Salvatore Vendetta

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Luego de sus vacaciones, dos largos meses en los que Tony no hizo algo productivo, tendría que volver a su rutina, Tony volvió a la comisaría, esta vez para entrenar, el jefe le tenía otra misión, un poco más peligrosa, ya que se trataba de un mafioso que se había escapado una vez de la cárcel. Tony entrenó sus habilidades con las armas, especialmente con la pistola, había posibilidades de que el mafioso no estuviera solo. También entrenó su agilidad y como en toda preparación se preparó psicológica mente, estuvo con psicólogo, le enseñó como llevar a cabo distintas situaciones a las que él podía ser sometido. 

Después de una semana de puro entrenamiento, llegó el día en que el jefe le diera la distinta información del mafioso que le tocaría enfrentar y llevarlo a la cárcel. Se trataba de Salvatore Vendetta, un mafioso que se escapó de la cárcel, un malandro que había hecho muchos asesinatos, importaciones y exportaciones de droga, entre otras cosas. El jefe le dijo que desde la otra semana tenía que ir en busca de él, pero Tony no quería esperar una semana para atrapar a éste.

Luego de tres días desde que el jefe le dio esta misión, Tony y los policías iban a la siga del capo de uno de los clanes del Cartel de Roma, Salvatore Vendetta, considerado uno de los mafiosos más peligrosos del país y en búsqueda desde 1998, Salvatore era considerado uno de los fugitivos de máxima peligrosidad y su nombre había sido incluido en un programa de búsqueda especial de Italia. El capo del clan mafioso "Cartel de Roma", estaba implicado en un caso de tráfico de niobio, una sustancia utilizada para construir reactores nucleares, que el capo trasladaba desde Milán a Turín. Además, fue el responsable de organizar el hundimiento de tres embarcaciones que llevaban a bordo residuos tóxicos frente a las costas de Calabria, según distintas fuentes de Internet. Fue condenado en 2001 a 25 años y 3 meses de cárcel por asociación criminal, extorsión y tráfico internacional de drogas, pero Salvatore escapó de la cárcel con mucha facilidad cavando en su celda.

Una mañana Tony y sus compañeros lo detuvieron en Milán en un escondite construido en el interior de su domicilio. Salvatore, de 56 años, se encontraba en un búnker construido dentro de la vivienda, oculto tras una roca y al final de un túnel. La policía ya sabía que el capo mafioso estaba en el interior de su residencia y sitiaron la zona durante la madrugada para impedir una hipotética huida, luego cortaron el acceso de las calles colindantes.

Después, en torno a las 3:00 a.m., Tony y sus compañeros irrumpieron en el domicilio y durante seis horas registraron todas las habitaciones sin descanso hasta dar con su paradero. Comenzaron por las habitaciones y en una de ellas comprobaron que había una cama sin hacer y aún caliente, por lo que continuaron inspeccionando el resto de las estancias, a partir del salón, los sótanos y el desván. Finalmente, encontraron el refugio en el que se ocultaba después de hallar la existencia de una trampilla situada bajo la chimenea de la cocina. Tras la trampilla había una roca que, al moverla, dejaba al descubierto un túnel que conducía a un pequeño búnker que había sido edificado para evitar que Tony localizara con su paradero, pero que no era lo suficientemente grande como para permitir una larga estadía en su interior. Salvatore estaba prácticamente rodeado por muros. El capo italiano fue arrestado sin oponer resistencia y a su salida del búnker ha reconocido a sus hijas que tarde o temprano tenía que ocurrir.

Tras la detención, Salvatore fue escoltado por la policía hasta el vehículo policial, mientras que en la calle permanecían atentos a la escena varios amigos y vecinos, que aprovecharon para saludarlo. El fugitivo fue capturado gracias a una larga investigación y a las interceptaciones telefónicas realizadas por Tony a sus familiares y amigos cercanos. Durante el registro en el domicilio, los compañeros de Tony incautaron 215.918 dólares que estaban guardados en bolsas de plástico en el interior de varias paredes de la casa.

Tony y sus compañeros dejaron el dinero encontrado en la comisaría de Roma, luego fueron a dejar al mafioso de alta peligrosidad a otra cárcel distinta a la de Giuseppe, esta cárcel estaba en Estados Unidos, se trataba de una cárcel no de alta seguridad como la de la isla. Pero ésta tiene a distintos maleantes de todo el mundo, entre mafiosos, ladrones, políticos, entre otros.

Para llevar a Salvatore a Estados Unidos, obviamente tenían que ir en avión, así que Tony y sus compañeros se trasladaron a las fuerzas armadas, ya que ahí los estaba esperando un avión solicitado por el jefe. Cuando llegaron éstos vieron el avión, era un jet privado, que iría escoltado por cazas de las fuerzas armadas un poco más atrás.

Ya en la bella ciudad de Nueva York, Tony, los policías y el mafioso de Salvatore Vendetta se bajaron del avión, irían transportados por una furgoneta blindada hacia la cárcel de alta seguridad. La cárcel quedaba a diecinueve kilómetros del aeropuerto, al igual que el caso anterior con Giuseppe, estos irían escoltados, pero por solo dos vehículos policiales, uno delante y otro detrás. Ésta vez podían ir a cien kilómetros por hora.

Una vez en el destino, Tony se bajó de la furgoneta, al igual que algunos policías y Salvatore, la cárcel era más grande que en la que se quedó Giuseppe. Ésta tenía capacidad para 5.793 prisioneros, ésta también tenía unas murallas de por lo menos diez metros de alto que rodeaban por toda la cárcel, también contaba con helipuerto, habían muchos guardias por todos lados, entre otras cosas. Los guardias se llevaron a Salvatore a su celda, donde estaría lo que le quedaba de vida, otro mafioso más que se pudriría literalmente en la cárcel.

Tony estaba muy feliz por su hazaña, de inmediato el jefe lo llamó felicitándolo y diciéndole que volviera al jet para regresar a su ciudad, ya que tenía otra misión más para él.


El espíaWhere stories live. Discover now