El espía

El comienzo

Todo comenzó aquel día cuando Tony nació, desde aquel día, supo que hacer con su vida, el iba a ser policía, proteger a todo aquel civil.

Hace dos días que Tony cumplió 18 años, el estaba en la policía, haciendo la fila, para dejar su datos personales y poder entrar a la academia policial, el estaba entusiasmado, sabía que habían dos opciones, quedar o no quedar, cumplir o no cumplir lo que siempre ha querido desde que nació. Tony llego donde la recepcionista:

  — Tome señorita, ahí van todos los datos que necesito para poder postular — dijo estrechándole la mano.

  — Muchas gracias, puede retirarse, cualquier cosa lo llamaremos al teléfono que nos indicó en los datos— dijo la recepcionista.

Tony salió de la sede policial muy alegre, tomó un taxi y se fue hacia su casa. Durante el trayecto Tony pensaba muchas cosas entre ellas si quedará o no quedará, cosa que le daba nervios.

 Habían pasado dos dias desde que Tony fue a dejar sus datos a la policía. El estaba muy preocupado porque no lo llamaban, entre el entusiasmo y la desesperación Tony estaba perdiendo la cabeza. Unas 2 horas más tarde sonó el teléfono, Tony corriendo fue a contestar, pero lamentablemente no era la academia, sino su tía que lo llamaba para saber de él. Después de colgar sonó nuevamente el teléfono, Tony contestó esta vez triste, no de tan buen humor. Afortunadamente era la academia, donde la recepcionista le dijo a Tony que fue aprobado para entrar a la academia y que tenia que presentarse la semana siguiente.

Tony muy feliz llamó a su padre, madre y toda su familia prácticamente, también llamo a Dijana Milosevic, su amiga, quien también había ido a dejar sus datos para la academia.

Dijana al igual que Tony llevaba la policía en la sangre. A ella también la aceptaron para entrar a la academia, sería compañera de Tony.

Pasando la semana, Tony y Dijana se reunieron temprano para llegar a la academia juntos. En la academia dieron una charla y también dieron a elegir que cargo desearían tener dentro de la policía. La academia duraba un año, ellos debían aprobar todos los ramos que exigía la academia para recién poder elegir un cargo dentro de la policía.

Después del año, Tony y Dijana habían pasado todos sus ramos, Tony sacó en todos su ramos buenas notas a diferencia de Dijana, ella casi no logró pasar por poco.

Tony se encontraba ansioso y nervioso al igual que Dijana, ellos deberían elegir su cargo, el que siempre habían querido desde niños, cuando jugaban en las calles de Milan, simulando ser policías, arrestando a delincuentes y haciendo el bien.

Tony eligió el cargo mas difícil de toda la policía, agente secreto. Tony se sentía con mucha confianza de que iba a hacer bien su trabajo, atrapando a los más peligrosos mafiosos de todo el mundo, pero para eso tenía que pasar por hartas cosas, Dijana a diferencia de Tony eligió ser policia de tránsito.

Como Tony y Dijana eligieron cargos diferentes, es obvio que los tendrán que trasladar a sedes diferentes. Tony no quería que esto pasara, Dijana era una de sus mejores amigas ya que Tony no era muy sociable. Dijana al igual que Tony también estaba muy triste, se sentía muy mal y derrotada dentro de ella.

A final de año Tony y Dijana se separaron, a Dijana la mandaron a la policía de Turín, mientras que a Tony lo mandaron a Roma. Roma era una de las ciudades que él siempre amo cuando niño.

A Tony y Dijana les tocó despedirse, entre lagrimas se abrazaron y ambos se desearon lo mejor aunque no sería para siempre, ellos podrían verse durante las vacaciones.

A fin de año Tony viajó a Milan para celebrarlo con su familia, ver a sus primos, tíos, padre y madre. Entre familia se desearon lo mejor para el otro año, que sea un buen año para todos ellos y para Tony, quien estará entrenado para poder ser un buen agente secreto.

Al año siguiente, cuando Tony ya se estaba entrenando se topó con un tipo quien se le hizo conocido, como fue de pasada Tony no pudo reconocer al caballero que pasó. Fue hasta el otro día cuando Tony descubrió quien era, se trata de Álvaro, su amigo desde la infancia, con quien jugaba a la policía junto con Dijana. En la hora de almuerzo, Tony fue al casino, para almorzar, cosa que ahí se encontró de nuevo a Álvaro, quien todavía no lo ve. Tony se decidió acercar, para saludarlo y hablar también de la vida. Álvaro lo reconoció inmediatamente:

  — Tanto tiempo amigo mio— dijo estrechándole la mano para saludarle— ¿Como te ha tratado la vida?

 — Amigo, tanto tiempo. La vida me ha tratado muy bien, estoy preparándome para poder ser agente secreto— dijo Tony entusiasmado.

  —  ¿Enserio?, yo estoy aquí por el mismo propósito tuyo, también quiero ser agente secreto— dijo Álvaro.

Tony y Álvaro pudieron dialogar hasta ahí, ya que aparecieron los oficiales encargados de mandar a cada uno devuelva a sus entrenamientos. Álvaro a diferencia de Tony iba más avanzado en sus entrenamientos, el iba ya por el segundo año de cuatro.

Tony siguió todo el año entrenando y estudiando para poder terminar con buenas notas, y pasar al siguiente año sin complicaciones.

Tony volvió a su casa, a Milan, ya que le los de la academia tienen dos meses de vacaciones. Él aprovechó esas vacaciones para estar con su familia, en su ciudad, con la gente que ama. Aprovechó también para verse con Dijana, quien también había venido a Milan con un propósito, decirle a Tony lo que siente su corazón:

  — ¡Tony!— exclamó Dijana— ¡Ven!

— Voy corriendo— dijo Tony extrañado.

— Te quiero confesar algo— dijo nerviosa Dijana— Tu me gustas mucho, desde niños que me gustas y ya no puedo guardar este secreto más, necesitaba decirlo.

Tony no dijo nada, ya que a él también le gustaba Dijana. Él solamente lo que hizo fue agarrarla y darle un beso.