Llovía a cántaros, estaba en el trabajo observando desde el piso 21, la lluvia caer, las calles estaban vacías y las personas buscaban refugio para no mojarse, recordé ese lejano día cuando lo conocí, mejor dicho cuando él me conoció, porque yo hace mucho tiempo que sabía quién era, lo observaba de lejos, estábamos en el último año del colegio, habíamos sido compañeros y vecinos desde la primaria, la primera vez que lo vi, tenía 9 años iba caminando hacia la escuela, tropecé y caí de cara en un charco, me quedé en el piso esperando que la tierra me tragara pero en vez de eso una mano amiga se presentó delante de mí, era el y desde ese entonces me enamoré, era la única persona para mí, era la persona que más quería.
Los años pasaron y yo lo amaba de lejos, sabía que era un amor no correspondido, pero eso no cambiaba lo que sentía, la secundaria para mí fue amarlo en secreto y estudiar, una tarde al salir de clases, alguien gritó mi nombre, al inicio no podía creer que era Mario quien me llamaba y corría hacía mí, soñé tantas veces que algo así pasaba que no distinguía la realidad.
-Andres! Espera!
Teníamos 17 años en unos meses sería nuestra graduación, tal vez nunca nos volveríamos a ver, era tan guapo, esos ojos dorados, esos risos, no había nada en el que no me gustará.
-Al fin! Te alcancé, Andres, quiero hablar contigo
-Dime, respondí cortante estaba nervioso era la primera vez que me hablaba,
-Ayúdame a estudiar química, voy muy mal y todos dicen que eres el mejor en esa materia, se que no nos conocemos muy bien, pero Angela dijo que eras buena persona y no te negabas ayudar.
-Esta bien, mañana nos vemos en la biblioteca, me di la vuelta y pensé seguir mi camino, pero el tomo mi brazo, un calor empezó a recorrer mi brazo, hasta mis mejillas.
-Espera! Mañana tenemos que dar una prueba! Lo olvidaste? Dame unas clases hoy, te lo ruego!
-Mmmm, no lo sé, debo ir a casa
-Vamos a mi casa, luego te llevo a la tuya, ayúdame, te pagaré.
- No es nesesario, está bien vamos.
Se lanzó a mis cuello y me abrazó y me dijo al oído gracias!
Cuando llegamos a su casa, me explicó que no había nadie, sus padres trabajan hasta tarde y no tenía hermanos, así que nos acomodamos en la sala,
-Quieres algo de tomar? De comer?
-No gracias, es mejor que avancemos rápido
Era imposible que pudiese comer, mi estomago estaba lleno de mariposas y mi corazón latía a mil por hora,
-OK, empecemos
Estaba preparado para asumir que era un completo idiota, pero no estaba tan atrasado, incluso parecía que no estaba tan perdido como dijo, repasamos durante dos horas y llenamos algunos cuestionarios,
-Estoy seguro que no vas a tener problemas mañana, tienes todo muy claro, así que me voy.
- Gracias! Enserió, ya te vas? No quieres algo de comer?
-No, muchas gracias, estoy bien debo irme, estaba alistando mis cosas cuando.
-Qué tal un beso?
Me quedé helado, que acababa de decir!
-Disculpa?
-Qué tal un beso, mientras lo decía se acercaba a mí lentamente
En un principio no entendía las cosas, me quedé pasmado observando como se ponía frente a mí y su rostro a escasos centímetros del mío.
- Es una broma verdad? Estas jugando conmigo Mario?
-Me gustas y se que te gusto, tuve que inventar que no sabia química para poder estar cerca tuyo, pensé que ibas atacarme, pero no lo hiciste, así que lo hice yo.
-No se qué decir
Me tomo por sorpresa y me besó, era mi primer beso, su lengua se sentía tan cálida dentro de mi boca, acariciaba mi lengua muy suavemente, mientras sus manos desabrochaban mi camisa,
-Espera! Que haces?
-Tú querías esto verdad? Porque te resistes
Estaba nervioso, mis piernas temblaban, estaba tan nervioso que no podía ocultarlo, se acercó a mi oído y me dijo.
-Voy hacerte el amor
-Solo pude responder, esta bien
Me desvistió lentamente y me recostó en la alfombra, me miraba con tanto deseo y a la vez tanta ternura que sentía que podía morir de felicidad, se quitó la ropa y al verlo desnudo mi miembro reaccionó,
-Mmmm, me alegra saber que también me deseas tanto como yo a ti, Andres eres hermoso, lo sabías?
-Me sentía tan avergonzado, que tapé mi cara con las manos
-No hagas eso, dijo, mientras quitaba mis manos, quiero ver tu rostro cuando te haga mío, me besaba despacio y sin prisa.
Empecé a sentir unos dedos acariciando mi entrada, me asusté moviéndome de repente.
-Qué haces?
-Shhhh, tranquilo, voy a ser muy gentil
Lamio sus dedos y luego los puso de nuevo en mi entrada, introdujo uno,
-Mmmm, duele,
-Tranquilo, es hasta que te acostumbres, luego te va a gustar, introdujo un segundo dedo, el dolor aumentó, mis ojos empezaron a lagrimar, cuando empezó a moverlos dentro de mí como si fueran unas tijeras, sentí que ardía por dentro, era la primera vez que alguien me hacía algo así.
Estuvo un rato haciendo esos extraños movimientos, el dolor y ardor fueron cediendo hasta que empecé a sentirme extraño, empecé a gemir, me gustaba, sin darme cuenta empecé a mover mis caderas al ritmo de sus movimientos,
-Creo que ya estas listo, Andres, te voy hacer mío.
La primera embestida fue muy dolorosa, pero Mario me consolaba con sus besos y me susurraba que todo está bien, poco a poco las embestidas aumentaron en ritmo y profundidad, al igual que el placer que sentía, estaba a punto de estallar al igual que Mario,
-Me voy a correr, dentro de tí,
Cuando dijo eso empezó a moverse muy rápido, apenas si podía respirar, cada vez más rápido su rostro enrojecido, sus labios inchados, era tan guapo, era tan hermoso, lo amaba tanto, estallamos al mismo tiempo, mis gemidos fueron tan altos que pensé que nos habían escuchado.
Estuvimos unidos durante unos minutos, estaba encima mío, su respiración era agitada, cuando al fin salió de mí, se recostó a un lado, y me abrazó, estaba tan nervioso, avergonzado, que perdí el habla.
-Te gustó?
-Si, respondí nervioso
-Me alegro, no quería dejarte ir, sin haber estado contigo, me gustas desde la primaria.
Quería decir que yo también, pero no pude, además dijo que me dejaría ir, eso me dolió, pero más me dolía otras partes de mi cuerpo, me levanté con dificultad y empecé a vestirme.
-A dónde vas?
-A casa, mis padres deben estar preocupados, no he llamado y ya es muy tarde
-Andres, debo decirte algo
-Qué?
-Te amo
Lo miré, no podía creer lo que estaba escuchando, me amaba? Era esto real?
-También te amo, adiós
Salí de su casa, tome un taxi y me fui, esa fue la noche más feliz de mi vida, no dormí, recordando todo lo que habíamos hecho.