Orígenes del final de la historia

— ¿Huh? Parece que tengo visita el día de hoy... No me esperaba que hubiese alguien con la intención de venir a este desolado y oscuro pasillo.

¿A qué dices que vienes? ¿Conocerme? No soy alguien importante, creo yo. Yo no existo, dejé de hacerlo hace mucho tiempo. Sin embargo, si de verdad te interesa saber... Supongo que no me hará daño contarte. Quédate en silencio, voy a relatarte una historia; No, no es una historia de amor, pese a que hablaré de ello. No es una historia de tragedia, aun cuando mi muerte lo fue... Y no, no tengo la intención de provocarte lástima con lo que diré, aun cuando a mí me duele todavía. Esto es porque me lo pides; te voy a contar una historia de alguien que vivió y murió como miles de millones otros y que hoy nadie recuerda.

¿Mi nombre? No estoy segura... Tú puedes llamarme C.H.

Entonces, empecemos por el origen. Cuando... "naces" de la mente de una persona, te creas como un dibujo plano en una superficie de papel: frágil, descolorido, inerte. Eres un pequeño boceto simple en espera por tomar forma, a medida que aquella persona, te perfecciona. En este caso inclusive, podemos referirnos a ella como ustedes conocen a "Dios"; idea cada parte de nuestra existencia, y decide cuándo es pertinente la hora de nuestro final.

No tengo muy amplias memorias de quien solía ser... Pero recuerdo vagamente los detalles que me fueron otorgados: cabello castaño chocolate que alcanzaba la mitad de mi espalda, ojos de color azul claro, similar al cielo... Medía 1.65 aproximadamente, y tenía un cuerpo bellísimo.

Con cada uno de éstos detalles físicos empezamos a "salir" del papel; a dejar de ser un concepto simple para convertirnos en algo más valioso... Mi creadora buscaba que fuera lo más completa posible. Me dio un nombre y un apellido, un lugar de nacimiento, una familia, una historia rebosante de acontecimientos que formaron mi carácter, amigos, gustos y disgustos... Mil cosas más. Cuando... Alcanzas éste nivel de "perfección" te das cuenta de que has tomado profundidad, y que tu cuerpo adquirió color... Te sientes como un ser vivo.

Y fue de esa manera; entre miles de inquietudes y pensamientos, que fui creada.

Sin embargo, esto es solo el inicio. Una vez te conviertes en un ente... real en medio de tu propia ficción, te corresponde integrarte a una nueva historia, con una diversidad de personajes diferentes y a la vez similares a ti. Como dije, recuerdo vagamente lo que viví antes de llegar a este lugar... Pero hay algo que si se mantiene en mi memoria, aun cuando todo se ve nublado: La hermosa mirada de ese chico de cabello castaño y ojos claros; usaba una katana como arma y se dedicaba a cuidar criaturas mitológicas. Lo conocí cuando trataba de escapar de un edificio en llamas para salvar a alguien, amaría recordar a quien. Él me brindó su mano y me apoyó en cada cosa que pudo hasta que lo logramos, él logró que dejara de sentir pena por mí misma, en consecuencia de otro noviazgo que tuve. ¿Alguna vez escucharon de... Primer amor y amor verdadero? Bueno, esa fue la diferencia entre ellos; ellos hicieron que mis piernas temblaran, que mi corazón se acelerara y mi rostro, mi blanco rostro se tornara de un rojo furioso. Fueron tan importantes en mi vida, que aun cuando he olvidado casi todo... ellos sobreviven como si los hubiese conocido ayer.

Conocí a varias personas muy agradables, realicé diversos trabajos. Era algo contradictorio, pertenecía al ejército, pero de vez en cuando realizaba trabajos con un grupo de "delincuentes" ... Supongo que por estar en el lugar incorrecto mi muerte fue de esa manera. No puedo contar con muchos detalles, pero era la líder de un grupo de personas con un objetivo que, como he repetido varias veces a lo largo de este relato... No recuerdo.

Lamentablemente de allí en adelante solo recuerdo haber adoptado un perro un tanto inusual; parecía una pantera bebé, pero era más grande aún. Le puse un tutu puesto que era hembra y la acogí. Era de verdad adorable.

Y... Recuerdo lo último; yo me encontraba en una habitación de mi casa mirando la tv mientras acariciaba a mi cachorrita, cuando de repente escuché un agudo y sutil zumbido que venía del armario. Mi primer pensamiento fue que a lo mejor era una vibración causada por la mesa en la que estaba ubicada la pantalla, sin embargo, se hizo mucho más fuerte conforme pasaba el tiempo, hasta que pude reconocer que era. No dudé en abrazar a mi pequeña compañera con fuerza, y todo el lugar explotó... Nada se salvó a excepción de ella, y de mi... quedó únicamente un brazo.

Ese fue el final de mi vida, aun cuando la explosión pudo tardar unos segundos o quizás menos... tuve tiempo de pensar en cada cosa que nunca hice: No tuve el valor para decirle a ese chico que lo quería, que deseaba pasar con él todo el tiempo que me restara de vida (aunque no fuese mucho), que daría un segundo por haberle besado un poco más; que deseaba que cuidara de manchas (recién recuerdo su nombre, mis disculpas) Pero nada de eso importaba, porque yo moriría. Al menos quise decirle que fuese feliz, que sonriera como siempre lo hacía, y que me recordara con cariño. Vaya que no tenemos idea de lo cruel que puede ser la muerte.

A partir de ahí recuerdo haber caminado por un pasillo oscuro, solitario, y frío. No tiene entrada ni salida de ningún tipo; y cuando estás aquí tus memorias empiezan a desaparecer, como pudieron notarlo... Empiezas a perder color, a perder la voz. Casi te conviertes en lo que fuiste al inicio: Un inerte dibujo en una superficie de papel.

Sé que esta historia no tuvo un final feliz, y que mi destino es desaparecer; pero no todas las historias tienen porqué acabar bien, y la mía fue una de ellas. Me disculpo contigo si te han quedado dudas sobre mí y sobre mi vida, la verdad es que no recuerdo mucho, y me frustra de la misma manera que quizás lo haya hecho contigo.

Fue... Muy hermoso tener alguien que me escuchara, que compartiera mis emociones, y que me diera la oportunidad de contar lo más significativo de mi corta existencia. Muchas gracias, y Adiós.