Rampion

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Jugueteó con sus dedos y los enredó en el.

Era largo,bastante largo,suave y con un brillo característico, el cual solo una bella mujer podía poseer. Este,colgaba de una torre de 20 a 25 metros de altura y se situaba en un descampado a las afueras del castillo.

No era la primera vez que hablaban,ni mucho menos la primera vez que tenia la oportunidad de tocar esa increíble melena, aunque nunca antes la había visto. Imaginaba, no, sabia que la mujer que se encontraba allí atrapada en busca de alguien que la salvara, poseía una belleza indescriptible.

No haber podido escuchar su dulce voz durante tres semanas despertó en él una desesperación que no podía apaciguarse con nada que no fuera ella. La extrañaba, la necesitaba, la deseaba. <<Sentirá mis caricias>> sonrió inconscientemente recordando aquella pregunta que siempre lo asaltaba.

-¿Qué esperas cariño?- dijo la ya dicha dulce voz -No pienso esperarte durante toda la eternidad- canturreó la joven. Con un delicado tirón le confirmó que ya estaba dispuesto a subir.

Comenzó a escalar. De ante mano supo que no iba a ser una tarea fácil,pero era capaz de todo por su amada.

Ya llegado el atardecer él seguía escalando,le sudaban las manos y tenía la frente perlada por el esfuerzo. Calculaba que le faltaban ocho o nueve metros para finalizar su cometido. Sin embargo estaba demasiado agotado como para seguir. De la torre sobresalían revoques lo suficientemente anchos como para poder sentarse a descansar, así que decidió tomar un breve descanso.

Mientras tomaba un respiro, recordó que lo llevó a salir del castillo y aventurarse a las desconocidas tierras que lo rodeaban.

Hace unas semanas había visitado un reino cercano, donde los rumores lo llevaron a conocer sobre una terrible criatura. Según las historias que se contaban, en una antigua y abandonada fortaleza habitaba una oscura entidad que asesinada a quien osaba darle caza. En una taberna, supo sobre la cuantiosa recompensa que el rey otorgaría a quien lograra derrotar a la criatura.

Durante días enteros, se dedicó a informarse acerca del extraño ser al que iba a enfrentarse e investigó que tan ciertos eran los rumores que se propagaban por el reino. Pese a todo su esfuerzo, carecía de suficiente conocimiento para hacer frente a la temible criatura que aterrorizaba a la gente.

Extenuado, decidió consultarle a la persona más odiada de todo el reinado, una bruja que residía en las zona más desdichada del pueblo. Según las habladurías de los pueblerinos, se la describía como una mujer taciturna de muy pocas palabras, rara vez se la veía por las calles y su vestimenta en un tapado oscuro que ocultaba su rostro. Nadie conocía su verdadero nombre, se limitaban a llamarla "Monstrum" .

Vivía en los límites del poblado, en una casucha que parecía caerse en ruinas. Al lado de esta, se encontraba un gran árbol de donde crecían gigantescos frutos de un intenso color rojo y un pequeño gallinero algo descuidado. Se acercó cuidadosamente hasta poder asomarse por la ventana pero lo único que logro ver fue una chimenea encendida y una silla mecedora.

Sin pensarlo dos veces, entró en la choza.

Siquiera pasar por la puerta, vio un revoltijo de plumas y garras avecinarse contra su cara, lo que provocó que tropezara y cayera golpeándose así la cabeza. Un agudo dolor se expandió por su cuerpo.

Sintió sus músculos contraerse, su cuerpo completamente inmovilizado se elevó hasta quedarse suspendido en el aire. Temeroso, abrió nuevamente sus ojos para encontrarse con el rostro de una mujer longeva mirándolo con desprecio. En su hombro se posaba una extraña ave de plumaje brillante, que él reconoció como su agresor.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2017 ⏰

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