Hoy es un días más de esos en los que me siento afuera, en mi balcón, con una gran taza de café, a tratar de reflexionar, como es que teniendo tanta gente a mi lado, me siento sola.
Observando hacia la nada, con el aire helado recorriendo cada rincón mi cuerpo, preguntándome, porque esta sociedad cada ves es más dura consigo misma.
Cómo está sociedad, rápidamente se está convirtiendo en una sociedad totalmente hueca.
Una sociedad donde lo único que importa es quien usa la mayor cantidad de artículos caros con algún logotipo en ellos.
Una sociedad donde juzgamos sin siquiera saber porque, oh más bien cuáles son los motivos por los que la persona a la que estamos juzgando se enfrenta.
Día con día nos enseñan que el que tiene más dinero es que más chingon y si, podrá ser chingon porque puede comprarse todo lo que desee, pero el echo de que tenga dinero no cambia la mierda que es por dentro.
Estoy harta de que queramos creernos algo que no somos, vistiendo ropas ajustadas, maquillajes sobrecargados, zapatos súper extravagantes, celulares carísimos.
Y que solo por ese simple echo, nos rodeemos de personas falsas, huecas, personas que creemos que son nuestros amigos y cuando más necesitamos de ellos no están aquí para nosotros.
