First short story.

3 1 0
                                    

   La primera vez que te vi, recuerdo que quedé inmóvil mientras pasabas delante de mi. Nunca había visto nada tan perfecto, nunca podría haber imaginado a alguien que emanara tanta luz. Realmente quería hablarte, pero cada vez que aparecías mi mundo se congelaba. Como podía hablarte si con tu sonrisa me dejabas totalmente en blanco. Y así pasó el tiempo, sin poder decirte lo que sentía, sintiéndome como un idiota cada vez que pasabas junto a mi y yo era incapaz de saludarte.

Pero un día, te encontré en el parque a unas cuadras del colegió. Estabas sentada bajo un gran roble con la luz del atardecer que se reflejaba desde el lago hacia tu rostro, era una imagen realmente hermosa, pero algo no estaba bien. La luz que siempre se podía notar brotando de ti había desaparecido. Entonces decidí acercarme y cuando lo hice, rápidamente limpiaste las lágrimas que corrían por tu rostro y girandote hacía mi me preguntaste que tal estaba, con la misma sonrisa que solías tener. Pero en tus ojos podía ver una gran dolor y tus piernas temblaban como hojas de papel, así te rodeé mis brazos sobre tus hombros y te atraje fuertemente contra mi pecho. Lloraste durante toda una hora , no entendía porque te encontrabas en aquel estado, pero no me atrevía a preguntar.

Pasó un tiempo desde aquel momento, luego de llevarte a tu casa no tuve mas noticias sobre ti. Así que decidí ir a ver como te encontrabas a tu casa, compré algunas cosas que tal vez te gustarían y tomé el bus. Tu madre me abrió la puerta, tenía un aire de tristeza , le expliqué que te venía a ver y que estaba preocupado por ti, entonces me dijo que no querías recibir visitas pero insistí y ella me dejó pasar. Toqué varias veces tu puerta pero no recibí respuesta, por lo que dije que era yo, que quería saber como estabas, entonces se escuchó una lenta caminada, la puerta se abrió y apareciste tu, envuelta con una gran manta. Estabas completamente despeinada, tu cara estaba roja de tanto llorar y bajo tus ojos habían grandes ojeras. Con una voz quebradiza me preguntaste que hacía allí y yo sin saber muy bien como responder te mostré la bolsa de dulces que había traído. En tu ojos aparecío una pequeña chispa de luz y luego de pensarlo te apartaste de la puerta dejandome pasar.

Te pregunté que te estaba pasando pero no recibía respuesta, así que decidí no preguntar mas y concentrarme en ayudarte a superar lo que sea que estuvieras pasando. Todos los días despues del colegio me dirigí a tu casa, al principio no recibía como respuesta mas que monosílabos, pero las semanas empezaron a pasar y de a poco la luz volvía a ti. Comenzamos a pasar las tardes pintando en tu parque, hamacándonos o simplemente acostados bajo el sol. En los días lluviosos en cambio, mirábamos cintas de películas viejas, no entendía tu fascinación hacía aquellas antigüedades, peor tus ojos brillaban un poco mas cuando las mirabas y eso me convirtió en un admirador en secreto de aquellas películas.

Pasaron 3 meses de esta manera, pero un día cuando pregunté si volverías al colegio y tu vista se oscureció, comenzaste a llorar y cuando pregunté que pasaba , gritaste que me odiabas, que había arruinado todo y me echaste de tu casa. Al día siguiente no fui a verte, tenía miedo de haber arruinado las cosas, no entendía como, pero te había lastimado. Me llené de preguntas sin respuesta y cada noche que pasaba pensaba que podría estar pasando. Tenía miedo de perderte, no de aquella manera, habíamos pasado mucho tiempo juntos. Te quería. Te amaba.

Exploté, ya no podía soportar estar lejos de ti, no podía soportar pensar que estabas de nuevo como hacia unos meses. Me dirigí a tu casa, toque el timbre una decena de veces pero nadie respondía. Miré por las ventanas y todo estaba apagado, grité tu nombre una y otra vez. Comencé a golpear la puerta mientras lloraba, estuve unos cuantos minutos así, hasta que un vecino salió de su casa y me dijo que te habían llevado al hospital hacía ya unos días y que nadie había regresado, que estabas grabe y no sabían si pasarías la noche.

Desesperado entré a la sala de emergencias y allí pregunté a varias personas donde estabas, hasta que una enfermera me respondió que estabas en la habitación 211. Corrí lo mas rápido que pude, no sabía que estaba pasando, sentía una gran presión en mi pecho. No podía mas que pensar lo peor. Entonces, giré a la derecha al final del pasillo y allí estaba tu madre llorando desconsoladamente. Me arrodillé frente a ella y pregunté por ti. Al escuchar mi voz, levantó la cabeza y me miró. Con mucho esfuerzo pudo comenzar a hablar entre llantos, su voz era casi inaudible. Me dijo como pudo, que cuando tenías 14 años te diagnosticaron Leucemia, luego de 2 años pensaron que habían logrado parar el cáncer, pero unos meses atrás descubrieron que esto no era así y que había regresado mas agresivo que antes. Comenzaron con tratamientos, pero ya era muy tarde, y te diste por vencida. Ya no querías mas sufrimiento, y decidiste dejar todo y pasar lo mejor posible tus últimos meses de vida.

No podía creer lo que había escuchado, la presión en mi pecho era tal que ya no podía respirar, lágrimas corrían descontroladamente por mi rostro. Le pregunté si podía verte, dijo que estabas en grabe estado y que no sería posible. Pero no podía aceptar no verte entonces, esperé a que salga la enfermera que quedaba en la habitación y entré.

Allí estabas, recostada en la camilla, conectada un un montón de maquinas que te mantenían con vida., se escuchaba solamente un leve pitido que indicaba tus signos vitales. Tomé tu mano y con la otra mano acaricié tu mejilla, tu rostro estaba tan pálido y frió que no podía creer que fueses la misma persona que había conocido meses atrás, la misma persona que al reírse podía contagiar a cualquiera, la misma persona que susurraba los diálogos de sus películas favoritas y que aunque ya las había visto mil veces seguía emocionándose con los final, la misma chica alegre de la que me enamoré. Entonces abriste tus ojos con mucha pesadez , las comisuras de tu boca se elevaron y apretaste levemente mi mano. Dijiste mi nombre en un susurro y mis ojos se llenaron de lágrimas. Qué esta pasando pregunté entre llanto, me respondiste con la voz apagada que todo iba a estar bien, que ya no llorara, que todo iba a mejorar. Pero aunque quería creer eso, sabía que era mentira, que nada iba a estar bien. Te abracé como si fueras la pieza de cristal mas delicada, no quería lastimarte, pero estaba horrorizado con la idea de perderte. Apartandote me hiciste lugar sobre tu camilla y cuando me subí, te acomodaste nuevamente sobre mi pecho.

Permanecimos unos minutos de aquella manera, hasta que el pitido de la maquina se volvió irregular y mas agudo, luego una pequeña alarma se encendió. Mis sentidos se activaron completamente, salté de la cama apresurado para buscar ayuda pero me tomaste del suéterimpidiéndome ir, me atrajiste de nuevo hacia ti. Rindiéndome me acerqué y te supliqué que no te fueras, que te quedaras conmigo, que sin ti no podría seguir, que se quedara para construir una vida de sueños juntos, pero en respuesta me susurraste queque debía seguir con mi vida, tenía que crecer, formar una familia y ser feliz, que gracias a mi había podido pasar los mejores últimos momentos de sus vida y que eso era todo lo que soñaba. Y que por nada del mundo olvidara de sonreír, porque era de aquella sonrisa, de un chico tímido, de la cual ella se había enamorado. Entonces tomé su cara entre mis manos y uní nuestros labios en un primer y ultimo beso, se sentía tan en paz, todo al rededor había desaparecido, eramos solo nosotros dos. Separó nuestros labios y con su ultimó aliento dijo algo que nunca olvidaré. Te amo, y eso es lo único que importa.

Yo también te amo, porque me enseñaste a vivir mi vida día a día, me enseñaste a que el amor es espontáneo y me enseñaste la diferencia entre vivir y estar vivo.

Por eso y por muchas cosas mas, te amo. Y dónde quiera que estés espero que tu luz siga brillando  

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 10, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Historias cortas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora