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Leo  

Jung Taekwoon, o bueno, como sus amigos solían llamar: Leo, tenía una vida bastante tranquila ya que había salido recientemente de la universidad ya con sus 25 años recién cumplidos, estudiar le costó bastante y ni hablar de elegir una carrera, eso había sido lo peor sin duda alguna. Últimamente había enviado variedad de curriculum's a distintos hospitales e ido a varias sesiones las cuales le ensañaban las distintas cosas, era un aprendiz de medicina y estaba feliz con eso  se había matado estudiando para que ese día por fin llegase y así fue. 

El pronto debería empezar a trabajar ya que su madre dejaría de hacerlo, ella se encontraba en un estado no muy bueno, pronto sería una ancianilla y él debería de hacer todo por ella justamente como ella lo hizo por él.  Por suerte no me encontraba solo, mi mejor amigo a quien suelo llamar Ravi me acompañó a enviar curriculum's junto conmigo, los dos habíamos estudiado la misma carrera así que no se haría problema alguno en el trabajo, deberíamos quedar los dos o al menos esa era nuestra idea, trabajar juntos, como los hermanos que somos. 

Me encontraba solo, caminando por las alegres y tranquilas calles de Seúl, el día se encontraba radiante como ningún otro, pajarillos cantaban y veías mucha gente abrazada y dándose todo el cariño que solo el ser humano puede otorgar...Pero, todo era color de rosas hasta que llegabas a la esquina de mi casa, esa esquina parecía ser la oveja negra que toda familia tiene.  Todo alrededor podía ser rosa, brillante, especial, pero, al llegar a aquella esquina todo se volvía negro, las malas vibras recorrían tu cuerpo y de vez en cuando un grito se escuchaba a lo lejos...Ese lugar daba miedo y yo debía pasar por ahí todos los días para llegar a su casa. 

Era el momento de afrontar esa esquina nuevamente como todos los días de su vida, empezó a caminar mientras dirigía su mirada al suelo como si otra cosa más que este existiera. Una gota de sudor siempre corría por su frente al sentir como debía pasar por aquel aterrador lugar, no cabía duda alguna que odiaba este, aunque, era una relación algo rara...Él amaba las cosas exóticas y definitivamente ese lugar era una, una relación bastante rara.  

No pudo evitar exaltarse un poco al ver como una ambulancia se estacionaba frente a la gran mansión oscura, dos chicos bajaban de está junto con alguien más y de aquella gran mansión salía un aterrador señor el cual vestía una bata blanca y unos anteojos bastante grandes.  

¿Ya tienes los datos necesarios? Necesito saber los básicos del nuevo paciente, te escucho. -Aquel hombre sacó una libreta y esperó atento a las palabras del enfermero o bueno, lo que sea.- 

El nuevo paciente se llama Cha HakYeon, su peso es de 67 kg, tiene nada más y nada menos que 27 años y aún no tenemos idea de la razón por la cual lo trasladaron aquí, lo sentimos, aunque mañana seguramente los datos estén llegando a primera hora. -Musitó aquel hombre; el paciente que tenía apretado entre sus brazos no paraba de moverse y de gritar diversas groserías.- 

De acuerdo, muchísimas gracias. -El señor realizó unas cuantas cosas en aquella libreta y guardó su lapicera.- Bien, la habitación disponible es la 9, llévenlo ahí, los veré mañana, muchísimas gracias por su arduo trabajo. -Realizó una reverencia, asintiendo, los demás llevaron al nuevo paciente en donde merecía estar, en su habitación.-  

Creo que ahora captaba un poco de como iba todo esto y de que se trataba aquella negra y apagada mansión de la esquina, un manicomio, eso era. Me quedé bastante sorprendido y en un pequeño shock, hace bastantes años que vivo aquí y jamás me había puesto a pensar o siquiera preguntar de que se trataba aquel oscuro lugar al que todo el mundo le temía y había muchos rumores para nada lindos; suicidios, asesinatos, muerte, violación, todo eso y más salía de aquel lugar, bueno, de distintas bocas. 

Sin más que decir o pensar seguí mi camino como si de un ciego se tratase, debía no hacer caso a lo que acababa de ver y simplemente seguir mi camino como una persona normal, común y corriente. 


... 

Es como te digo, el día de hoy vi a un paciente salir de una ambulancia e incluso escuché muchísimas cosas de él, bueno, sé hasta su edad. -Tomaba una lata de cerveza fría la cual mi mejor amigo, Ravi, había traído.- 

¿Estás seguro que lo viste? A veces la necesidad de tener trabajo puede hacerte delirar, haha. - A pesar de que Ravi jamás se tomase enserio lo que le decía, disfrutaba pasar mis días con él.- 

Vete a la mierda. -Abrí la lata de cerveza y le brindé un gran trago, lo necesitaba.- 

Ya, ya, no te enojes, leoncito. -Imitó mi acción y se llevó a la boca unas cuantas papas que habíamos comprado, él se quedaría a dormir hoy así que debíamos tener municiones, Ravi come por ocho personas.- 

La noche pasaba y las estrellas iban apareciendo una por una en aquel vacío cielo el cual era iluminado lentamente por hermosas estrellas, Ravi me hablaba de las cosas por las cuales estaba pasando mientras que yo le contaba de las mías, de lo que pensaba, de lo que creía, mis diversas opiniones ,etc...  Luego de hablar por tanto tiempo de nuestras baboseadas mi teléfono celular empezó a sonar, una llamada de un número desconocido se hacía presente. 

Jung Taekwoon al habla, mucho gusto. -Fue lo único que alcancé a decir antes de que una voz bastante masculina saliera de este.- 

¡Que bueno! El gusto es mío, ha sido seleccionado para trabajar en nuestro establecimiento, en su curriculum tenemos toda la información necesaria así que lo único que debe hacer es presentarse a trabajar mañana ¿conoce el manicomio con mala fama? bueno, suelen decirnos ''la mansión negra'' jaja, seguro lo conoce, es el único por estás tranquilas calles. -Aquel hombre con una rara voz solo sonrió y cortó así el teléfono, dejándome boquiabierto por lo que acababa de pasar.- 

Ravi... -Lo miré bastante anodadado, no tenía idea de como iba a decirle.- Bueno...Quedé en un trabajo pero...Es el manicomio de la esquina, si, del que te conté hoy. -La boca de Ravi se abrió al igual que la mía, estábamos (bastantes) sorprendido.- 

No soy una persona la cual cree mucho en el destino, pero, ese día el destino me estaba jugando una mala pasada y no me quedaba de otra que simplemente cerrar mi boca y aceptar lo que me depara. 

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2022 ⏰

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