End Up Here

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Sunwoo atravesó la puerta de la enorme casa con una sonrisa, todas las miradas se posaron sobre él, sabía exactamente cuales iban a ser las reacciones de los presentes, sabía el efecto que causaba en todas las personas, y estaba orgulloso de ello. Soltó una carcajada cuando pasó por el lado de un chico, que al parecer tenía novia, pues la chica frente a él le había lanzado una mirada de muerte mientras decía un montón de palabras inentendibles para él, la música estaba muy alta.

Caminó hacia el lado opuesto de la habitación, allí donde se encontraba la barra, suspiró mirando la mesa llena de bebidas alcohólicas que, por supuesto, él no iba a beber, ¿Dónde estaban las Coca-Colas?

Dio un saltito casi imperceptible en su lugar cuando alguien susurró en su oído un "¿Te la estás pasando bien?"

Pues no, en lo absoluto, él quería una Coca-Cola.

—¿Eres el anfitrión?— Preguntó medio girándose, viendo al chico detrás suyo, tenía el cabello claro, creía haberlo visto en los pasillos de la escuela, pero no sabía su nombre. A Sunwoo le fascinaba responder preguntas con otras preguntas, amaba sacar a las personas de sus casillas y aunque no le maravillaba, tampoco le desagradaba toda la atención que obtenía.

El otro chico sonrió, respondiendo un "Si" que se escuchó muy engreído a los oídos del moreno, el cual sonrió irritado, no se llevaba con ese tipo de personas.

—Pues no deberías estar tan orgulloso, no hay ni una coca-cola, ¿Qué pasa con los que no tomamos alcohol?— Por supuesta que no se quedó para escuchar la respuesta, no pensaba hablar con nadie hasta que tuviera su Coca-Cola.

El chico pareció haberle leído la mente, pues llegó con una lata de su refresco favorito, éste había perdido toda la imagen engreída que le había mostrado en el principio, le estaba extendiendo el refresco con las mejillas rojas y un casi imperceptible temblor en sus manos. Aceptó la bebida con una sonrisa burlona, ese chico era extraño.

Esperaba que el castaño le dijera algo más, pero sólo se quedó mirándolo de forma singular, claro que no era algo nuevo para el moreno, es lo que la gente solía hacer siempre. Carraspeó llamando la atención del chico, éste sacudió su cabeza, su cara volviéndose aún más roja, haciendo reír a Sunwoo, era lindo. Caminó dejando de lado al chico, habían puesto su canción favorita y no pensaba quedarse ahí de pie mientras ésta sonaba, iba a bailar.

Haknyeon suspiró viendo al menor apartarse con su típica sonrisa socarrona, no era la primera vez que se quedaba colgado mirando al menor, en su defensa el chico era realmente hermoso, era incluso más hermoso de cerca, recién lo había comprobado.

Haknyeon lo conocía, sabía que el chico era un completo problemático, siempre siendo tan caprichoso y ruidoso, y aun sabiéndolo, no podía dejar de mirarlo cuando estaba cerca o de pensarlo cuando no lo estaba, ese era su mayor inconveniente.

Se apoyó contra la pared, observándolo, sus ojos siguiendo cada movimiento que el chico hacía, es que no podía evitarlo, era maravillosa la forma en que bailaba, tenía los ojos cerrados, haciéndose uno con la música, era simplemente asombroso.

Sunwoo era tan inalcanzable, tenía una mente brillante, un talento increíble, y su belleza indescriptible sólo era un plus. Haknyeon sabía que el menor no era lo que todos pensaban, sabía que le gustaba leer en silencio y ayudar a quien lo necesitara, así que básicamente él era nada comparado con el moreno. Por eso no supo que hacer en el momento en el que el chico abrió los ojos y le dedicó una mirada intensa que pudo haberlo derretido ahí mismo.

Sunwoo caminó hacia él, de forma lenta, haciendo tortuoso el tiempo que esperó para tenerlo cerca, no sabía porqué lo estaba mirando o porqué estaba yendo a su encuentro, lo único que podía pensar era en que el chico se veía magistral con ese jean ceñido a su figura, marcando sus muslos. Casi gritó cuando el menor lo tomó de la mano y lo arrastro hasta la pista, comenzando a moverse muy cerca de él.

—Oh, vamos. Sólo tienes que seguir el ritmo, tranquilízate.

Por supuesto, era fácil decirlo cuando no era él a quien le estaban susurrando en el oído mientras cruzaban sus brazos por su cuello. Comenzó a moverse lentamente, intentando no parecer un idiota, aunque era bastante claro que lo era. Posó sus manos por sobre la cintura del otro, con nerviosismo, temiendo que éste lo apartara, pero no lo hizo.

¿Cómo habían terminado en esa situación?, ambos habían abandonado el lugar, el moreno había insistido en que la fiesta no había sido la mitad de divertida de lo que le habían dicho que sería.

Habían terminado hablando de los rumores acerca del menor, éste no podía contener la risa en ocasiones, sabía que la gente hablaba de él, pero no sabía hasta qué punto podían llegar las especulaciones. Era gracioso que las personas pensaban que era una persona fría o cruel, era cierto que tenía un aspecto algo fuerte y sagaz, pero él no era eso que todo el mundo pensaba.

—No puede ser, dime que no crees eso acerca de mí—Dijo, usando ese tono burlesco que solía usar siempre. Haknyeon no podía evitar quedarse prendado del menor, era tan espontáneo y no tenía miedo de ser él mismo, le encantaba.

—A veces pienso que te conozco más de lo que el resto cree hacerlo—susurró, viendo directamente a los profundos ojos del chico. Él no respondió, pero tampoco apartó su mirada, haciendo que el mayor se pusiera nervioso, ya no se sentía tan tímido como al comienzo, pero cuando estaba siendo examinado por los ojos del menor de sentía expuesto, como si el chico pudiese saber exactamente lo que estaba sintiendo.

—Haknyeon— Le llamó por su nombre, apenas hacia unas horas que había preguntado por éste, pero era la primera vez que lo pronunciaba, Y Haknyeon pensó que nadie nunca podría haberlo articulado de la forma en la que Sunwoo lo hizo, sonaba especial, diferente.

— ¿Si?

—¿Quieres llevarme a casa?

...

Haknyeon estaba a punto de entrar en pánico, luego de ese fin de semana sabía de antemano que el lunes todos iban a estar hablando sobre él y Sunwoo, era lo que siempre hacían, todo se trataba de Sunwoo.

Claro que él sabía que el menor estaba fuera de su alcance, no es como si él estuviera intentando que el chico saliera con él, pero no se esperaba que incluso sus amigos estuvieran mencionando tonterías como que "Debía mantenerlo controlado" y "No dejarlo saber que era un perdedor" para que éste no se fuera.

Pero Sunwoo no lucia afectado en lo absoluto, y cuando se encontraron frente a frente sonrió descaradamente para luego darle un beso en la mejilla, y susurrar un "Tengo todas las intenciones de quedarme", y lo hizo.

Después de todo Haknyeon sí que era afortunado, porque alguien como él no merecía a alguien como Sunwoo. No creía ser lo suficiente para el moreno, pero lo intentaba, Sabía que el chico podía conseguir a alguien mejor, él era tan inseguro, mientras que su menor era tan fascinante, pero al final era él quien podía sostener su mano y besar sus labios. Y Sunwoo se mantenía apreciando cada detalle de él.

Call me lucky 'cause in the end
I'm a six and he's a ten
he's so fit, I'm insecure
But he keeps coming back for more.

end up here | sunhakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora