander el príncipe de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora