Siete chicos/chicas. Un grupo. Buenos amigos. Inseparables. Muy buena es su relación y como se llevan entre ellos, no tanto con otros. De echo les iría muy bien sin sus enemigos. pero el resto lo tienen que leer ustedes.
Estaban los siete. Todos los de la banda. Esos amigos inseparables. Estaban todos sentados en los muros que habían construido en la plaza para valla saber qué. Eran petisos y cómodos para sentarse, esta es la razón por la cual se encontraban allí. Además de eso los muros no tenían ningún uso y estaban alejados del centro del parque, en medio de una arboleda, esos muros te atraían te invitaban a sentarse ahí.
Volviendo a lo que ya mencione, se encontraban descansando y disfrutando en ese rincón perdido. Lucas comentaba algo sobre una fiesta aunque pareciera que solo pocos lo escuchaban, Flor sin sacarle la vista de encima y Tomas que aportaba un poco de información sobre esta. Mientras Caro le revolvía el pelo a su novio, este de vez en cuando le corría la mano. Pero ella volvía a desordenarle el pelo. Creo que falta aclarar cómo se encontraban. Lucas sobre el muro más alto con los pies colgando. El que está al lado es Tomas casi en la misma posición. La que está en el muro bajo es Caro. Y Carlos abajo bastante molesto por que le despeinen su inmaculado peinado, que tardo dos horas delante del espejo y medio kilo de gel, para que venga la novia a destruirlo. Federico estaba acostado contra el muro con cara de pensativo mientras se arremangaba la campera una y otra vez. Tirada sobre el pasto, bajo el único hueco de la arboleda por donde se colaba bastante cantidad de sol estaba Micaela esperando tener un poco más de colorcito para lucir en esa interesante y tentativa fiesta de la que no paraban de hablar como dos cotorras Lucas y Tomi. Y ya porque le encantaban las fiestas y lucirse ante el resto por poder bailar muy bien, empezó a pensar en el modelito que llevaría para aquella fiesta, al igual que cualquier amante esas invitaciones.
Cuando de repente la sobresalto el grito de Federico.
-Para Tomi que dijiste-. Aunque no fue muy fuerte pero en aquella tranquilidad resalto y el pobre Carlos ligo un tirón de pelo con un consecutivo dolor.
Tomas lo miro extrañado y le dijo:
-Dije que la fiesta la hacía para poder vernos antes de empezar las clases-.
-Pero las clases no empiezan antes-. Dudo
-para vos que entrenas solamente-.le aclaro el, nosotros empezamos una semana después
-qué pasado es Marco-. Opina Flor
Siiii. Para quequiere vernos antes-. Acoto caro.
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Gracias por leer esta historia, esto es solo el principio. Fue creada por E.E.B Y por una amiga.
