Hora de dormir [YoonSeok]

*Parte única*

¿Cómo describirías el día de hoy en una sola palabra?-. Jimin llevó a la boca de su hyung su teléfono con el que fingía estar entrevistando

-Agotador-. Yoongi volvió a recargarse en la pared para esperar a que el resto terminara su merienda y poder cumplir con su ardua misión de lavar los trastes que se desocuparían esa noche, porque si no lo hacía hoy, se juntarían con los del desayuno y el detestaba que los platos se salieran del fregadero por ser tantos.

No recordaba un día más pesado y lleno de actividades que el de hoy. Desde que se levantó para callar a los ruidosos de sus dongsaeng que tenían una nueva canción a todo volumen en la habitación continua, Yoongi no había podido volver a tomar una siesta en todo lo que llevaba del día; ensayos, coreografías, ataques de inspiración que merecían ser anotados en tinta, directos de imprevisto, sesiones fotográficas, ni siquiera pudo cerrar sus ojos entre los descansos porque extrañamente los chicos estaban inseparables entre sí y eso le impedía dormir en alguna silla o en el auto, no podía mostrarse tan arisco, porque todos le llamarían aguafiestas o anciano. Y tampoco estaba de buen humor como para eso. 

Luego de que el directo de Jin terminara todos se sentaron a merendar animosamente con la idea en común de irse a dormir lo más pronto posible; hasta los dos más chicos decidieron posponer su maratón de videojuegos de tan agotados que se sentían. Yoongi podía notar el cansancio en todos, con sus ojos cerrados mas de lo normal o viéndose opacados por las ojeras que se habían formado en sus ojos en algún momento del día.

Lo más tierno y entretenido de aquella velada era el castaño que tomó asiento frente a él, con sus cabellos amenzando con caer directamente al cereal cada vez que comenzaba a dormirse en la mesa. Tenía que darle golpecitos en sus piernas para que reaccionara y cuando abría sus ojos le dedicaba una suave y cansada sonrisa, para continuar comiendo despacio su merienda, Hoseok era todo un caso cuando tenía sueño.

Cuando el último terminó su merienda, Yoongi tomó todos los platos y comenzó a lavar como loco, ordenando al resto que subieran sin él, no hubo quejas al respecto porque pronto se quedó con la losa sucia como única compañía. Al terminar, se aseguró de apagar todas las luces de la cocina y el comedor, sacó la poca basura que se había formado y limpió la mesa con un trapo para quitar las marcas que habían dejado los vasos, subió las escaleras con pereza y antes de encerrarse en su habitación para no salir hasta la mañana siguiente entró al baño a lavar su rostro y dientes, cuando estaba contando las treinta veces en las que debía cepillar de arriba a abajo un golpe en la puerta lo hizo casi tragarse la pasta del susto, un quejido se formó detrás de la puerta y dejó ver a Hoseok con la mano en su frente.

-De seguro ibas caminando con tu celular en la mano-. Yoongi continuó lavando sus dientes para que no fuera tan notorio el susto que acababa de llevarse.

-Nada de eso hyung, aprendí mi lección luego de que casi doy un paso en falso por la escalera- Hoseok se colocó al otro lado del marco de la puerta donde se encontraba recargado Yoongi-. iba tallando mis ojos y no contaba con que alguien tuviera esta puerta abierta.

-Igual, deberías ser más cuidadoso cuando andas pensando en la nada Seok-. Yoongi se encontraba tan exhausto que se dio cuenta muy tarde de lo que acaba de decir en voz alta-. digo, si es que no quieres llevar mañana una herida a donde sea que nos toque ir.

-Cl-claro hyung- Hoseok intentaba calmar sus  latidos que golpeaban como locos contra su pecho al escuchar el singular apodo con el que todos le hablaban, pero jamás dicho por el mayor-. Lo tendré en cuenta.

-Por otro lado ¿te encuentras bien?, creo que comienzo a ver un ligero golpe en tu frente-  acercó sus  manos en el rostro del menor y comenzó a acariciarlo en la frente, despeinando sus cabellos para enrollarlos entre sus dedos y comenzar un juego con ellos, sin agregar los espasmos que le daban a Hoseok cada vez que su hyung se acercaba más a el para facilitarle la tarea de acariciarlo.