Los Niños También Pueden Ser Bonitos

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Estereotipos de género, críticas, prejuicios, y, lo peor, homofóbicos idiotas, no eran ningún impedimento para Harry, o como sus amigos cercanos y familiares solían llamarlo de cariño, Harriet.

Él era feliz. Vestirse con colores pastel, usar faldas y brillo labial lo hacían sentirse bien. Se sentía lindo.

Cuando recién entró a la universidad, recuerda que todos lo miraban y murmuraban cosas sobre él, o ella, como algunos creían, pues Harry llegaba al punto de hacerse pasar fácilmente como una mujer, de lo cual que sentía orgulloso, pues había mejorado mucho sus maquillajes y atuendos, pero las críticas e insultos no pasaban de largo. Llegó al punto de dejar de usas prendas femeninas y colores suaves y comenzó a usar jeans, aunque no le gustaran para nada, hasta que conoció a Niall.

Niall, un amor de persona. Él lo convenció de que volviera a vestirse así y a que volviera a usar sus brillos, y maquillajes, que lo hacían ser él.

Niall lo enseñó a que él no debía adaptarse a la gente, sino la gente adaptarse a él.

Harry era feliz. Ahora con la confianza de su mejor amigo, Ni, había logrado superar sus miedos e ignorar los malos comentarios.

Un día, en la cafetería del instituto, se encontraba Niall tratando de convencer a Harry de acompañarlo a un club que se ignaguraría esa misma noche y según el rubio sería genial, pues habría bebidas y, lo mejor, comida gratis. No podían faltar. Pero aún así Harry no se sentía muy convencido de asistir.

"Anda" decía Niall a modo de súplica , mientras juntaba sus manos y un puchero demasiado tierno e infantil se formaba en su rostro "Porfis, porfis, porfis"

"Ay, Niall quita esa cara, pareces un idiota" se quejó Harry mientras apartaba un rizo de su frente y lo colocaba detrás de su oreja. Niall hizo caso omiso a su comentario mientras parpadeaba inocentemente "¡Ahg!... Está bien, iré"

Dicho esto el rubio festejó con euforia y abrazó a su amigo.

"Gracias, gracias, gracias" dijo y besó varias veces sus mejillas ignorado las quejas del rizado.

Después de clases se dirigieron al departamento que ambos chicos compartían, ya era algo tarde, comenzaba a oscurecer.

"Míralo así" comenzó Niall desde su cuarto, mientras se quitaba la camisa para cambiarla por una limpia "Podrás vestirte y usar lo que tu quieras, pues no habrá maestros estúpidos que te lo impidan"

"Eso lo sé... ya casi estoy listo" comentó y salió de su cuarto hacia la sala, en donde Niall se encontraba.

Niall, al verlo, se quedó con la boca abierta. No podía creerlo.

"Wow...Harry, o debería decir Harriet, te ves realmente lindo... y sexy" Y era verdad. Harry estaba usando una de sus faldas preferidas, era color menta suave que le llegaba a medio muslo, sus piernas completamente tersas, libres de cualquier vello, lucían perfectamente suaves. También traía puesto un suéter blanco que su hermana Gema le había regalado por su cumpleaños. Su lechosa piel se fundía perfectamente con tales colores pastel.
En su rostro se podía apreciar el ligero rubor sobre su mejillas y sus labios con algo de brillo. Sus ojos parecían aún más grandes y verdes a causa de la ligera capa de rimel que había esparcido sobre sus pestañas. Llevaba su cabello suelto y sus rizos contrastaban perfectamente con su rostro. Sí que era lindo.

"Gracias, Ni" contestó con su mirada gacha, algo apenado.

"Hey, pero levanta el rostro, si no ¿Cómo se supone que los demás apreciarán esa carita que te cargas?"

Niall podía ser el ser más dulce del planeta o el más insoportable e hijo de puta, si se trataba de defender a su amigo, pero no había un punto medio.

Sassy... Girl?     ~L.S~    •smut•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora