detras de las sonrisas

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2:30 de la mañana, seguía despierta, no podía dormir, mis brazos me ardían como nunca, me había lavado ya varias veces y me había puesto unas vendas no muy apretadas, comencé a buscar mi Mp3 y mis audífonos, me los puse y seleccione mi canción favorita, subí el volumen al máximo y me deje llevar.

-Angi, mi amor ya despiértate. que te he dicho de cerrar la puerta con seguro, abre hija- escuche que me hablaba mi mama, me levante lo mas rápido que pude y comencé a limpiar mi desastre -ya voy ma, no desesperes- grite mientras limpiaba las ultimas gotas de sangre que había en el piso, corrí a la puerta y abrí -buenos días mami- dije con una enorme sonrisa en la cara, le di un gran abrazo aguantando las ganas de gritar cuando apreté mis brazos contra su espalda y le di un gran beso en el cachete -que buenos ni que nada, ya te he dicho que no me gusta que cierres con seguro- contesto mi mama dándome una nalgada cariñosa - lo se, lo siento se me paso, me quede dormida y ya no abrí- mentí, mi madre me miro y dijo -arreglate que vamos a salir con tus tíos- y diciendo esto salió de mi cuarto, cerré la puerta con llave y me deje caer, recargue mi cabeza en la puerta y deje escapar unas lagrimas, otro día mas de mentiras y falsas sonrisas. fui al baño me bañe muy rápido porque mis brazos me ardían mucho, salí de bañarme, me puse un top y unas bragas y mientras decidía que ponerme le mande un mensaje a Dylan "hola Dylan, espero que hayas amanecido bien, voy a salir con mis tíos ¿vienes? (¡sálvame!) PD: tenemos que hablar" pulse enviar y me vestí con una playera negra unas medias un short muy corto y una sudadera que me quedaba un poco grande, cuando me estaba pintando los ojos mi cel sonó, era un mensaje de Dylan "claro, ¿donde nos vemos?" -¡ma ¿donde nos vamos a ver?!- le grite a mi madre que estaba en la cocina, me dijo la dirección y se la mande a Dylan.

salimos de casa y nos dirigimos al restaurante en el que habíamos quedado, de pronto sentí como alguien me abrasaba por atrás, era Dylan, sus brazos y su aroma eran inconfundibles, olía muy rico como a chocolate con jabón de baño y a el -hola- me dijo después de darme un beso en el cachete -hola- le dije y lo abrace por el cuello, el me abrazo por la cintura -gracias por venir, me salvaste- le dije en un susurro, en eso llegaron mis tíos, nos saludamos y les presente a Dylan, mi tía Lulu, al verme tomada de la mano de Dylan comenzó a hacer sus estúpidas bromas de que éramos novios, a Dylan le causo gracia, o por lo menos se rió, yo sonreí de lado -¿entramos?- pregunte para cambiar de tema, todos asintieron y nos metimos al restaurante, yo jale a Dylan para quedarnos al final -ahora vamos ma- le dije mientras jalaba a Dylan lejos del restaurante y a un lugar un poco mas privado -¿de que querías hablar?- me pregunto todavía con mi mano entrelazada con la suya -de esto- conteste y lo solté, me remangue las mangas de la sudadera y me quite las vendas que estaban rojas, Dylan tomo mis brazos y me miro a los ojos y luego regreso su mirada a mis brazos -Angi, dijiste que ya no lo harías- me dijo mientras pasaba delicadamente una mano por mi brazo -lo se- dije con la cabeza agachada -pero no pude evitarlo, me arde mucho, creo que fueron muy profundas esta vez- Dylan tomo mi brazo y me dio un beso en cada muñeca luego me ayudo a ponerme la venda y regresamos al restaurante en total silencio, antes de entrar respiramos profundo y yo sonreí lo mas que pude sin que se viera falso, como ya lo había echo tantas veces. llegamos a la mesa donde estaban sentados y tomamos los lugares libres, vimos la carta, compartimos opiniones y decidimos, mientras llegaba el mesero la conversación se centro en Dylan y en mi, a el parecía no afectarle y yo tenia que fingir que tampoco me afectaba, aun que en realidad no me gustaba que las conversaciones se centraran en mi, lo odiaba, rezándole a los dioses en silencio para que llegara el mesero o cambiaran de tema, pareció que habían escuchado mis plegarias, llego el mesero, todos ordenaron y Dylan ordeno por mi. la conversación se desvió y empezaron a platicar muy animadamente entre mis tíos y mi mama, yo empece a platicar con Dylan evitando las miradas asesinas de mi madre. el mesero llego con nuestros platos y todos nos voltearon a ver cuando descubrieron que habíamos pedido del menú infantil, meta conseguida, Dylan y yo soltamos la carcajada ante la reacción de todos -Angi como se te ocurre pedir del menú infantil- me regaño mi madre, respire hondo tratando de calmar las risas, Dylan me veía, el me conocía y sabia que esas risas eran verdaderas y no fingidas -no te enojes mami ya pediremos algo después- dije para tranquilizarla, aun que sabia que no era verdad, que era lo único que iba a comer. Dylan y yo compartimos menú, yo pedí unas sincronizadas en forma de mariposa y él un huevo en forma de payaso, comimos entre risas y bromas, estaba feliz, con Dylan todo era diferente, cuando estaba con el estaba feliz, realmente feliz, no tenia que fingir. terminamos de comer y pedimos un helado, yo de vainilla, como mi malteada y el de fresa, tambien como su malteada, pedimos que les pusieran chocolate así como a las malteadas y una cereza, compartimos el helado y cuando terminamos le pedimos permiso a mi mama y nos fuimos a un parque que estaba cerca del restaurante, me despedí de mis tíos y salimos corriendo -quede muy llena- le dije mientras íbamos a unos columpios - pues como no si te comiste casi todo, lo bueno es que no te gusta el helado de fresa por que si no, no hubiera comido nada- me contesto tratando de hacerse el dolido, los dos reímos y nos quedamos en silencio un momento, Dylan me miro y nuestras miradas se cruzaron, era raro, yo era muy enamoradiza ya tendría que estar enamorada de el, sin embargo no me sentía como me siento cuando estoy enamorada, lo quería muchísimo pero no me gustaba -¿por que lo haces?- pregunto de repente, al principio no entendía pero luego comprendí que se refería a mis cortadas, inconscientemente lleve una mano a mi brazo y comencé a frotarlo con suavidad -no lo se, solo... lo hago- conteste con la mirada perdida en la suya -ya no lo hagas. ven- me dijo, se levantó y me tendió una mano, caminamos un largo rato y llegamos a una papelería, Dylan compro un plumón permanente de punto fino y regresamos al parque, esta vez nos sentamos en el pasto -préstame tu brazo- me pidió y extendió su mano, coloque mi brazo en su mano y el delicadamente subió la manga y quito las vendas, paso su mano otra vez por mis cicatrices y con el plumón dibujo una mariposa, una muy hermosa mariposa, tratando de no tocar las cicatrices, cuando termino observo su trabaja y luego a mi -se llamara Dylan- dijo con una sonrisa en la cara, yo no pude evitar sonreír -el efecto mariposa tiene que ser con nombres de personas que quieran que te dejes de cortar y hacer daño a ti misma, por eso la llame como yo, ya no quiero que te cortes, tus brazos son hermosos sin cicatrices- me dio un tierno beso en la mariposa que había dibujado y me dio el plumón -dibuja una en mi brazo- pidió, hice mi mayor intento por hacer una bonita mariposa pero quedo algo deforme, reí al contemplar el resultado -se llamara Angi, si te cortas matas a las dos ¿okey?- sonreí, no podía creer lo que acababa de pasar -okey- conteste con un hilo de voz, me ayudo a colocar las vendas y la manga de la sudadera.

estuvimos platicando un largo tiempo acostados en el pasto el uno junto al otro, parecíamos unos chavos locamente enamorados, yo quiero a Dylan mucho, es un chavo que me escucha y me conoce, que siempre ha estado ahi para mi.

después de unas horas le mande un mensaje a mi mama diciéndole que íbamos a ir a una librería que se fuera a la casa y yo llegaba después. nos dirigimos a una librería que estaba cerca, yo amaba leer, era como una forma mas de intentar olvidarme de mis problemas, a Dylan tambien le gustaba leer, de echo nos habíamos conocido en la firma de libros de Cassie. compramos unos cuantos libros y fuimos a la estación de metro para ir a mi casa, Dylan hizo una de sus muchas bromas, yo reí a carcajadas cuando a lo lejos la vi, besando a su novio, mis pies se pegaron al piso no pude moverme, deje caer las bolsas que llevaba y comencé a retroceder, era demasiado tarde, ya me había visto -¿que tienes?- pregunto Dylan con cara de extrañeza buscando a donde se dirigía mi mirada aterrada. -vaya vaya pero ¿que tenemos aquí?- Natalia, mi pesadilla, la chica que me hace la vida imposible -yo...por favor- tartamudee con un hilo de voz, -pero que tierno, la zorrita esta asustada. pobre- decía mientras se acercaba a mi, con cada paso yo me encogía. desvíe mi mirada hacia Dylan, estaba confundido o preocupado, no lo se. -por favor... no- volví a decir, un poco mas débil -¿que dijiste?- esto no era bueno, Natalia se estaba enfadado -mi vida déjala en paz, no te esta haciendo nada y la pobre esta muy asustada, déjala, ven vámonos- le decía su novio con la mayor calma posible, Natalia se detuvo donde estaba y se volteo -¿acaso la estas defendiendo Uriel?- dijo con firmeza, esto iba de mal en peor -claro que no amor, ni la conozco, pero no vale la pena que gastes nuestro tiempo juntos con esa, vale Nati?- "gracias Uriel, me ayudas muchísimo" pensé, Natalia le mando un beso y se giro hacia a mi, cuando estuvo frente a mi me encogí lo mas que pude esperando el golpe, Natalia me tomo del pelo y alzo mi cara para que la viera -escúchame bien estúpida, no te quiero volver a ver porque te juro que te mato ¿entendiste?- asentí muy ligeramente con la cabeza esperando que me soltara, volví a mirar a Dylan estaba paralizado -¡¿que si me escuchaste?!- mi mejilla me ardió, los ojos de Dylan se abrieron como platos, mis ojos picaban pero no podía llorar, no ahí. Natalia se volteo y se fue con su novio, limpie la lagrima que había logrado salir y comencé a correr, no me importo dejar a Dylan ahí, solo necesitaba a mi mejor amiga en mi piel, mi sangre saliendo de mi muñeca, necesitaba mi navaja.

deje de correr, estaba en un parque así que me recargue en un árbol para recuperar el aliento, sentí una mano en mi hombro y voltee inmediatamente para ver quien era, para mi buena o mala suerte era Dylan -gracias... dios...de verdad... creí que nunca... que nunca te detendrías- dijo entre jadeos tratando de recuperar el aliento, -yo... lo siento...- no pude continuar, el nudo en mi garganta era muy grande y las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, Dylan dejo las bolsas en el suelo y me abrazo fuertemente acariciando mi cabello y tarareando una canción de cuna.

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