Capitulo 3

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Estoy abriendo los ojos y veo a Catherine acostada al lado mío- ¿Cómo estás?- me pregunta cuando me ve despertando.

- Mejor- le sonrió y ella hace lo mismo pero sé qué sigue preocupada.

- Déjame avisarle que ya despertaste- se levanta y sale de la habitación.

Me levanto de la cama y me estiro- ¡Au!- exclamó del dolor que siento en mi hombro y al lado izquierdo de mi cuerpo.

- Tienes el hombro dislocado y dos costillas rotas- dice Andy abriendo la puerta, lo miro- y perdiste un poco de sangre.

- Es normal en ella- dijo Cath- asustarme y cuando despierta estar como si nada.

- De nada- le sonrío falsamente- ¿Y Porland?

- Molesto- dice Andy- o mejor dicho furioso- entra y se pone a mi lado- quiere que vallas al cuarto de castigo, no le va a importar como te deje la espalda, solo te va a castigar- asiento- los Smith nos van a adoptar a los tres- miro a Catherine sonriendo- vienen por nosotros en dos semanas.

- ¿Tan rápido?- me sorprendo- pensé que tardarían como un mes o algo así.

- Quieren que estemos con ellos lo antes posible- dice Andy- dejaste a los otros tres peor.

- ¿Cuánto llevo inconsciente?

- Tres horas- contesta Catherine- ve con el antes que se ponga peor.

- Claro- es lo único que digo y salgo del cuarto.

Todos me miran como si yo fuera el mismo diablo pero no me importa, siempre me miran así, toco la puerta una vez que llego al cuarto de castigo- pasa- escucho a Porland molesto.

Entro y lo veo sentado en la única silla que está en este cuarto vacío- si puedes hacer esto rápido, que me quiero bañar y quitarme esta sangre- miro a mi camisa y el hace lo mismo, me acerco después de cerrar la puerta.

- Claro- se levanta ya sabes cómo es- me acerco un poco más hasta quedar al frente y me volteo dándole la espalda- ¿No te la vas a quitar?- dice aun molesto.

- Ya está manchada de sangre- lo miro de reojo- no creo que un poco más haga daño.

- Bien- no dice nada, solo espero el latigazo y bueno... No tardo mucho... Siento una pizacon, ardon y dolor al sentir el latigazo en la mitad de la espalda- van hacer cuarenta y tres- no digo nada solo asiento.

(...)

- ¿Terminaste?- le pregunto al no sentir más latigazos, solo sentí veintinueve- respóndeme Porla...- miro hacia atrás y él está de rodillas en el piso agarrándose el estómago- ¿Qué te paso?- digo sin preocupación.

Levanto la cabeza hacia una parte oscura de la habitación, veo una figura- fue el...- dice con dificultad- mátalo.

- ¡Sal, quiero verte!- le ordeno, de las sombra salió el chico del pasillo- ¿Por qué lo hiciste?- digo molesta y miro a Porland- ¿Por qué no lo matas tú? Yo no soy tu sirvienta.

- ¿No ves lo que te hace?- dice casi en un susurro.

- No importa, además ese no es el caso- doy un paso adelante- van a creer que fui yo y ahora si me van a encerrar.

- Es mentira- abro la boca para decir algo pero él me interrumpe- el solo lo dice eso para que no le hagas nada porque sabe que si él te entrega tú vas a decir todo lo que él hace aquí.

Miro a Porland para que me dijera algo pero solo voltea la cara para otra parte- Maldito imbécil...- le doy un puño en la cara con el brazo bueno, gruño y ahogo un grito por el dolor en la espalda más las costillas- ¡Me largo!- sentencio y empezó a caminar hasta la puerta, la abro y volteo- gracias- salgo y cierro la puerta.

Elegida por un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora