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— Denis, te amo y tienes que seguir adelante...— Maggie susurraba en mi oído.

— Sabes que no puedo hacer eso, sabes que eras todo para mí— las lágrimas se hicieron presentes en mis ojos— Regresa, odio estar solo... Te necesito mi amor.

—Vamos, despierta Denis— un chico me movía con desesperación.

Me talle los ojos con fuerza, cuando vi con claridad estaba Ian, probablemente era mi mejor y único amigo en el mundo.

— ¿Quieres decirme porque estas aún aquí?—pregunto Ian— Deberías descansar bien, mañana tienes que venir temprano y nada de tus retrasos habituales.

Mire a mi alrededor y estaba en el laboratorio, ayer regrese muy tarde a revisar por última vez la máquina, y al parecer no termine de hacerlo.

— ¿Qué hora es?— Pregunte torpemente.

— Son las 4:00 a.m.

Me puse a pensar en el tiempo que me tomaría revisar la máquina, pero luego en cuestión de segundos otro pensamiento vino a mi cabeza ¿Que estaba haciendo Ian aquí?

Me pare de la silla en la que me había quedado dormido y fui hasta la máquina.

Ian se sentó en la silla en la que yo antes estaba.

— ¿Tu qué haces aquí?

— Me quede revisando los detalles del nuevo proyecto de Alysa, ella me lo pidió— respondió Ian poniendo las manos en la nuca.

— Oh, pero ¿Por qué llegaste hasta aquí? — Cruce los brazos y lo mire serio.

— Creo que la música te delato, me espante, creí que yo era el único que estaba aquí...

De nuevo mis pensamientos se fueron a la máquina, ignorando por completo a Ian.
Solo me quedan un promedio de 4 horas para revisar la máquina, no puedo creer que dormí tanto tiempo. Pero mi vida ahora solo se estaba basando en dormir, tristeza y lastima de todos hacía mí.

Las miradas de lastima las odiaba, creo que todos odiamos que nos sientan lastima, no te lo dirán nunca, pero uno sabe con una simple mirada.

—Bien, amigo, creo que me iré a descansar, mañana será un largo día, bueno, en un rato — rió y comenzó a caminar hacía la salida, lo observe mientras se alejaba.

Ahora sí, debía trabajar en revisar todo y aunque todos creían que el invento, la máquina del siglo era creación nada más y nada menos que del gran Egbert Schröder, pues no, en realidad era mi máquina, yo la cree.

¿Por qué digo que mía? Pues simple, yo la hice a mi manera y yo sería el primero en probarla, frente a todos.

Me puse a revisarla por última vez, Bert confiaba ciegamente en mí, y me sentía un poco mal por hacerle eso o tal vez no tanto... digo, él siempre lo tiene todo.

Le iba a demostrar que mi propuesta de viajar entre dimensiones físicamente no era imposible, pase mucho investigando, demasiados libros, perdí la cuenta de cuantos había leído.

La máquina iba a abrir un portal para que sea posible viajar a alguna de las muchas realidades alternas que pueden existir.

Mientras Bert estuvo ocupado en sus viajes coloque los imanes, me refiero a que desde hace tiempo, y por hace tiempo me refiero desde el día que mi idea fue rechazada, pues desde ese punto eche a andar mi plan de hacer la maquina conforme a mis ideas.

Entre todos los materiales utilizados para crear esto, se encontraban cuatro grandes imanes en forma de herradura que pesaban toneladas, estaban alrededor de la pieza del laboratorio subterráneo, estos al intentar juntarse iban a crear tanta fuerza que iban a abrir una gran niebla y de esta manera sería abierto el portal.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2021 ⏰

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