La carta

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Rosseanne se encontraba tumbada sobre la cama matrimonial de su cuarto, el cual compartía con su marido Eint Cartoon. Ella estaba viendo la televisión mientras que éste estaba preparando la cena para esa misma noche en el que asistirán Gale, jefe de detectives del lugar, junto a su esposa Merine.

-Hola cariño, ¿qué tal?- preguntó Eint mientras se sentaba en la orilla de la cama y acariciaba la mano de Rosseanne. Acababa de terminar la comida, sólo faltaba esperar a los invitados.

-Bien, supongo que podré aguantar toda la cena con los Barley- sonrió.

-Eso espero- susurró, dándole un beso en la frente a su mujer.

Los fuertes dolores de cabeza no dejaban a Rosseanne tranquila, y mucho menos a Eint, quien se preocupaba cada día por ella.

Enseguida sonó el timbre anunciando la llegada de los Barley. Eint se ajustó su traje y Rosseanne se miraba al espejo revisando cada milímetro de su vestimenta. Todo debía de ser perfecto ya que con esa cena conseguirían su ayuda para sustituirlos mientras que ellos descansaban fuera del país.

Rosseanne miró por la mirilla de la puerta de la entrada para asegurar que son los Barley, y efectivamente eran ellos. Abrió lla puerta, sonriendo como mejor podía dando una impresión acogedora. Los saludó con un beso en las mejillas, al igual que Eint, para después extender su brazo derecho indicando que entrasen.

-Que bonito lugar, está tan... tan bien decorado y cuidado- dijo Merine encantada, rozando con las yemas de sus dedos los cuadros y mesas de madera que se encontraban en el pasillo.

-Muchas gracias- contestó Rosseanne.

Todos se sentaron alrededor de la mesa rectangular. En el centro había un candelabro con tres velas largas que iluminaban la habitación junto a dos lámparas colgadas del techo del comedor.

Comenzó a llover y las gotas se estampaban contra los cristales de las ventanas.

-Que aproveche. Espero que os guste la comida de hoy- dijo Eint con una sonrisa. Todos no paraban de sonreír.

Empezaron a comer animadamente comentando sobre los casos que habían resuelto durante todas sus vidas profesionales.

-Disculpadme un momento, voy a por el vino.

Eint se levantó y se dirigió hacia la cocina atravesando el pasillo que daba a la entrada principal. Fue ahí cuando se percató que en el suelo había una carta. Parecía que acababa de llegar ya que tenía gotas de agua aún húmedas.

Lo abrió y empezó a leerlo:

"Queridos señor y señora Cartoon,
Quería pedirles un enorme favor. Agradecería que me ayudarais a encontrar a mi esposa, Blody. Lleva días desaparecida y ni la policía consigue localizarla. Quisiera saber lo que le ocurrió. Os pagaría lo que fuese, todo mi dinero si es necesario, pero por favor ayudenme. Espero vuestra llamada: *** *** ***. Gracias,

Porter Mery."

Eint estaba nervioso, él no quería más problemas que resolver, él sólo quería que su esposa descansara y se recuperara de los fuertes dolores de cabeza que provocó los casos, o eso creen. Pero tampoco quería que el pobre hombre se quedara de brazos cruzados esperando la vuelta de su mujer. Sabía que si se lo contaba a Rosseanne ella aceptaría sin dudarlo.

Él estaba tan concentrado en tomar la mejor decisión que no se dio cuenta de que Rosseanne se encontraba justo al lado de él, leyendo parte de la carta. Cuando se percató fue demasiado tarde, ella ya sabía la intención del remitente.

-Rosseanne no podemos, ya hemos hecho suficiente. Tu...- fue interrumpido por su mujer.

-Eint, él nos necesita- contestó convencida- no podemos dejarlo así, parece desesperado.

-Puede contratar a otros detectives, seguro que aparecerá, no te preocupes.

-No, Eint.

Hubo un breve silencio entre miradas desafiantes, que fue interrumpido por Merine, que acababa de llegar extrañada por la tardanza.

-¿Algún problema?

Nadie respondió, a lo que segundos después apareció Gale por detrás de Merine, acomodandose en el arco que separaba el salón del pasillo.

-¿Me he perdido algo?

-Tenemos un nuevo caso- sentenció Rosseanne arrebatandole la carta que tenía Eint entre sus manos y se la entregó a la pareja.

Éstos la leyeron detenidamente. Eint no hizo nada para detenerlos, sabía que no podría.

-Bueno, entonces... ¿qué pasará con el descanso de Rosseanne?- preguntó Merine.

-Si queréis nos encargamos nosotros de esto. No será muy difícil, hemos resuelto casos parecidos- propuso Gale.

-Vamos Ross- suplicó Eint poniendo su mano en el hombro de Rosseanne, la cual reacciona instantáneamente apartando su mano.

-No me creo que estés rechazando un caso importante. ¿Tanto miedo tienes? Nunca te habías acobardado de nada, ¿y ahora quieres echarte hacia atrás?

-Tal vez tenga miedo pero no por el caso sino por ti. Ross no quiero que empeores ni mucho menos que te sobreesfuerces. Además nadie ha dicho que sea importante.

-Todos los casos son importantes, todos tienen una vida y que pierdan a un ser querido es importante para ellos.

-Rosseanne, esto no es motivo para que te pongas así. De acuerdo si quieres hacer esto pero te advierto de que a la mínima que te vea mal nos retiramos.

-De acuerdo- aceptó seria y un poco enfadada.

El matrimonio los miraban fijamente y detallando cada cosa. Era la primera vez que los veían discutir.

-Entonces si nos permitís, nos retiramos. Supongo que necesitáis tiempo para preparar las cosas- dijo Gale- cualquier cosa nos llamáis y estaremos enseguida.

-Muchas gracias Gale, de verdad- dijo Resseanne ya más calmada.

Les abrió la puerta y se despidieron con agradecimientos y dos besos en las mejillas. Rosseanne les dio un paraguas, y con él, se fueron alejando poco a poco hasta que desaparecieron de vista para los Cartoon.

Rosseanne y Eint |¤| "El misterioso caso de Blody Mery"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora