Capitulo 1

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-¿Nerviosa?-Me preguntó el chofer. Asentí no convencida. Hacía unas horas había llegado a Sevilla, ahora habría que buscar a ese tal Daniel... Solo hay que averiguar nosequé de su dinero e de donde proviene.
-Si..-Le dije mientras acariciaba la tela de terciopelo de mi corto vestido rojo. Esa noche debía ganarme su confianza e ir a su casa, algo fácil para mí... ¿no?
-¿Señora?-Me interrumpió el chofer, el coche estaba parado ya y habíamos llegado.
-Disculpe y gracias..-Saqué un billete de veinte y se lo di.-Quédese con el cambio.-Le guiñé un ojo y salí nerviosa. Saqué de mi pequeño bolso un espejito y me mire por última vez. Mi pelo tenía unos perfectos rizos, mis labios estaban pintados color carmín, y mis pestañas lucían grandes. Caminé hacia el local con mis altos tacones rojos. Al entrar busqué con la mirada al chico. No lo encontré hasta horas más tarde que decidí sentarme en unos sofás.
-Hola bonita-Rió borracho, genial, un rico borracho. Aunque no estaba mal, había que decirlo. Lo miré de arriba abajo. Iba con unos vaqueros negros y una camisa blanca básica. Su pelo estaba revuelto e sudado, un poco asqueroso. Respire sonriente y me acerqué a besarlo. Solo le di un pico.
-Hola amor, ¿Hacemos algo? Esto es muuuy aburrido-Me hice la aburrida poniéndole ojitos, él asintió y sacó unas llaves de coche, se las quité sonriente y salimos del bar. Chupado, de momento todo perfecto. Subimos al coche y yo me senté a conducir. Cuando íbamos a mitad camino, saqué una jeringuilla de mi tacón y se la clavé en el cuello rápidamente, haciendo que cayera rendido en el asiento. Suspiré y llamé a mi ayudante, que por mala suerte no me tocó con Jaime, mi ayudante virtual, Cameron.
-¿Todo okey?-Preguntó al otro lado.
-Sí, -Me giré a mirarlo, tenia clavada la aguja y la jeringuilla estaba como sobrevolando con media dosis todavía. -No le he puesto toda la dosis, estaba algo borracho, no me lo quiero cargar-Dije y rió, rodé los ojos sonriente sin apartar la vista de la carretera, ya estábamos en la propiedad privada de Daniel.
-Bien, espero que todo salga bien... Te dejo, llámame ante alguna duda, aunque ahora por la noche tu asistente será Ramon, a él le toca el curro de noche y a mi el de día y como que son las dos de la mañana debería irme a acostar, ahora te pasó su numero.
-Está bien..-Suspiré y colgué. Aparqué el coche en el parking y miré a Daniel. Estaba demasiado tranquilo. No le di importancia y miré el número que me había mandado, me puse a guardarlo cuando noté una aguja en mi cuello , al girarme, Daniel me miraba como un loco mientras yo me suplicaba con la mirada.
-Daniel yo...-Intenté decir.
-Shhh..-Comenzó a meterme el líquido lentamente. -¿Pensabas que me podías robar? No señorita-Sonrió malvado y la loción me dejó K.O

......

Abrí mis ojos molesta, una luz entraba por una ventana. Después de conseguir abrirlos del todo. La cabeza me daba vueltas, al intentar incorporarme la vista se me nubló. Genial, ahora yo misma había probado la misma medicina, irónico no? Me acordé de las otras jeringuillas y corrí a tocarme los pies pero no, no llevaba tacones ni las jeringuillas. Maldición... Me levanté lenta e con cuidado, estaba más que mareada. Al hacerlo con delicadeza abrí la puerta y pasé todo el pasillo.
-¡Eh tu!-Gritó alguien, al girarme vi a Daniel. Oh no. Corrí lo más rápido que pude hacia abajo y busqué la salida o alguna puerta, pero entonces otro Daniel salió de La Cocina y me agarró.
-¡No! Suéltame por favor-Grité mientras pataleaba y le arañaba. Le di un cabezazo antes que dijera algo. Daniel me tiró fuertemente al suelo. Mi mejilla golpeó el suelo en un golpe seco y un grito ahogado salió de mi. Las lágrimas descendieron. Al girarme lo vi, tenía los brazos llenos de arañazos. En el que algunos salía sangre, Sí, mis uñas eran largas. Y su labio estaba morado.
-¡¿Dani va todo bien?!- Bajó corriendo ,alguien, las escaleras. Me quedé flipando, ¿Tan fuerte era la dosis? Daniel negó.
-No, márchate; me estorbas-Dijo y el otro salió de casa mirándolo mal mientras decía estupideces. Daniel se volvió a mi.-Va joder, no quiero que sigas manchándome la madera.-Señaló su caro suelo de madera. Me levanté como pude, mi rodilla se había roto la piel y la sangre bajaba mi pierna y mi cadera dolía. -Sígueme-Ordenó Dani mirándome a mí y señalando la escalera con la cabeza. Mi vista fue a la puerta de entrada, debía salir de aquí. -Joder, ¡va!-Me sobresaltó. Caminé subiendo las escaleras  y nos metimos en el cuarto de baño. Dani se lavó los brazos en la pila y se giró a mirarme.
-Metete en la bañera.-Mandó, le miré con cara de pocos amigos. El rodó los ojos y suspiro sonoramente. -Mírate la pierna-La señaló con la cabeza mientras limpiaba sus brazos llenos de arañazos y sangre. Me metí a regañadientes y me senté lo más alejada al grifo. La bañera estaba en la pared y era cuadrada e pequeña.  Podía sentarme en los bordes gordos de esta. Daniel se secó los brazos y vino a por mi.
-Muy bien, te curaré tus heridas-Habló serio y empezó a bajarme el vestido.
-Puedo sola...-me agarré el vestido con las manos. Dani negó.
-Perdóname, pero fuiste tú quien entró a robarme, y nadie roba a Daniel Oviedo. Así que te retendré unos días, para que les enseñes a tus "colegas" que por muchas veces que planeen lo tendrán duro. Ahora cierra la boca..
-Eres un borde-Lo interrumpí y él decidió dejarlo estar. Dejé que me quitara el vestido, debajo de este llevaba unas bragas de abuela enormes y un top de Calviá klein. Daniel río.
-Jamás pensé que eso iría abajo de ese vestido..-Contestó mientras media el agua para que saliera caliente. Mojo mi morada rodilla, y mi morada cintura. Limpió la sangre y luego me vendó la rodilla.
-La cadera ya te apañarás..-Soltó y me curó la mejilla. Ponía caras extrañas con expresiones mientras se concentraba en curar mi hinchada mejilla. Le puso crema hidratante y la curó bastante bien. Al acabar se vendó el brazo izquierdo, pero el derecho le irá imposible.
-Yo lo haré..-Dije sin pensar y me miró con una ceja alzada.-Al menos, para que me perdones por lo que intenté hacer..-Mentí y el pareció convencerse. Me pasó las vendas y le vendé la muñeca derecha como pude e con cuidado.
-Gracias... mmm. Ahora veremos todos los venenos que te descubrí ayer.-Salió del baño y tosí. Él se giró y le señale mi cuerpo sin nada para taparme. Rodó los ojos y me lanzó una camisa limpia de cuadros y de botones. Me la puse, era la más grande que tenía. Después de remangarme las mangas y abrochar los botones, Daniel me cogió del  brazo y me sentó en una silla. Me ató a ella mientras yo solo deseaba que alguien de la compañía se diera cuenta de mi ausencia y mandaran refuerzos.
-¿Que demonios haces? No estarás pensando en....
Daniel abrió la puerta de casa y una chica comenzó a abrazarle y a besarle. Daniel le dijo algo al oído y entonces se percató de mi. La chica se asustó, yo solo me dispuse a mirarla con culpa.
-¿Que has hecho?-Preguntó acercándose a mi.
-Está es una amiga, me ha dado una droga que te encantará.-Sonrió triunfante Daniel. Yo negué.
-Daniel no lo hag...-La chica me interrumpió.
-¡Cállala! Probaré por ti, mi vida.-La miré con los ojos muy abiertos. Daniel se acercó a mí con una cinta y me la puso en la boca. Solo podía hacer ruidos como: "mmmm".
-Genial, primero esta..-Cogió la jeringuilla con líquido verde. Ay dios. Intenté pararlo pero nada. Se pusieron de perfil a mí y Daniel le quitó cuidadosamente el pelo y dejó su cuello al descubierto.
-¡Me siento como si un vampiro me fuera a clavar sus dientes!-Musitó nerviosa. ¿Está tia es tonta? Pues sí.. sí lo era. Daniel asintió, ella cerró los ojos y antes de clavarle la jeringuilla me miró y movió los labios diciendo: "esto lo has provocado tu" entendí poco pero luego me di cuenta de que sí, era eso. Le clavó la jeringuilla y ella pestañeó.
-¿Y bien? ¿Qué sientes?-Preguntó y ella quedó pensativa.
-Dani, ¿Como he llegado hasta aquí? ¿Que día es hoy? ¡He olvidado todo desde hace tres días!-Gritó asustada.-¿Por qué me has llamado que viniera?-Dijo muy asustada y me miró y se asustó más.-¿Y es-esta chica?-Tartamudeó nerviosa.
-Tranquila; estuviste durmiendo aquí durante 3 días! Esa fiesta del miércoles te dejó agotada ¿eh? -Se inventó y ella suspiró sin emitir sonido alguno. Daniel le volvió a explicar lo de las drogas y ella volvió a acceder. Si estuviera libre me pegaría con la mano en la frente. No lo entendía esto la verdad. Le clavó la segunda jeringuilla, la roja, y la chica volvió a pestañear.
-Daniel, mmm.. ¿quieres saber algo muuuy personal? Mi hermano es gay, mi madre opina que el gobierno .... -Y así se puso a confesarle de todo. Daniel le clavó la tercera jeringuilla con rabia y ella gritó de dolor. Al rato paró y se quedó parada.
-¿Estás bien?-Se alejó Daniel y ella asintió. -¿Segura?-Volvió a asentir. -¿Hablas?-Y así todo el rato, solo asentía sin hacer nada. Daniel gruñó.-¿Me dejas pegarte?-Volvió a asentir y Daniel se giró a verme.
-¿Cuando se le pasará esta última?-Preguntó pasando su mano por su pelo. Me arrancó la cinta fuertemente y grité.
-En veinticuatro horas...-Susurré dejando caer mi cabeza hacia delante cansada de todo.
-Eso pensabas hacerme, eh? Dejarte robarme, contarte donde estaba todo y encima ¡borrarme la memoria!-Gritó enfadado. Exactamente no era así pero prefería que supiera eso. La chica se sentó en el sillón y se quedó parada. Daniel me soltó y me encerró en una habitación, me senté en la cama y dormí.

Wooow! Menudo cambio ya en El Segundo capítulo! Jejeje. Espero que os este encantando como ahora me hace a mí! Y que os guste :3! 1700 palabras no se escriben todos los días 😂👍🏼.
-Ari

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2017 ⏰

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Sin ti ninguna noche.(Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora