¡Buenas noches! Es la primera vez que escribo y quisiera compartirlo en esta plataforma, es una historia de mi total auditoría, espero que la disfruten, se aceptan comentarios de todo tipo, la libertad de expresión es un derecho que todo ser humano posee, sin más que agregar dejo el primer capítulo, no sé cada cuanto actualizaré, intentaré hacerlo frecuentemente si les gusta.
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-Andy... Andy... Andrea- esa voz, de donde viene? ¿Por qué me resulta tan familiar?
Otra vez oscuridad, no siento mi cuerpo, solo escucho esa voz, camino hacía ella o eso creo, no puedo sentir nada... Ese es mi nombre?... Puedo ver una tenue luz.
-Mmmhh- abro lentamente los ojos, parpadeando repetidas veces para acostumbrarme a claridad, enfoco mejor mi visión y puedo distinguir la suave luz de la luna colarse por la ventana, el frío aire que mueve las cortinas claras del ancho ventanal, me acomodo en la cama lentamente, no tengo idea de donde estoy, no recuerdo como llegué aquí, el frío comienza a calar mis huesos, me levanto y camino rápidamente hacia a la ventana para cerrarla, una punzada atraviesa mi sien, el dolor es tan intenso que necesito apoyarme del marco del enorme ventanal y como un balde de agua fría una ráfaga de imágenes atraviesa mi mente, me sujeto fuertemente la cabeza, el dolor cede poco a poco y sólo una imagen se queda en mis pensamientos; la sangre en mis manos, rápidamente miro hacía ellas y no veo nada, reviso mi atuendo pero todo está limpio, sin embargo no recuerdo en qué momento me vestí, me miro, estoy usando pants y sudadera, busco poner mis pensamientos en orden.
Soy Andrea Doménech, hija única de Alexandre Doménech y Eileen, tengo 17 años, estudio en la preparatoria Franklin, tengo un perro llamado Blas, el ha estado conmigo desde que tenía 10 años, mi mejor amiga es... Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta abriéndose, voltee para encontrarme con la única persona que me daría la tranquilidad que tanto necesitaba.
-¡Andy! ¡Despertaste!!- mi mejor amiga se abalanzo hacía mí, rodeo mi cuello con sus brazos y coloco un casto beso en mi mejilla, estaba completamente descolocada, incluso con temor de que todo fuera una mentira, pero el aroma a manzana verde inundó mis fosas nasales recordándome aún en la oscuridad que no estaba sola, que sin importar lo que hubiera hecho ella estaría para mí, porque ella es la chica de mi vida, mi alma gemela.
-Scar- susurré en un tono que sonó a súplica - Scarlett- Pronuncié apenas, por el nudo que se había formado en mi garganta, mis mejillas se humedecieron, lloraba y no sabía porqué, me aferre a mi pequeña amiga, la abracé como sí temiera que ella desapareciera, pero no lo hizo, ella seguía conmigo, en mis brazos y yo era feliz, la calidez que me brindaba su cuerpo no era nada comparada a la que me brindaba su presencia en el alma. Se separó lentamente de mí, observó mi rostro sollozante con expresión preocupada y confundida, posiblemente preguntándose el porqué de mi llanto.
-¡Connie! ¡¡No llores!! ¡Por favor! ¿Qué pasa?- preguntó con esa tierna expresión que me dejaba sin aliento.
-¡Hey!- golpeé juguetonamente su hombro, odiaba verla preocupada. -¡No me llames Connie!- hice un puchero por el sobrenombre con el que me molestaba desde que éramos pequeñas. - No pasa nada Kitty- cuando pronuncié ese apodo, recordé la primera vez que la llamé así.
//Inicio de Flash Back//
Una niña pelirroja de 10 años, piel pálida con unas cuantas pecas estaba concentrada leyendo su libro favorito “Harry Potter y la Piedra filosofal”, la emoción al leer cada línea se reflejaba en su rostro, cualquiera diría que se encontraba en la cena de bienvenida de Hogwarts.
Un torbellino castaño se postró frente al libro, impidiéndole a la pelirroja continuar con su lectura.
