Y ahí está de nuevo, otro camino con luz al final de él. Y aquí estoy yo, recorriendo ese camino sin saber por qué, otra vez. Trato de detenerme, pero, ¿Para qué voltear? Siempre pasa lo mismo, me hallo a mí mismo dando largos pasos y acercándome a la luz al final del camino cada vez más.
A cada paso que doy, mi altura se reduce más y más. Ni siquiera sé que tipo de prendas llevo esta vez y la verdad es que no me importa porque entre más cerca de la luz, entre más cerca al final del camino esté, cada prenda se evaporará. Y así quedo yo al final del camino, totalmente desnudo. Perdiendo todos los recuerdos que había ganado cuando estaba vivo, aquellas raras experiencias y tal. En fin, es otra vida que pierdo y otra vida que tendré.
El final del camino, es el principio de la luz.
El principio de la luz, es dejar de saber quién soy.
No saber quién soy, es no saber para qué existo.
Y si existo sin saber nada, no estoy vivo.
Observo mi ahora pequeña mano, yo tenía 19 años cuando llegué a este lugar. El accidente de auto me dejó hecho pedazos, pero bueno. Sabía que iba a morir en algún momento, como ya es costumbre.
Al llegar a este punto, he vuelto a ser un niño y por lo que veo, falta poco tiempo para tener una nueva vida. Sé esto porque escucho al doctor decirle a mi nueva madre que puje, que siga así y en cualquier momento tendrá a su bebé en brazos.
Estoy perdiendo la capacidad de poder pensar claramente y de saber el significado de las palabras, empiezo a tambalear y a dejar de pensar.
Sonrío con ironía. Y pensar que ya me había acostumbrado al nombre que tenía.
Me encojo de brazos, resignado.
Bueno, supongo que ya es momento. Ahora soy un bebé, ahora solo escuchas mis pensamientos, lo único que me falta es perder la memoria. Y lo haré cuando el doctor me saque de mi nueva madre, no falta mucho, siento como la luz me envuelve.
Es momento de vivir otra vida sin sentirme vivo, de nuevo.
Ya no distingo nada, la luz está en mí.
Y como la primera vez que sucedió.
Doy mi primer llanto.
– Es un gran bebé señora, felicidades.– Dice el doctor a mi nueva madre.
He nacido de nuevo.
YOU ARE READING
El valor de la vida
FantasyVivir no siempre es una opción. Vivir no siempre es un regalo. Vivir no es estar vivo. Y estoy vivo sin saber por qué vivir. ¿Tú me entiendes?