capitulo 1

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Hacía días que su pequeño primo dedicaba todo su tiempo a él. Ezra, por su parte, solo se ocupaba de su trabajo y sus estudios, los cuales, solo faltaban apenas unos meses para definir por completo su futuro y formalizar su carrera, también había tenido demasiadas solicitudes de trabajos haciendo bien su labor en pasantías.

Se encontraba sentado frente a un pastel, el que el mismo dueño de la enorme mansión había preparado. Con sus ojos cerrados al final de la canción de feliz cumpleaños, su primo y él se encontraban solos en aquel cuarto.

-¿pediste tu deseo?- hablo aquel muchacho de cachetes regordetes y labios gruesos.

-si cariño.
Su deseo no era nada de otro mundo. Solo deseo que su primo jamás se separase de él y que vuelva a ser el mismo de siempre, ya que en este último momento se encontraba actuando de manera fría, cuando antes era un dulce que nunca empalaga.

Pensar en Theo era lo que lo mantenía contento y extraído de la rutina, la persona que lo amaba, ya quisiera poder darle más de sí mismo, lo que se merecía, si no fuera porque su corazón bombeaba del lado del abogado, aquel hombre alto que le robaba los suspiro inconscientemente cuando lo veía desde lejos. Seguiría con él, a no ser que se haya equivocado en la hora de intervenir en una familia que no era de su porte, a la cual no pertenecía.

Se recostó con su cuerpo vestido sobre la cama. Allí se hallaba el cuerpo durmiente del hombre más fiel que jamás haya conocido. Theo volteo al sentir un terrible bulto aplastando el extremo de su cuerpo. Con un suspiro lo observo, Ezra como de costumbre tenía esa mirada perdida, aquella que no era capaz de dibujarle una sonrisa por más que le rogara.


Llevo su mano a la cintura del ajeno y fingía estar dormido para robarle su atención.

-¿no te desvistes? Te vas a enfermar.- hablo dormido.

-no, tengo sueño.- otro de sus berrinches, cada ataque de histeria hacia que Theo se excite. Acerco su nariz al cuello ajeno intentando percibir su perfume. Beso cada paso, cada huella que le pareció de su pertenencia, que aun merecía ser propietario de aquel cuerpo, y aquel corazón que con fuerzas anhelaba, pero cada vez se sentía más lejos.

Ezra dio un suspiro intentando concentrarse en aquel excitante asalto.

-¿donde estuviste? No te vi en todo el día.- se digno a hablar entre beso, haciendo su mente fugitiva de la depravada escena que pronto vendría. El cuerpo de su novio totalmente desnudo y a su merced.

-en una fiesta de cumpleaños en casa de mi primo.- sus ojos entrecerrados y mordiendo su labio inferior. ¿Cómo no querer escucharlo gemir su nombre? ¿Cómo no querer ser testigo de los ecos que aguardaba aquella habitación? Los cuales Theo era merecedor.

Las manos del mayor se infiltraron bajo la camisa de Ezra, aquella piel suave y blanca, la piel que le gustaba manchar con sus besos. Rápidamente Theo se posiciono sobre el cuerpo del menor, quitando su propia camisa, una mirada penetrante impulso la excitación de Ezra. Se inclino hacia los labios del mayor acariciando su tórax desnudo, aquella espalda ancha, más ancha que su cuerpo, aquella espalda que no tenía piedad de sus deseos.

Intercambiaron posiciones entre tanto revuelo de besos y caricias. Esta vez el pequeño cuerpo de Ezra se encontraba sobre el de Theo, quien sus manos se encontraban enloquecidas rozando cada parte del abdomen ajeno.

-Abner, me vuelves cada vez más locos.

He ahí el momento de la interrupción. El calor de Theo se enfrió hasta el punto de quedar sin deseos de proseguir, pero aun más feo se sintió para él, el hecho de que Ezra no estaba consciente en ese momento, no se encontraba disponible para él.
El extremo de la habitación había captado su atención para no superponer sus pensamientos contra su amor por Ezra y comenzar una inútil pelea que si bien no llevaba a ningún lado, tampoco tenía razones ya que cuando se confesó a la persona que mas amaba, le dejo en claro que era consciente de los sentimientos ajenos.

-¿qué tienes, Theo?

-sueño. -lo aparto sin alguna explicación cubriéndose con las sabanas. -buenas noches Ezra.- y así termino aquella velada.

Si la noche no había bastado para frustrar la mente de Ezra, entonces, el día había sido peor, cuando se topo por el largo pasillo del nuevo trabajo de Eren, el abogado caminaba como si lo considerara un extraño. Su mirada quedo expectante, deseando que los receptores de Abner lo captara y por lo menos, un "hola" se resbalasen de sus labios cuando lo viese, pero no ocurrió, jamás se percato de su persona.

Nuevamente cediendo el paso hacia su orgullo corrompido desde hace unos meses. Paso bruscamente por un lado del abogado, dándole un terrible empujón. Aquel acto de niñería no hizo más que redimirse sobre sus actos.
Abner logro sacar un quejido de sus labios volteando ferozmente. Pero al ver de quien se trataba, no hizo más que dejar soltar una sonrisa y dejar que el ajeno siguiera su camino. ¿Qué mejor cosa hace enojar a Ezra que el hecho de demostrarle que no fue de su importancia? Así es, desde aquella vez haría lo posible de llevarle la contra muy sabiamente.

Las cosas con Abner y Clear, no iban bien, jamás un hombre había sentido tanta impotencia al ver el cuerpo desnudo de una bella mujer, pero algo mas allá de su mente no le permitía ser infiel a su corazón. Se sentía vacío, se sentía olvidado, las pequeñas manos de Clear no bastaban con saciar su corazón, eran demasiadas pequeñas para encerrarlo entre sus manos y hacerlo sentir amado. Había algo ciego que no le permitía a ella proseguir con la felicidad de su futuro marido, y aquello era el rencor que Abner le aguardaba. Dejarlo solo con su hijo y su propia familia que a diario lo acosaban, no podía olvidarse de un día para el otro.
La sonrisa de Abner volvía a ser presencia cuando Drake sonreía, y eso sucedía en los días familiares, al fin su hijo estaba siendo testigo de una familia firme, la cual solo se trataba de asemejar.

Abner solo se engañaba a sí mismo, su odio por Ezra no solo comenzaba por el hecho que quiera irrumpir en su familia, sino, porque era con él quien quería formar una familia. Mucho antes lo había pensado una y mil veces, pero no encontraba la manera de no perjudicar a la única persona que mas amaba en su vida. A su hijo ¿cómo le explicaría todo esta situación a un niño? ¿Cómo protegerlo teniendo a dos debilidades juntas en su corazón (a Drake y Ezra)? No podría, no había mejor camino que actuar como cobarde y solo elegir a la única persona que le importaba más en su vida, su propio hijo. No permitiría que otra vez saliera herido entre disputas familiares.
Su suegra, últimamente se dedicaba a pasearse por la casa como si fuera dueña de los pagos mensuales de aquel departamento. Eso lo molestaba, pero no haría un movimiento que le hiciera perder todo lo que había hecho, de lo contrario, todo su esfuerzo seria en vano.

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Bueno, después de tanto, al fin seguimos esta secuela. Espero que les guste y lo disfruten. 

Aunque, cambie mi forma de interpretar el personaje, espero que aun no pierda su esencia. 



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⏰ Última actualización: Oct 04, 2019 ⏰

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