Mi vida forzada como Sasaki Yui simplemente es un desastre.

Prólogo.

Mi cabeza da vueltas...

—¿Dónde estoy?

Me cuesta abrir los ojos, me siento agotado. Por la sensación blanda, creo que estoy recostado en una cama. Es un poco complicado, pero consigo mover mis párpados. En cuanto tengo una imagen de mi entorno, puedo notar que es mi habitación.

La pesadez no desaparece, aunque no es lo único que noto. Mierda, ni bajo esta situación puedo dejar de pensar en eso. Ayer encontré a mi novia siéndome infiel. ¡Lo maldigo todo! ¡Maldigo mi suerte! ¡Las mujeres son un asco! Uno puede pasar todo el tiempo dedicándose a tratar de ser mejor para ellas y al final uno nunca es suficiente.

Odio admitir esto, pero creo que al final a los otakus, por lo menos a los que no les interesa el hecho de dejar de ser vírgenes, tienen mejor relación con sus waifus 2D. Ya entiendo el porqué le gustan tanto a él. Debí hacerle caso y no estaría como lo estoy ahora. ¡Maldita sea!

Haciendo memoria, tuve que trabajar turnos extras para poder llevarla a una cita la última vez y, en el transcurso, entregarle algo lindo que compré para ella. Justo al día siguiente tuve que encontrarla besándose con otro chico. ¡Qué estúpido fui!

Para ser francos, no es la primera vez que una chica me hace algo similar. Hace un par de años me enamoré de una chica. Nos conocimos en un juego online. Fue una sorpresa que descubriera que vivimos realmente cerca el uno del otro. Todo iba bien. Un día me armé de valor y le confesé mis sentimientos. Ella dijo que yo podría tener una oportunidad de salir con ella, cosa que me alegró mucho.

Después de un tiempo tuvimos nuestra primera cita, me acuerdo de lo hermosa que se veía, pero cuando pasó más tiempo en nuestra cita, me dijo que me rechazaba porque, en sus palabras: —"Se me hace injusto darte ilusiones si yo no siento lo mismo por ti"—. ¡¿Qué clase de estúpida excusa es esa?! ¡¿Qué pretendía con eso?! ¡Es casi como si ella solo hubiera aceptado la cita para decirme esas palabras! Después de eso dejamos de hablar como antes y nos distanciamos. Cuando volví a tener contacto con ella, no había pasado tanto tiempo desde que me rechazó, un par de semanas, tal vez. Le pregunté cómo le iba, me dijo que consiguió novio, que se lo presentó una de sus amigas y fue amor a primera vista... ¡Ojalá el tipo la haya engañado!

¡Mi suerte es un asco! ¡Cada vez que encuentro una chica linda, tienden a hacer lo mismo y jugar con mis sentimientos! Había empezado a dejar de creer en las mujeres, que ya no sería el mismo idiota de siempre con estas cosas. Pero esta última chica, Yuri, me animó y me apoyó. ¿¡Y para qué?! ¡Solo para encontrarla con alguien más a mis espaldas! ¡A la mierda! ¡Todas las mujeres se pueden ir a la mierda!

Mis ojos lloran mientras están cerrados, me siento inútil, me siento insuficiente. Mi pecho está agitado y me duele. Llevó una mano a mi rostro para limpiar mis lágrimas... ¿Qué es esto? ¿Siempre tuve el cabello largo? ¡Espera! ¡Algo anda mal! ¡Mis pensamientos por lo sucedido con Yuri nublaron mi mente! ¡Omití algo más importante! ¿¡Cómo llegué a casa?! ¡¿Qué ha pasado?!

El cansancio que sentía hasta hace un momento empezó a desaparecer. Con la pesadez desvaneciéndose, me propongo a sentarme en la orilla de mi cama. Una vez sentado, mi visión se alteró, creo que aún no estoy bien del todo. Ignorando eso, empiezo a tratar de recordar lo ocurrido antes. Lo último que recuerdo. ¡Es haber visto a esa chica estúpida! ¡¿Pero qué más?! ¡Esa...!

Me levanto tan rápido como un rayo y me dirijo al baño. En cuanto entro al baño, enciendo la luz abruptamente. Con bastantes nervios, voy al lavabo; me urge ver mi reflejo. En cuanto miro al espejo, veo una hermosa chica de pechos grandes, delgada, cabello largo y muy hermosa. Está frente a mí, justo donde debería estar mi reflejo. Empiezo a moverme y tocarme partes del cuerpo. La imagen de esa chica corresponde a mis acciones. ¿¡Soy yo!? ¡¿Esa soy yo?!

Después de encargarme de mis asuntos, cuando estaba en mi camino de regreso a casa, encontré a una chica vestida como una bruja. Empezó a decir varias estupideces y la traté mal. Una oración que dijo resuena en mi cabeza: —"Si tanto odias a las mujeres, entonces te convertiré en una". — ¡¿Qué me hizo esa zorra?!

"Tss"

De repente oí ruidos, se escuchó como si algún tipo de utensilio de cocina se hubiera caído. Debió ser en la cocina... ¡¿No estoy solo?! Trato de meditar, de recordar más cosas antes de todo esto. ¡¿Será que acaso...?! Salgo corriendo a toda velocidad, me dirijo a la cocina. En cuanto llego, puedo observar la nevera abierta. Sobresale un sombrero negro con punta desde el otro lado de la puerta. ¡Ese es el sombrero de esa perra!

¡Una vez ella cierra la puerta! ¡Puedo observar cómo su rostro de tranquilidad cambia rápidamente al de uno lleno de miedo! ¡No le daré oportunidad a que el resto de su cuerpo reaccione para intentar escapar y me abalanzó sobre ella!

—¿¡QUÉ ME HAS HECHO, MALDITA!?

¡Le grité mientras la tomé por los hombros y la empecé a sacudir! ¡El zarandeo fue tan fuerte que perdió su sombrero y pude percibir con más claridad su rostro de terror!

—¡Ayuda! ¡Alguien que me ayude! —gritó la bruja.

—¡Dime qué me has hecho!... ¿¡Ah!?

Quería respuestas, pero, de repente, sentí que perdía fuerza y caí al suelo. Pude sentir que algo golpeó mi cabeza. El golpe, a pesar de que no fue doloroso para mí, ¿ha tenido el impacto suficiente para derribarme?

—Tú...

Trato de quejarme con la bruja, pero siento que perderé la conciencia. Ella se paró frente a mi campo visual. Puedo notar que ahora tiene un bastón entre sus brazos, lo sostiene con ambas manos mientras está temblando. Mi vista se empieza a nublar y solo puedo observar a esta maldita mirándome con ojos llorosos...