- Oh vamos Merlín! No puedes enfadarte por esto! -
El mas grande esquivaba con maestría los objetos que el joven mago le lanzaba mientras murmuraba quien sabe que con sus ojos dorados y furiosos.
- No vas a hablarme? Acaso sabes quien soy? -
El pelinegro se acerco y empujo al rubio hacia la pared.
- Un idiota! Eso eres! El idiota mas narcisista, ególatra, vanidoso, pomposo, esclavista y cabeza de repollo mas grande que eh visto! Un.real.idiota. -
El joven mago golpeaba al rubio en el pecho con su indice por cada palabra descriptiva que pronunciaba mientras este sonreía divertido observando lo increíblemente sexy que se veía su sirviente estando enfadado.
Merlin dio media vuelta dispuesto a irse del cuarto del rey sin embargo fue atrapado por éste mismo antes de dar siquiera un paso.
- Y tu eres el más inútil y torpe de los sirvientes además de ser adorable, caliente, el salvador más irrespetuoso y el amor de mi vida -
Arturo sonreía con orgullo al ver el ligero sonrojo en las mejillas de su siervo y como la tensión liberaba lentamente el cuerpo del pelinegro.
- Eres mío Merlin y no pienso cambiarte por nadie, jamás -
El alto invirtió rápidamente las posiciones, dejando al avergonzado chico contra la pared y él mismo a pocos centímetros de éste.
- Me crees ahora? -
El mas joven asintió con lentitud levantando la cabeza cuando su Rey coloco dos dedos debajo de su mentón para asi conectar ese par de ojos azules intensos con los suyos.
- Nadie va a separarnos, jamás -
Y con ese último murmullo intimo acaricio los labios del pelinegro con suavidad antes de comenzar a besarle mas intensamente.
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- ... y así fue como calme a Merlín ...- el rubio sonreía con superioridad frente a la mesa redonda de su consejo sin percatarse de una presencia casi maligna a sus espaldas.
- ...uuh, y al parecer, deberás hacerlo de nuevo Arturo - Gwaine comenzó a reír al igual que los demas.
El nombrado trago saliva y volteo lentamente encontrándose con esos ojos casi violentos que le miraban con fijesa, vió como éstos iban tornandose rápidamente de color dorado antes de sentir un golpe y luego ya nada.
- ...oye, no crees que fue demasiado? -
- Claro que no, ese idiota asno se lo merece por divulgar intimidades -