Capítulo 7: Lo siento

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Briar revisó su mochila una vez más, quería asegurarse que llevará todo, al menos para sobrevivir tres días.

Dentro de una hora la fiesta iniciaría, en sesenta minutos sería condenada, iniciaba su cuento, los minutos pasaban acercando su destino.

Sacudió la cabeza para no pensar en lo que le pasaría dentro de una hora, lo que pasaría si no pudiera escapar.

Su mochila estaba lista. Al parecer el plan seguía en marcha, se había podido comunicar con Rosabella después de regresar al castillo, se quedaron de ver en un punto del bosque y ahí Rosabella le explicaría todo sin rodeos. Al parecer ellas eran las únicas que ejecutarían el plan ya que nadie más se había contactado.

—Briar —llamo su madre tocando suavemente la puerta.

—¿Qué pasa? —preguntó Briar escondiendo su mochila y después abrió la puerta.

—Hija te tienes que alistar para la fiesta —dijo su madre al ver que Briar no tenía ni pizca de arreglada.

—Lo siento madre, yo... —le vinieron las palabras de Faybelle de golpe.

 «Nunca te has preguntado quien dijo que todos los villanos deberíamos terminar tan mal, quien ordenó encerrar a la Reina Malvada, quien ordeno encerrar a mi madre más del tiempo que decía el cuento, quien determinó el final del lago de los cisnes, quien obliga a todos a seguir a sus destinos,quien nos alanzó este hechizo, quien o quienes están detrás de tantas cosas que sucedieron», le había dicho Faybelle.

  «No», ella le había respondido «muchos provocaron eso».

  «No Briar, eso nos hacen pensar esos Royals».

  «¿Cuales Royals?», habia pregunto desesperada.

  «El director Grimm sólo es su títere», le dijo Faybelle antes de irse.

—Yo... —pronuncio con dificultad mientras su madre la observaba. No creía a su madre de esas cosas ¿o si?

  «Esos Royals son: Blanca Nieves, El Rey Charming, Cenicienta y »le dijo Faybelle con aquellas palabras que la hacían dudar« y la bella durmiente, ellos son los culpables».

Briar lo pensó mil veces si decirle o no —No pasa nada —fingió una sonrisa. Al final decido no decírselo.

—Esta bien, alistarse ya, no falta mucho para que la fiesta inicie —dicho esto salio.

Escaparía antes de anochecer.

Miro por su venta como los primeros invitados iban llegando.

Estaba tan cercas su destino, lo sentía, por suerte había podido tener bajo su control su cuerpo aunque en algunas ocasiones el hechizo tomaba el control, pero ella no se daría por vencida, no ahora.

Con una cuerda bajo desde su ventana, no sería fácil escapar y no le importa morir en el intento.

Sin duda lo más difícil fue poder burlar a los guardias que vigilaban el castillo, pero entre tantos invitados aprovecho para escabullirse por la puerta de los sirvientes del castillo.

Al estar afuera sonrió involuntariamente olvidando lo que esto podía provocar a otros y hasta a ellos mismos si los atrapaban.

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Igual que el otro éste a sufrido varios cambios y no sólo en la redacción.
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[Editado: 28/12/18]

Al filo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora