No Es Humano Pero Ama Como Uno

   Mientras crecía, aun cuando apenas estaba descubriendo sus poderes, nunca creyó que llegaría a odiarlos; no, no es que los odiara sino que eran, de algún modo, una desventaja.

    Él podía parecer un humano, verse como un humano y actuar como un humano, pero no lo era, y aunque gran parte de su vida la vivió como uno siempre estaba presente ese recordatorio.

   Él no era humano.

   Tener súper fuerza y que todo parezca una pluma, poder volar a una velocidad mayor a un jet, ser inmune a cualquier daño y nunca salir lastimado, podría parecer lo mejor del mundo, cualquiera daría lo que fuera por tener al menos uno de esos poderes, pero en ese momento él no los quería.

   De que le servía tener súper fuerza si no podía protegerlo, era algo que siempre se recriminaba así mismo y a ÉL.

   De que le servía volar si no podía llegar a salvarlo, fue demasiado lento y no pudo alcanzarlo.

   Y de que le servía ser inmune si aún podía ser herido emocionalmente.

   Sus sentimientos en ese momento eran un caos, culpa por no estar con ÉL cuando lo necesitaba, irá por aquellos que al fin lograron su cometido, y tristeza por la falta de quien ahora solo viviría en sus recuerdos, era eso lo que sentía y no podía evitar deprimirse, se sentía débil.

   Paso mucho tiempo aislado en los confines del mundo, alejado de quienes consideraba su familia y amigos, quienes podrían ayudarlo con el dolor que sentía ya que ser la persona más fuerte no te hace el más insensible.

   Y es algo que le recordaba mucho a ÉL, que aún con la mirada más fría que alguien pudiese tener y aún sin expresarlo en palabras con sus acciones, aunque mal interpretadas o poco comprendidas, se podía encontrar el cariño por su familia.

   Le llevó tiempo, y visitas forzadas de sus compañeros, para salir al mundo nuevamente, mostrarse a sí mismo y a ÉL que aún seguía siendo el símbolo de esperanza que siempre mostraba a la humanidad.

   Ahora y finalmente después de mucho tiempo encontró el valor de visitarlo, olvidar la culpa y la ira que en algún momento llegó a considerar volverla una venganza pero ÉL no se lo perdonaría.

   Estando en el jardín trasero de la mansión Wayne en la parte más alejada donde reposaban tres lápidas, sentado en el aire meciéndose con el viento y aunque en soledad disfrutando de la calma, se permitió decir aquello que hace tiempo tenía encerrado, tras sentimientos negativos, pero finalmente podía volver a salir.

   —Te amo bruce.

   Si bien él no era un humano eso no significaba que no podía amar como un humano.

Fin.