-¡Scarlett!- dijo en tono de regaño a la menor- No puedo continuar con mi lectura si estás ahí- frente a ella con el rostro en las páginas del libro se encontraba una pequeña castaña de largo cabello un poco ondulado, piel blanca, mejillas rosadas y ojos chispeantes de curiosidad color avellana que ignoró el tono de reproche de la pelirroja y sonrió.
-¡Connie! ¡Hazme caso!- ordenó la castaña- ¡Estoy aburrida! ¡Vamos, vamos, vamos!-suplicó a la mayor jalándola del brazo.
-¿A dónde?- bufó- Espero que sea algo bueno-
-No sé- admitió apenada la menor- Sólo quería tu atención- completó con las mejillas ya sonrojadas.
-Eres como un gato buscando atención, desde hoy serás Kitty, mi Kitty- terminó con una sonrisa la pelirroja.
//Fin del Flash Back//
Sonreí con nostalgia, con dolor por saber que esos días no regresarían, la abracé de una forma diferente a la anterior, ya no tenía miedo, sólo quería consolarla, protegerla, quitar de su rostro cualquier ápice de preocupación, coloqué mi mentón en su cabeza siempre fui más alta que ella y eso me gustaba sentía que esos centímetros me daban el poder para luchar contra todos por ella, sin embargo ese momento no podía ser eterno, yo tenía muchas dudas y ella era la única que podía ayudarme.
-¿Cómo llegué aquí?- pregunté con la voz temblorosa por el temor de escuchar de sus labios la siniestra verdad.
-¿A qué te refieres Andy?- contestó ella con extrañeza reflejada en su rostro.
-Yo...- estaba confundida, no entendía porqué ella se mostraba tan desconcertada- ¿Por qué estoy en tu casa?- formulé una nueva pregunta y ella pareció meditar un momento antes de responder.
-Anoche tenías fiebre y llovía, acordamos que no sería prudente que te marcharas- su respuesta fue simple y lógica, pero yo no podía aceptarla, algo estaba mal, sin embargo decidí creer en su mentira y le di mi mejor sonrisa.
-Lo siento, estoy algo confundida, supongo que es producto de la fiebre, ¿Cuánto tiempo dormí?-
-Más de veinte horas, hace un momento llamé al médico, estaba preocupándome que no despertaras-
-Ya estoy mejor, no es necesario que venga ahora- Dije firme, odiaba a los médicos, no confiaba en ellos, prefería morir antes que terminar llena de medicamentos, no más.
-Bien- suspiró resignada- Iré abajo a llamar, olvidé mi móvil en la cocina- se dirigió a la puerta, se detuvo en el marco y no pude evitar perderme en su figura, ella era hermosa, una belleza de mujer de 1.65 de estatura, cabellera castaña hasta media espalda, cuerpo esbelto por la natación, piernas bien formadas, cintura pequeña pero no demasiado y piel blanca como si de una muñeca de porcelana se tratase, giró lentamente sobre sus talones como si hubiera recordado la razón por la cual había entrado a la habitación.
-Andrea, la cena estará lista pronto, baja cariño- pronunció con tono pícaro la última palabra, sus ojos avellana tan coquetos como siempre se entrecerraron al momento que sus labios se curvaron en una tierna sonrisa y se retiró, dejándome totalmente absorta en ella.
-Dios, dame fuerza para resistirme- decidí volver a la cama y acostarme un momento para calmar los salvajes latidos que en mi pecho danzaban al son del amor.
Pasados los minutos decidí ir al encuentro de mi mejor amiga, salí de la habitación cruzando el largo pasillo que conducía a las escaleras, bajé silenciosamente como era mi costumbre, en la primera planta a la derecha se encontraba la entrada a la cocina y ahí estaba ella, tan bella como siempre, se había recogido el cabello en una coleta algo descuidada, cortaba vegetales posiblemente para una ensalada, ¿Cómo podía ella ser tan hermosa?, esa pregunta era frecuente en mis pensamientos, nunca lo había dicho en voz alta, pero estaba totalmente enamorada de la castaña de ojos felinos color avellana.
Di un suspiro de resignación por este amor silencioso que me ahogaba y me alimentaba.
-¿Cuánto tiempo piensas estar ahí?- mi mejor amiga me había atrapado mirándola y no pude evitar sonrojarme ante sus palabras – ¿Tanto disfrutas verme, Connie?- preguntó alzando una ceja coquetamente, haciendo que me sonrojada aun más, sentía la cara arder por la vergüenza.
Tosí falsamente y pregunté apresurada si necesitaba ayuda, ella sonrió satisfecha por lo que había provocado y rechazó mi ayuda en la cocina pero me ordenó que pusiera la mesa.
-A la orden general- respondí sarcásticamente y procedí a colocar los vasos y utensilios para cenar, justo cuando terminaba ella llegó con dos platos que con ensalada mediterránea de vegetales y legumbres, los colocó en la mesa y se fue a la cocina, regresando con una jarra con limonada de fresa mi preferida, cenamos tranquilamente en silencio, pero no era incómodo, Scarlett y yo no necesitábamos palabras para saber qué pensaba la otra, no necesitábamos de nadie que no fuéramos nosotras, nos complementamos de una forma que pocos entenderían, ella y yo fuimos creadas para estar juntas, pero no como yo deseaba, porque yo la amaba en silencio, la amaba como sólo se puede amar a la mujer con la que quieres pasar el resto de tus días.
Me ofrecí a limpiar todo para que mi castaña amiga pudiera ducharse tranquilamente, aparte necesitaba pensar, tal vez ocupándome en algo podía quitarme está sensación de inquietud, estaba quitándome los guantes con los que había lavado los trastos, mire mis manos por costumbre y recordé la sangre, otra vez el dolor punzante, todo me daba vueltas.
-Andy, la ducha está libre- Escuché la voz de Scarlett apagándose con cada palabra que pronunciaba, giré para contestar, su silueta viniendo hacia mi fue lo último que vi, me sumergí en la espesa oscuridad de la inconsciencia o eso creía.
-¡Andrea! Respóndeme, por favor Andrea, no me dejes, Andy regresa- cada palabra era pronunciada con dolor y desesperación, desearía poder decirle que no se preocupara, que estaba bien, pero no podía hablar, el cuerpo lo sentía pesado y la fuerza había escapado de mi cuerpo, dejé de escuchar el sonido de su voz y me sumergí en la oscuridad.
>>"El parque central es el escenario perfecto para que tomar tu último aliento, un día como hoy te conocí y como aniversario tu muerte será mi regalo, amarte en silencio no es suficiente, amarte es mi tormento".
Frente al lago se encuentra la mujer de mi vida, me acerco lentamente, la tomo por la espalda, cubro su boca con mi mano y su nariz con el pañuelo impregnado en cloroformo, siento su peso sobre mí y la cargo.
"El amor y la locura tienen una línea divisoria que se difumina con facilidad, amarte es una locura y una tortura, quisiera terminar esta aventura".
Tan cálida, tan suave, espesa y roja es tu sangre amor mío, mis manos sostienen el corazón que no quisiste otorgarme, no es lo que deseaba, quería tu corazón latiendo por mí, en cambio sólo tengo un órgano inerte.
-Cariño, te ves tan pálida, tus labios perdieron color, tu piel manchada de carmesí- mis lágrimas caen incontrolables en su rostro vacío de vida- Tú me obligaste, debías amarme a mí- sollozo entre lamentos, todo sería diferente si me amaras- ¿Esto es lo qué querías?- grité enojada- Ya puedes estar feliz- susurré con reproche- Scarlett-
"El corazón incapaz de latir es, cuando la amargura se instala en el, la calidez se marcha cuando la sangre deja de correr, la muerte llega cuando tu último latido yace entre mis manos y el último beso muere sobre mis labios".<<
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>> << Las partes que estén entre angle brackets son sucesos que están pasando en el subconsciente de Andrea, los párrafos en cursiva dentro de los mismos son pensamientos "poéticos".
Espero que lo hayan disfrutado y les agrade la idea de que continúe esta historia.
Gracias por leer
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Now you see Me?
Teen FictionAndrea Doménech es una joven confundida que intenta descifrar un misterio, puede ser una asesina, una víctima o una mera espectadora, sólo una persona que puede ayudarla, su mejor amiga Scarlett Bernad, la clave de todo... Scarlett es la única que...