Una sola persona no es una familia.

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Él ruido de los señores gallos cantando,madrugadores como siempre, despertó a la mayoría de habitantes de Granchd Ville.
En pocos minutos las familias se levantaban,los pequeños en sus respectivas casas,emocionados bajaban a comer a las mesas junto a sus padres y abuelos.

Los padres en poco tiempo estaban listos y después de un ligero desayuno se iban a sus trabajos agrícolas, las madres se despedían de ellos y ahora se encargaban de que los pequeños estuvieran desayunados y listos para la escuela. La emoción reinaba en las casas de aquel pequeño pueblo.

A excepción de una pequeña chozita al final  de una de las calles más solitarias de Granchd Ville. Cualquiera diría que nadie vive allí,pero si nos llegáramos a acercar un poco más,podríamos ver a una cabrita haciendo él desayuno.
Un sólo plato,una mesa pequeña,redonda.
Una silla de madera,cubiertos individuales.

Les presento a Merrieth,o de cariño,Merry.
Merry hacia él desayuno sin prisa,al estar sola,nadie le esperaba ni apuraba de manera alguna.
Acomodó con suavidad él flequillo de cabellos marrones claros que caían en su rostro,tapando un poco su vista.
Un pequeño pay de moras,sonrió levemente ante él dulce olor que por sus narices se coló. Y se sentó a comer con tranquilidad,pequeños bocados daba a aquel postre.

Miró vacilante por la ventana,y observó a las madres llevar a sus pequeños de la mano a la escuela local. Suspiró y desvió la mirada a su plato. Por alguna razón él hambre se desvaneció de ella,y se levantó.
Dejando él plato sólo en la mesa.
Tomó una pequeña chaquetita tejida por ella y salió de su casita,directo al trabajo.

Lo de siempre. Merry vivía sola,triste.
No tenia familia. No tenia un esposo para compartir lindos momentos.
No tenia padres que estuvieran con ella para todo.
Y lo peor de todo, lo que le hacia estar mal cada día: no tenia hijos. Y no era por que no quisiera.
No podía. Simplemente. No podía tener bebés
Por ende,aquello le hacia sentirse tan mal al punto de alejarse de todos.

Caminó rápido a su trabajo,escuchando las risas animadas de los pequeños jalando a sus madres. Un morral fuertemente sujetado por sus manos,que llevaba siempre al trabajo.
Llegó rápidamente a este y recibió las simples órdenes diarias: recolecta frutos.
Ella caminó al campo,con su canasto y
morral en sus manos.
Comenzó a recolectar frutos que encontraba en su camino,arrancándolos con suavidad y echándolos en él canastro,cuidando de que no se aplasten y golpeen.

En silencio,reusándose a oír las platicas de sus compañeras de trabajo.
Le molestaban,siempre tenían que salir con aquellas preguntas como '¿Para cuando él esposo?' '¿Y? ¿No piensas tener hijos?.'
Su cabeza perdida en su mundo,sin darse cuenta, se fue alejando poco a poco del lugar del trabajo,metiéndose cada vez más en él denso bosque.

Cuando levantó la mirada,ya no estaba aquella caseta de trabajo donde descansaba él jefe. No había rastro de los agricultores.
Ni de sus compañeras. Recorrió él lugar con la mirada,nerviosa.
No,no podía haberse perdido.
¡Si hacia unos minutos estaba en él territorio de recolección!

Tragó saliva y comenzó a caminar un tanto asustada,jamás se había alejado,ni ido a otro lado,más que al mercado local y a su casa.
La mirada pendiente,buscando cualquier señal de su hogar,sus ojitos desesperados,rogando una señal de sus compañeras o de la caseta de agricultura.
Un sonido hizo que frenara en seco.

Ughññeee.—

La cabra alzó las orejas rápidamente y se puso alerta. Más esto no duró mucho,y de nuevo las bajó temblorosa. ¿Qué había sido eso?

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2017 ⏰

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Corazón de Cabra || Furry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora