Parte única.

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Mark rueda los ojos muy obviamente cuando ve a DongHyuck correr hacia donde estaba JaeNo y estamparle un beso en la mejilla. El chico de cabellos blancos se retuerce y hace una mueca, empujando al pelirrojo mientras ríe. ChenLe lo observa y sonríe, el líder es demasiado obvio.

— Ge-ge, si hace esas muecas hasta el CEO se dará cuenta — susurra para que JiSung no escuche.

Mark vuelve a enarcar una ceja antes de girar su cabeza hacia donde RenJun estaba huyendo de uno de los ataques hyper-afectuosos del cantante principal. El rapero, tirado en el piso, suspira. Se supone que tiene algo con DongHyuck. Algo especial. Pero a HaeChan parece no importarle eso de la exclusividad que supone el hecho de que compartan sentimientos el uno por el otro.

— ¿No le preguntó al respecto? — preguntó ChenLe. — Estoy casi seguro que cuando besa a Yuta-hyung, lo hace para molestarlo y cuando besa a WinWin-ge, lo hace para molestar a Yuta-hyung.

Mark asintió, dándole la derecha. Pero no es como que sólo molestara a algunos, realmente lo hacía con todos y eso hacía que él se sintiera menos especial. Después de todo, ¿qué diferencia había entre los besos que le daba a escondidas de los que le daba en televisión nacional a sus compañeros?

— ¿Por qué usted no lo besa en los labios?

— ¡ChenLe! ¿Qué cosas estás diciendo?

El chillido que dio el rapero resonó por la no tan grande sala de ensayos y los demás miembros de Dream se volvieron para observar al par que estaba cotilleando. Mark, todo abochornado retó a ChenLe (¡Pero si no dije nada malo, hyung! Había dicho el muchacho, excusándose luego con el entrenador de baile).

Pero, por más que había estado intentando descartar la idea del más joven de los miembros chinos y que se ponía colorado cuando pensaba en la sola idea de besar a DongHyuck; seguía siendo la única cosa brillante que se le había ocurrido a alguien en los últimos tiempos. Y la idea se mantuvo rodando por mucho tiempo en su mente.

Se lo comentó a Johnny, a quién también le molestaba que DongHyuck intentara besarlo pero le hacía gracia que tuviera que saltar para hacerlo y él estuvo bastante de acuerdo con que la idea era buena. Pero no contaba con que justo Yuta entrara a la habitación silenciosamente y se dedicara a meter su cuchara.

— Tienes que dejar de ser un bebé, Mark — le dice, sentándose en la cama al lado de él, con un gesto retador en su mirada.

— ¡No soy un bebé!

— Claro que sí — dijeron los dos mayores al mismo tiempo. Mark refunfuñó y abrazó sus rodillas. Puede que si lo fuera.

Mark quería ser un hombre de montaña como Yuta, pero no era más que un niño que creció en la nieve.

— Mira, te ayudaré porque te ves muy miserable — habló Yuta, medio sonriendo. — Vas hacia él, decidido. Y lo lleva contra una pared. Ahí ya lo tendrás a tu merced. Lo besas como nunca has besado a nadie en toda tu vida y entonces, le dices: eres mío, baby, que no se te olvide —. Cuando termina de hablar, tira un guiño hacia la nada. Johnny imita el sonido y el gesto de Ten cuando chilla para luego echarse a reír.

— Pfff, eso sólo funciona en mangas y en doramas... — comenta, sacudiendo la cabeza, risueño, mientras repite "eres mío, baby" y sigue riendo.

— A ti no te funcionaría. A mí sí, porque parece que salí de un manga — Yuta se encoge de hombros, divertido.

— ¡Lo voy a intentar y seré un hombre de verdad! — Mark sorprendió a todos cuando habló con tanto entusiasmo.

Iba a hacerlo en ese mismísimo momento. Antes que la repentina adrenalina que sentía, se desvaneciera de su cuerpo y volviera a ser un cobarde. Entonces se encaminó hasta la habitación de DongHyuck, totalmente decidido.

Entró abriendo la puerta bruscamente. Cuando lo hizo, ésta dio un golpe cuando se cerró que hizo que se encogiera y escuchó a TaeYong desde la cocina gritar un: ¡Chicos, modales! DongHyuck, medio recostado en su cama con los auriculares puestos, miró con cierta confusión la entrada triunfal de Mark y se quitó los cables.

— Mark, ¿te pasó algo?

El hecho de que DongHyuck estuviera sentado, había complicado un poco sus planes. Ignoró la pregunta y tomó con nerviosismo el brazo del menor. El cantante se dejó hacer y entendió que le estaba pidiendo que se parara, pero seguía con un interrogante grabado en los ojos. Uno que se hizo más grande cuando Mark lo guió gentilmente hacia una pared.

DongHyuck hizo un gesto de ¿Qué te pasa, se te zafaron los tornillos o qué? cuando Mark se paró frente a él. Sobre todo porque el mayor parecía sumamente nervioso mirando sus pies y moviendo sus manos de forma errantes, como si estuviera pensando si hacer o no algo.

Entonces, Mark alzó la cabeza y lo besó. DongHyuck entró en shock, porque era él quién siempre se tiraba sobre él para darle besos en su rostro, más nunca habían pasado la raya de lo que podía ser una amistad demasiado afectuosa. Pero Mark lo estaba besando en los labios, con una mano apoyada sobre la curva de su cuello y la otra sobre su cintura. Era un beso tímido, inexperto, de únicamente un roce hasta que con entusiasmo el menor rodeó su cuello con sus brazos y profundizó el contacto un poco más allá.

Cuando el pequeño beso terminó, ambos se quedaron ahí, quietos, medio abrazos, con sus narices rozándose.

Mark, aunque colorado, se seguía repitiéndose en su mente que tenía que actuar genialmente si quería agarrar desprevenido a DongHyuck.

— No beses a nadie más de esta forma, DongHyuck-ah... Because you're mine, baby.

Oh, rapper! — exclamó DongHyuck, divertido y brillante. — ¿Yuta te dio ésta idea? — Mark asintió silenciosamente. — Si me llamas «bebé» más a menudo, podría pensar la opción de no besar a nadie más que a ti.

besos / markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora