Capitulo 2 "¿Que me paso?"

226 17 2
                                    

Aprueba de fuego

Al día siguiente a las 12:45am.....

Desperté y me sentí mareada y confundida.

¿que me paso?

sentí un dolor muy fuerte en la cabeza, me toque la frente y me di cuenta que tenía una enorme cortada y sangre, ¿como me hizo eso?, no recuerdo bien lo que paso, lo último que recuerdo es haber corrido hasta llegar al río y después de haber nadado hasta más no poder después perdí la conciencia. Mire a mi alrededor y me di cuenta de que seguía en el río, me encontraba en la orilla de este llena de lodo, sentía seca la boca, tenía sed y hambre, más que nada me sentía confundida, ¿a donde iría ahora?, no tenía un lugar a donde ir, no conozco a nadie que pueda ayudarme, esto es tan frustrante, suspire y tomando un poco de agua en mis manos lave mi cara eliminando lo más que pude el lodo de mi piel, mi ropa estaba llena de lodo también, pero no pude hacer mucho al respecto, no había traído ropa de repuesto y sacarme la ropa para lavarla no era una opción, suspire resignada y poniéndome de pie con dificultad logre empezar a caminar aún con las piernas dormidas y un poco adoloradas, mire a mi alrededor buscando algún camino, como no encontré ninguno decidí seguir derecho, haber hasta donde me llevara este.

Dos horas después

Seguía caminando por el bosque y todavía no encontraba nada, con los sentidos alerta por sí alguien se acercaba seguí mi camino.

Había parado a descansar un par de veces, pero no me quedaba mucho tiempo, ya que entré más rápido llegue a la civilización mejor, mi estómago empezó a rugir por milésima vez en el día, decidí que podía permitirme una galleta, saqué el paquete de galletas de mi mochila sin dejar de caminar y cuando lo abrí estas estaban aguadas por el agua del río.

Genial

Suspirando embarre mi mano con un poco de galleta desecha y me la metí a la boca asqueada, no sabía tan mal, agarré otro poco y lo metí también en mi boca. Me pregunto si la cobija también estará mojada, supongo que si al igual que el dinero que me dio mi padre, no era mucho pero me serviría por un tiempo, cuando me termine la mitad del paquete decidí guardarlo con todo el dolor de mi alma, mi estómago seguía sonando aún reclamando más comida, yo quería más comida, mi cuerpo necesitaba más comida, cerré los ojos y trate de darme fuerzas para seguir, estaba dispuesta a seguir la voluntad de mi padre, podía hacerlo, podía llegar a la ciudad y tomar un camión a algún lugar lejos de aquí, empezar de cero y simplemente vivir, seguir con mi vida. Estudia , tal vez tener algún amigo, capas y hasta me caso con alguien, negué con la cabeza divertida por el camino por el que iban mis pensamientos, eso ya no lo veía tan cercano, yo era muy desconfiada y no creo que alguien quiera ser mi amigo, además las relaciones se basan en la confianza, si estoy con alguien tendría que contarle mi secreto y como ya dije antes soy muy desconfiada.

Estaba aburrida de caminar, no reconocía donde estaba, nunca había llegado tan lejos, ni siquiera cuando mi padre y yo veníamos aquí a entrenar, pero nunca habíamos llegado tan lejos, teníamos una regla, no más allá del lago y estaba segura de que lo había dejado atrás hace algunos kilómetros, me pregunto donde estarán esos hombres, tal vez se rindieron y se fueron, pero en verdad lo dudo mucho, ¿y si fueron por sus autos y me están buscando?. Tampoco lo creo, este bosque está lleno de árboles y un carro no cabría aquí, los árboles están muy juntos unos de otros, sería muy difícil meter algún medio de transporte por aquí.

sin saber que hacer aparte de caminar empece a hacer pequeñas bolas de fuego con mis manos, unas grandes y luego otras pequeñas, las mantuve en el aire y las movía a mi alrededor con cuidado de no estrellarlas con alguna rama. No quería crear otro incendio forestal, el bosque no tenía la culpa de nada, la sociedad la tenía, deshice las bolas y empece a jugar con el fuego como papa me había enseñado, primero pequeña y luego grande, pequeña y grande, la verdad es que había aprendido mucho, una vez pude hacer un rayo, uno pequeño obvio, pero no he podido practicar ya que hace una semana lo pude hacer y dadas las circunstancias ya no tendré a mi padre para que me enseñe, supongo que poco a poco lo haré yo misma, me dejaré guiar por mi instinto y en dónde quiera que mi padre este haré que se sienta orgulloso de su pequeña, te amo papa, estés donde este nunca te voy a olvidar.

Y con ese pensamiento seguí caminando, todavía sin un rumbo fijo, pero con la frente en alto.

Aprueba de Fuego PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora