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Junio 27, Alemania

Levi

Recuerdo la noche de nuestra ruptura, fresca y estrellada.

Era el último día del año y mi familia esta celebrando, no se dieron cuenta en que momento desaparecí, me fui para encontrarme contigo en un parque cercano a mi casa ¿recuerdas? 

Yo lo recuerdo perfectamente.

Llevabas actuando extraño desde varias semanas antes y yo no entendía que rayos te pasaba. De alguna manera intuía que la cosa iba por mal camino, en mi fuero interno sabía que debía estar preparado para lo peor, deseaba estar equivocado, deseaba que lo que fuese que ocurriera en ese entonces no fuese más que uno de tus problemas familiares, pero no fue así.

Dolió saber que tenia razón, ver la mueca de culpa y mortal seriedad en tu cara fue todo lo que necesite para entender que acerté en lo que intuía. Por un momento entre en pánico pero intente calmarme, no podía comenzar a hacer locas conjeturas, tenia que escuchar lo que ibas a decir.

"Tienes que entender que esto no es por ti" fue lo primero que dijiste "escucha por favor" esperaba que me salieras con la típica frase de "no eres tú, soy yo" pero no llego; comenzaste a contarme que una de tus antiguas amigas, no me dijiste su nombre y tampoco quería saberlo "ella llegó y estuvimos hablando, ella trajo un tequila" y tú como buen bebedor que eres no pudiste resistir el deseo de beber "no sé en que momento ella y yo nos pusimos tan borrachos..." en ese punto mi cabeza ya sabia lo que continuaba, pero necesitaba que lo confirmaras "Eren, ella y yo nos acostamos" y fue cuando el mundo explotó.

El aire escapó de mis pulmones, mi cuerpo se movió por impulso y lo único que atiné a hacer fue huir. No corrí, tampoco lloré aún tenía dignidad, no era ninguna chica con el corazón roto, solo camine rápido, quería llegar a casa a encerrarme en mi cuarto. Pero eres un cabrón desgraciado, me seguiste y sostuviste mi  mano para que no pudiera irme -la típica escena romántica, tristemente acepto que me emocionó que no me dejarás ir- me convenciste de volver al parque y así lo hicimos.

Sabias que el dolor estaba matandome, pero no iba a demostrarlo, soy un Jaeger orgulloso y no iba a llorar delante tuyo aunque muchas veces antes lo hice pero en esa ocasión no lo haría.

¿En serio creías que me iba a quedar a tu lado después de saber lo que hiciste?

Eras un sin vergüenza y aun lo sigues siendo.

El dolor me segó y te golpee, un puñetazo directo a la cara, ni siquiera hiciste el intento de esquivarlo o detenerlo y eso me enfureció ¿como te atreviste a insultarme así? La sangre se hizo presente, manchó tu cara y salpicó la mía --estábamos sentados el uno frente al otro-- tenías un corte en el pómulo izquierdo, no lo pude evitar y te golpee nuevamente, esa vez partí tu labio inferior. No me sentí culpable lo merecías ¿Cómo te atreviste a engañarme?

Después de eso te derribe y comencé a golpearte en le suelo del parque pero no como debería sino con menos fuerza e intensidad, en en el fondo no quería lastimarte.

Antes de darnos el adiós, nos besamos por última vez, fue un beso lleno de tristeza y dolor.

Ya no siento el corazón herido cuando recuerdo éste momento. Es una buena señal, estoy un paso más cerca de superarte por completo.

Cuando regresé a casa mamá sabía que algo había ocurrido, podía verlo en mis ojos pero no dijo nada, tampoco pregunto por mi ausencia. El reloj marcó las 12:00 y todos brindamos por el año nuevo. Todos estaban felices, menos yo.

En mi interior lloraba.

El dolor en mi corazón no se apagaba.

Nadie lo noto, nadie notaba un parte de mí se marchitaba lentamente, nadie excepto mi madre.

Jaeger

Cartas De Un JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora