Noche de fin de año

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Era un pequeño que se encontraba llorando con su rodilla remellada; Decidí acercarme ofreciendo un cálido trato al inocente infante y le pregunté:

- ¿Te encuentras bien?

El pequeño ceso su llanto y me miro asombrado sin medir palabra reclino su cabeza y dijo casi como un susurro:

-No, me duele mucho y me he perdido mientras observaba los fuegos pirotécnicos, y nuevamente rompió en llanto

El niño me recordó a mí de niño, Pero decidí no envolverme en más recuerdos y respondí secando sus lágrimas:

-Los niños valientes no lloran, sube a mi espalda, te llevare, talvez en el camino reconozcas tu casa o algún conocido (sonreí tímidamente), ¿Disculpa, ¿cómo te llamas?

El niño me miro con confianza y ternura, subiéndose a mi espalda dijo:

-David, Mi nombre es David.

Me quede callado ya que su curiosidad no se remitió a querer saber mi nombre, camine preguntando a David si alguna casa recordaba, pero su respuesta era la misma:

-No.

Pasadas muchas cuadras el niño diviso una imagen diciendo:

-Mamá, Mamá.

Lo dijo con mucha emoción y la señora corrió a nuestro encuentro, tomo a su hijo entre sus brazos y me miro de manera dulce diciendo:

-Gracias por encontrar a mi hijo y traerlo hasta aquí, Que Dios te bendiga.

Sus palabras retumbaron mi mente y me despedí con una sonrisa leve, sin más decidí acelerar el paso para llegar rápidamente a mi destino, tan pronto estuve cerca mi madre se acercó y pregunto:

- ¿Por qué tardaste?, me tenías muy preocupada.

Tan solo asentí levemente y dirigí a mi madre a la casa donde saludé a mi padre, a mis vecinos y demás familiares, procedí a sentarme cerca de las brasas y el jocoso muñeco que acostumbrábamos armar como forma de despedir el año viejo, solo pensando algo en mi mente desde que momento dejo de ser tan común este día y se convirtió en uno lleno de recuerdos y experiencias.

Recordé aquel bello momento como si fuera la más hermosa tempestad o la peor de las coincidencias, Decidí no dar más vueltas al asunto y tan solo despedir el año, los abrazos perdían ese sentido ya que mi alma se encontraba lejos de la realidad, faltaban tan solo minutos para la media noche y yo aún me encontraba ausente......................................

Lance el muñeco a las brasas más que todo por costumbre y lo mire ser consumido por estas, y así abrace a todas las personas deseándoles prosperidad y un año venturoso, luego llego mi madre y agregue:

-visitare a unos amigos, tranquila no tardare;

Caminé sin destino observando cada extremo de la calle, ebrias personas que posiblemente en casa los estarían esperando, a lo mejor eran padres, hermanos, tíos, primos, hijos, sobrinos, nietos o lo más probable serian persona sin amor, ahogando en el licor la soledad sobria de calor humano, seguí mi camino divisando en la lejanía una escena grotesca, un chico era apuñalado en época de festividades y el agresor fue cobijado por el manto de la noche y en esta desapareció, yo casi inmóvil ante el brutal acto...me dirigí a auxiliar al agraviado.

Mire cortaduras cerca de su ojo izquierdo hechas tal vez con una navaja un poco oxidada o podría ser con una pequeña botella quebrada con escaso filo, una camiseta blanca teñida de esa cálida sensación que solo puede brindarte la sangre, tape sus heridas con mis manos y le hable para asegurare que aún se encontraba con vida y dije:

¡Hey! ¡chico!, ¡Hey, Hey!

El chico no decía nada solo escupió sangre y movía su ojo derecho como mirando hacia su pecho, horrorizado mire que le habían hecho un corte repasado en la garganta, como la parte más resaltada de un libro, una reacción me indujo al vómito, Me saque el buso que llevaba y haciendo un torniquete lo envolví en su cuello e intente ponerle de pie, el obre chico hizo un sonido desgarrador, sus ojos me suplicaban que acabara con su miseria, Que lo matara, Que sufría mucho..

tu.......Donde viven las historias. Descúbrelo ahora