03 | Mi Ex-Alumno 1.0

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—No.

—Por favor, Noah.

—No, Kelsey. —Volví a repetir.

—Por favor… —Esta vez sus labios hicieron un pequeño mohín.

—No.

—Pero, mira lo lindo que es —Puso la cara del perro contra la mía, y éste, sin saber nada, pasó su lengua por mi nariz, cosa que hizo reír a Kelsey. —¿Ves? Tú le gustas.

—Pero él a mí no. —Me alejé de ambos.

—Pero...

—No, Kelsey, y no lo vuelvo a repetir.

La escuché gruñir antes de darme la vuelta para volver al ordenador. No sé cuánto tiempo pasó antes de que recibiera un golpe de un puño en mi espalda.

Diablos, aquí venían los problemas.

—¿Qué te pasa? —Me dí la vuelta para verla totalmente molesta, y no es que fuera un pervertido ni nada, pero Kelsey enojada hacía que mi polla despertara.

Digamos, Kelsey era pequeña, tenía una buena delantera, y no hablar de su trasero. Al enojarse su pecho iba hacia delante, haciéndome querer tocar sus tetas y apretarlas entre mis manos.

—Te hice una pregunta, Noah. —Simplemente me limité a alzar una ceja en su dirección.

—¿Estás enojada? —Pregunté luego de que ambos nos quedamos unos minutos sin decir nada.

—Sí, ¿qué crees?

—¿Qué quiero follarte? —Me levanté de la silla para dar unos pasos en su dirección.

Ella estaba a punto de hacer una rabieta, y eso...me calentaba como el infierno. ¿Ya lo había dicho?

Ella entrecerró los ojos con furia.

—¿A caso crees que todo se trata de sexo?

Me detuve a cinco pasos de ella.

—¿No es así? —Pregunté inocentemente.

Un paso.

—No, no lo es. Maldita sea, Noah.

—¿Sabes lo caliente que te ves cuando te enojas?

Paso. Ella ladeó la cabeza y juré ver un brillo travieso en sus ojos.

—Hablemos, Noah.

—Claro, también podemos hablar en el acto. —Me quité la camiseta.

Paso.

—Noah, esto es totalmente serio.

—Oh, nena. —Tomé su mano entre la mía y llevé su mano a mi polla por encima del pantalón, que se encontraba duro como una roca. Siseé cuando sus dedos me apretaron y luego delinearon el contorno del bulto entre mis piernas. Llevé mi mano hasta su cuello. —Esto también es totalmente serio. 

—Noah... —Su voz se había reducido a un tono bajo. —Pero yo soy mayor, eso debe servir para saber que el perro se queda. —Sonreí antes de gemir, cuando sus manos encontraron mi pene dentro del pantalón. —De comando. —escuché que susurró y yo cerré los ojos, apoyando mi frente contra su cabello.

No pasó mucho tiempo para que mi polla estuviera libre. Me mordí el labio cuando sus mágicos dedos empezaron a bombear de arriba hacia abajo. 

—¿Alguna vez te he dicho lo mucho que amo tu gran polla?

¿Tan rápido se había olvidado del enojo? 

¡Diablos, yo soy bueno en esto! 

Sus dedos encontraron mis bolas y gemí de gusto. No había nada mejor que tener una paja hecha por tu chica. En segundos estaba de rodillas delante de mí.

—Kels. —Pasé mis dedos por su cuello. —¿Debería asustarme?

—¿Por qué? —Pregunté antes de dar una lamida a mi polla como si se tratara de un helado.

Jadeé.

—Creo que te encanta tener mi polla en tu boca.

—Puede ser. —Fue mi único aviso antes de que intentara tragarlo por completo.

—¡Oh, nena! —Cerré mis ojos y eché la cabeza hacia atrás, disfrutando de la boca de Kels sobre mí.

Cuando volví a mirarla su cabeza se movía de atrás hacia delante rítmicamente, sus ojos nunca se movieron de los míos, sus manos acariciaron mis muslos mientras también se sostenía. 

La visión de mi pene saliendo y entrando en esa boca tan pecaminosa era demasiado placer, así que la agarré del brazo y la llevé hasta el sofá donde le hice darse la vuelta, no antes sin quitarle la camiseta.

Pegué mi cuerpo a ella luego de haberle bajado los pantalones. Tomé mi polla en mis manos y empecé a pasarla por toda su raja, sorprendiéndome lo receptiva que está. Golpeé su clítoris varias veces con la cabeza de mi pene.

—¿De quién es esto? —Le pregunté, tomándola del cabello con una mano y con la otra peñiscando su clítoris suavemente.

—Todo tuyo. —respondió en un jadeo medio gritando.

Pegué mi boca a su frente y dejé un beso en ella antes de alinear mi pene y embestirla de una.

—¿De quién es todo esto? 

—Es tuyo... ¡Oh Dios!

—Exacto, nena. —Murmuré con voz ronca mientras empezaba a moverme en ella.

¡Ah, Jesús! Estar dentro de Kels era el puto cielo.

—En mi vida... he sentido nada mejor... que estar dentro de ti. —Remarqué cada palabra con una fuerte estocada para luego acelerar el ritmo.

Cerré mis ojos con fuerza, dejándome llevar por las sensaciones que en ese momento llenaban todo mi cuerpo.  

El sedoso cabello de Kels sujetado en una coleta en mi mano, mientras era embestida una y otra vez, una y otra vez por mí.

—Kels...—Susurré sin aliento, abriendo mis ojos.

—¡Noah! —Gritó. —¡Más rápido!

¡Oh, no! ¡Claro que no!

Descendí hasta que pegué mi pecho con su espalda, marcando un ritmo menos rápido, pero no menos placentero.

—Noah…—Se quejó con un puchero.

Sonreí.

—Deja de lloriquear, nena.

Bajé mi cabeza y me perdí en su cuello, olía maravilloso.

Tracé con mis labios la vena palpitante de su cuello y mordí levemente. Sonreí cuando echó las caderas hacia atrás, intentando acelerar el ritmo.

—Noah…

—Lo sé, mi amor, lo sé. ¿Sabes cuánto te amo? —Su coño se apretó al rededor de mi pene. — ¡Cómo amo cuando tu coño me aprieta cada vez que te hablo!

Maldita sea, como amaba a mi chica mayor. 

Aceleré el ritmo, dejando de torturándonos a los dos. No pasó mucho tiempo para que Kels empezará a gritar mientras me apretaba más fuerte. Cerré los ojos y me dejé llevar, liberándome dentro de ella.

—¡Noah! 

—Oh, sí, cariño. ¡Diablos, sí! —Gruñí mientras terminaba de vaciarme dentro de ella.

Luego de habernos tranquilizado sólo un poco, la tomé en los brazos para luego dejarnos caer en el sofá. Su cabeza en mi pecho mientras nos calmábamos.

Uno de sus dedos acariciaba mi pecho, mientras yo acariciaba su cabello, antes de dejar un beso en su frente. 

—Noah… —Susurró antes de alzar la cabeza y mirarme. —¿Puedo quedarme con el perro? —Sus ojos se movieron a todas las direcciones, sin mirarme. Lamió sus labios hinchados por nuestros besos anteriores.

Y entonces la realidad me golpeó:

No había nada que le negara a esta mujer. Nada en este maldito mundo.

—Claro, nena, todo lo que quieras es tuyo. 

Ed-Sheeran - Give Me Love.

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⏰ Última actualización: Oct 17, 2021 ⏰

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